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Las sustancias peligrosas derivadas de la actividad humana afectan a múltiples ámbitos de la vida cotidiana. Esas sustancias suelen hallarse en los alimentos que las personas consumen, el aire que respiran, el agua que beben, en sus centros de trabajo y sus hogares. Esta exposición a productos nocivos está vinculada a diversas formas de cáncer, anomalías reproductivas, enfermedades pulmonares, diabetes y problemas de aprendizaje, entre otras repercusiones adversas sobre la salud.

La exposición incesante a sustancias tóxicas de diversas fuentes afecta directamente al derecho humano a la vida. Nos impide el disfrute del más alto nivel posible de salud. La exposición a las sustancias tóxicas también nos impide acceder a la integridad física, el agua y la alimentación seguras, la vivienda adecuada y -en un número cada vez mayor de Estados- al derecho a un medio ambiente saludable.

Grupos de población en peligro: personas afectadas por la pobreza, pueblos indígenas, trabajadores, migrantes, minorías, mujeres y niños

La exposición a sustancias tóxicas y peligrosas suele afectar a los grupos de población más vulnerables, entre los que figuran las personas que viven en condiciones de pobreza, los pueblos indígenas, los trabajadores, los migrantes y los miembros de minorías. También los derechos de las mujeres y los niños suelen verse afectados por la exposición a dichas sustancias.

Probablemente los niños constituyen el grupo de población más expuesto a ese riesgo. Los pediatras suelen reseñar casos de niños que al nacer ya estaban contaminados y describen estos hechos como una “pandemia silenciosa” que se manifiesta en un conjunto de dolencias, discapacidades y muertes prematuras en el mundo entero. Cientos de bebés tienen en sus cuerpos un gran número de sustancias tóxicas, incluso antes del nacimiento. Los investigadores han establecido un nexo entre la alta incidencia de determinadas formas de cáncer y otras consecuencias adversas para salud, y el aumento de la producción, empleo y consumo de sustancias químicas tóxicas durante las últimas décadas.

Son numerosos los casos de vulneraciones de derechos humanos perpetradas por empresas, entre los que cabe citar el envenenamiento con sustancias tóxicas de comunidades, trabajadores y consumidores. Estos abusos ocurren a consecuencia del funcionamiento de las industrias extractivas, el uso de pesticidas en la agricultura, los productos químicos empleados en la industria manufacturera, las emisiones de generadores eléctricos, fábricas, vehículos y otras fuentes -y, por supuesto, de la eliminación inadecuada de desechos-.