Subvenciones de urgencia COVID-19

La pandemia mundial expone a las poblaciones ya vulnerables, incluidos los supervivientes de la tortura, a más riesgos, en particular en lugares con altas tasas de COVID-19 y acceso limitado a la atención médica.  Una encuesta realizada entre las 171 organizaciones de la sociedad civil financiadas actualmente por el Fondo de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Tortura) reveló el impacto desproporcionado de la pandemia en las vidas de los supervivientes de la tortura. Los beneficiarios informaron de un aumento de la demanda de asistencia humanitaria, médica y psicológica por parte de los beneficiarios de los proyectos. Aunque las organizaciones adaptaron rápidamente sus métodos de trabajo, también solicitaron más recursos para garantizar la prestación de servicios.

En respuesta, el Fondo lanzó una convocatoria especial de subvenciones de emergencia COVID-19 con los ahorros generados por la cancelación de las sesiones presenciales del Patronato. La convocatoria estaba abierta a todos los becarios de 2020 que habían expresado su interés a través de la encuesta y 47 se presentaron. Tras un proceso competitivo basado en criterios de selección específicos (especialmente las tasas de COVID-19 y la vulnerabilidad del grupo objetivo, como las personas desplazadas y privadas de libertad) el Fondo concedió 17 subvenciones de emergencia COVID para ayudar a casi 4.000 supervivientes de la tortura en Bangladesh, Brasil, Egipto, Ghana, Grecia, India, Italia, Kenia, Líbano, México, Perú, República de Moldavia, Federación Rusa, Sudáfrica, Ucrania, Reino Unido y Estados Unidos de América.

Además, el Fondo ofreció a los beneficiarios de las subvenciones de 2020 acuerdos de financiación flexibles que les permitieran pivotar sobre el terreno para satisfacer las necesidades cambiantes de los supervivientes de la tortura en un contexto mundial sin precedentes. Al equilibrar la rendición de cuentas con la flexibilidad, el Fondo puede autorizar cambios en la ejecución de los proyectos mediante ajustes a la carta de los presupuestos operativos y los períodos de ejecución.