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El Comité Contra la Tortura (CAT, por sus siglas en inglés), es el órgano compuesto por 10 expertos independientes que supervisa la aplicación de la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes por sus Estados Partes.

Todos los Estados Partes tienen la obligación de presentar al Comité informes periódicos sobre la forma en que aplican los derechos amparados por la Convención. El informe inicial deben presentarlo al año de haberse adherido a la Convención y posteriormente, cada cuatro años, El Comité examina cada informe y remite al Estado Parte sus preocupaciones y recomendaciones en forma de “Observaciones Finales”.

Además del procedimiento de presentación de informes, el Convenio establece otros tres mecanismos a través de los cuales el Comité desempeña sus funciones de control. El Comité también puede, en determinadas circunstancias,

El Protocolo facultativo del Convenio, que entró en vigor en junio de 2006, creó la Subcomité para la Prevención de la Tortura (SPT). El SPT tiene el mandato de visitar los lugares donde hay personas privadas de libertad en los Estados Partes.

Desde 2015, el Comité celebra tres sesiones de cuatro semanas al año en abril-mayo, julio-agosto y noviembre-diciembre.

El Comité también publica su interpretación del contenido de las disposiciones de la Convención, conocida como comentarios generales sobre temas de interés.

Para más información sobre el trabajo del Comité contra la Tortura, lea el Ficha informativa del CAT.

El trabajo del Comité

La Convención ha inspirado nuevas leyes nacionales, ha ayudado a poner en marcha importantes mecanismos de protección y ha sensibilizado sobre las necesidades y los derechos de las víctimas. Sin embargo, la tortura sigue asolando todas las regiones del mundo, con efectos devastadores para las personas y las comunidades.

La ratificación universal y la plena aplicación de la Convención son fundamentales para el futuro del Comité. La gente tiene que poder confiar en sus instituciones de justicia; los gobiernos tienen que proteger los derechos humanos en lugar de oprimir a la gente. La tortura no tiene cabida en el futuro pacífico, equitativo y sostenible que estamos tratando de construir. Juntos, no escatimamos esfuerzos para desterrar la tortura, proteger a las personas y llevar a los torturadores ante la justicia.