Acerca
El derecho internacional prohíbe la tortura en todo momento y lugar, incluso en situaciones de conflicto armado o emergencia pública. No hay excepciones. Los Estados han realizado esfuerzos sin precedentes por establecer marcos de aplicación de la prohibición de la tortura. Sin embargo, hoy en día la tortura y el maltrato distan de haber desaparecido, y siguen practicándose sin impunidad en todo el mundo. Las víctimas de tortura y sus familiares casi nunca reciben el resarcimiento, la reparación y la rehabilitación a las que tienen derecho, de conformidad con el derecho internacional.
Nuestra labor
La erradicación de la tortura en el mundo fue uno de los compromisos principales asumidos por las Naciones Unidas pocos años después de su fundación. Derechos Humanos de las Naciones Unidas participa en este compromiso respaldando la labor del Relator Especial sobre la tortura, el Comité contra la Tortura, y el Subcomité para la Prevención de la Tortura. Asimismo, apoyamos al Fondo de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Tortura, el cual ayuda a las víctimas de tortura y a sus familiares a reconstruir sus vidas.
Temas de actualidad
¿Quién más participa?
Comité contra la Tortura (CAT)
Este comité, integrado por 10 expertos independientes, supervisa la aplicación de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes por sus Estados Partes.
Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes
La Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas estableció este mandato en 1985, y nombró a un experto para analizar las cuestiones relevantes de la tortura. El mandato, ampliado 3 años en 2020, cubre a todos los países, independientemente de que un Estado haya ratificado o no la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
Subcomité para la Prevención de la Tortura (SPT)
El mandato del SPT presenta un triple cometido: visitar los lugares de detención, asesorar y ayudar a los Estados Partes en cuanto al establecimiento y el funcionamiento de sus mecanismos nacionales de prevención, y cooperar con otras organizaciones e instituciones que trabajan para reforzar la protección contra la tortura y el maltrato.
Fondo de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Tortura
El Fondo, establecido por la Asamblea General en 1981, ayuda a las víctimas de tortura y a sus familiares a reconstruir sus vidas, por medio de remedios inmediatos y accesibles. El Fondo destina contribuciones a escala mundial a organizaciones de la sociedad civil que prestan servicios jurídicos, sociales, psicológicos, médicos y de otro tipo.