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A pesar de situarse en primera línea del activismo, las mujeres y niñas aun tienen que enfrentarse a barreras

06 septiembre 2022

Dos niñas sostienen un cartel mientras las defensoras de los derechos reproductivos de las mujeres participan en la Marcha de las Mujeres en Texas. © Crédito – ©REUTERS/Shelby Tauber

«Las autoridades deben brindar mayor apoyo a las opiniones de jóvenes activistas; en lugar de silenciar o minimizar estas voces, deben usarlas como plataformas para empoderar y generar un cambio,» afirmó Meskerem Geset Techane, miembro del Grupo de Trabajo sobre la cuestión de la discriminación contra las mujeres y las niñas.

Meskerem realizó su comentario a la hora de presentar el reciente informe del Grupo de Trabajo durante el Consejo de Derechos Humanos.  Sus palabras repitieron el mensaje de una joven activista quién participó en una de las consultas con el Grupo de Trabajo. 
El informe sobre el activismo de niñas y mujeres jóvenes viene a destacar las enormes contribuciones realizadas por niñas y mujeres jóvenes para la defensa de la igualdad de género y la promoción de los derechos humanos, además de examinar las barreras estructurales para el ejercicio de su activismo. 

Dificultades y Contratiempos

A lo largo del debate sobre el informe, hubo un consenso general de que cuando se trata de discriminación contra mujeres y niñas, se han realizado ya muchas reformas para hacer frente a este problema duradero, pero aun queda mucho por hacer.  Hoy en día, las niñas y mujeres jóvenes continúan enfrentándose a barreras y dificultades derivadas de la discriminación estructural basada en el sexo, género y edad, y que está arraigada en normas sociales discriminatorias y estereotipos negativos, los cuales les impiden ejercer su activismo. 

«Las narrativas conservadoras las cuales perpetúan estereotipos discriminatorios de género y relacionados con la edad y que sugieren que el papel de las mujeres y las niñas debe limitarse a la esfera privada, la familia y la procreación afectan también a su participación en la vida pública, silencian sus voces y hacen que sus contribuciones queden invisibles,» señala el informe. 

El informe también indica que en numerosos casos, las niñas y mujeres jóvenes puede que no sean suficientemente conscientes o estén debidamente informadas de sus derechos, lo que supone un requisito previo fundamental para su activismo. 

«Yo estaba viviendo como una mujer joven oprimida sin ser consciente de ello.  Yo lo consideraba como algo normal antes de aprender más sobre esta cuestión,» declaró una de las niñas durante una sesión de consulta. 

La falta de seguridad también actúa como una barrera de peso para el activismo de las niñas y mujeres jóvenes, asegura el informe.  Una de las niñas consultadas explicó que en ocasiones se ve incapaz de participar en cuestiones que le apasionan «por que son demasiado peligrosas.»

A pesar de las barreras que las mujeres jóvenes y las niñas continúan enfrentándose a la hora de participar en la vida pública y política como resultado de una discriminación de género persistente y de violencia dentro de las familias, las comunidades y la sociedad en su conjunto, ellas «se encuentran al frente de iniciativas dirigidas a transformar las sociedades impulsando la justicia social, la igualdad de género y la sostenibilidad,» afirmó Meskerem. 

Acción Colectiva 

El informe señala que aunque la obligación de poner en práctica los derechos de las niñas y las mujeres jóvenes corresponde a los Estados, en la práctica muchos otros actores están implicados, entre los que se incluyen los padres, la familia ampliada, las comunidades locales, los grupos confesionales, así como las propias mujeres jóvenes y niñas. 

El hogar y la comunidad pueden ser también las causas originarias de las barreras para las niñas y las mujeres jóvenes a la hora de disfrutar de sus derechos, tales como la libertad de reunión, explicó Clément N. Voule, Relator Especial sobre los derechos a la libertad de reunión pacífica y de asociación.

En su informe sobre los derechos a la libertad de reunión pacífica y de asociación, él destacó que algunas barreras importantes «tienen un profundo arraigo en el hogar, en la familia y en la comunidad, donde las mujeres y las niñas siguen viviendo bajo control patriarcal y sufren estereotipos negativos, ambos de los cuales impiden y penalizan la participación en la vida pública.»  

No queremos crear conflictos; solamente queremos abordar y solventar determinados problemas que nos afectan además de defender nuestros derechos humanos

MUJER JOVEN PARTICIPANTE EN LA CONSULTA

Como parte de sus recomendaciones, el informe presentó un marco y una hoja de ruta integrales, para explicar cómo todos los interesados, incluyendo a los Estados, las organizaciones de la sociedad civil, las instituciones de derechos humanos, los donantes, las Naciones Unidas, así como el sector privado, deben participar y desempeñar su papel previsto para crear un entorno seguro y favorable donde el activismo de niñas y mujeres jóvenes pueda desarrollarse plenamente. 

«El empoderamiento de niñas y mujeres jóvenes a través del respeto, protección y realización de sus derechos humanos fundamentales supone una condición previa indispensable para crear sociedades justas, inclusivas, pacíficas y sostenibles y para la promoción de la igualdad de género» explicó Meskerem. 

Meskerem hizo un llamamiento en pro de un «cambio fundamental para fomentar un espacio viable donde podamos escuchar, invertir en y asociarnos con niñas y mujeres jóvenes para seguir avanzando en derechos humanos e igualdad de género.» 

Más información sobre qué cambios son necesarios para asegurar que se escuchan todas las opiniones de niñas y mujeres jóvenes, y qué puede hacer usted para ayudar al cambio en el informe: Asegurando que siempre se escucha a las mujeres y las niñas.

  • Grupo de Trabajo sobre la discriminación contra las mujeres y las niñas
  • Informe sobre el activismo de niñas y mujeres jóvenes
  • Igualdad de género y derechos de las mujeres
  • Relator Especial sobre la libertad de reunión pacífica y de asociación
  • Relator Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias