Dotar a las fuerzas del orden de instrumentos adecuados para proteger a los manifestantes pacíficos
12 abril 2024
En abril de 2018, el togolés Clément Voule fue nombrado Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos a la libertad de reunión y asociación pacíficas. Durante el 55º periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos, Voule presentó un Model Protocol for Law Enforcement Officials to Promote and Protect Human Rights in the Context of Peaceful Protests, [Protocolo modelo para que los funcionarios encargados del cumplimiento de la ley promuevan y protejan los derechos humanos en el contexto de las protestas pacíficas], que forma parte de una carpeta de herramientas prácticas elaboradas por el Relator Especial en colaboración con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y el ACNUDH. Antes de que concluya su mandato, a finales de abril, Voule expone sus ideas sobre las protestas pacíficas y la presentación de la carpeta de herramientas.
¿Por qué la protesta pacífica es un derecho humano?
La protesta pacífica es un instrumento democrático del que disponen las personas y las comunidades para expresar sus quejas y a través del cual la gente transmite sus preocupaciones a sus dirigentes o a las autoridades, a fin de buscar soluciones pacíficas. Y este medio democrático forma parte del derecho de reunión pacífica, que está protegido en virtud del Artículo 21 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Sin embargo, hemos visto cómo, en el mundo entero, cuando la gente se lanza a las calles a ejercer ese derecho, ya sea para exigir una mejor educación, o reclamar agua potable, mejores saneamientos o, en general, a defender sus derechos humanos, la mayoría de las veces los gobiernos consideran estas protestas como una amenaza o una cuestión de orden público y seguridad, no como un ejercicio de derechos humanos.
¿Por qué debería protegerse el derecho a la protesta pacífica?
En cualquier sociedad, las personas desean expresar públicamente sus puntos de vista, transmitir su felicidad o sus preocupaciones. Y esto es de especial importancia para que las comunidades marginadas puedan cambiar su realidad mediante la transmisión libre y segura de sus mensajes y preocupaciones, y para que puedan participar en el proceso de toma de decisiones que les permita asegurarse un futuro mejor.
También creo que es importante para el conjunto del país, porque en algunos casos las personas dirán “oh, no sé por qué la gente protesta. Debo ir a trabajar y voy a llegar tarde”. Pero para vivir en democracia debemos ser tolerantes y aceptar cierto grado de perturbación. El derecho a la protesta pacífica también es importante para que la gente sepa qué pasa en la sociedad. A menudo esta es la única forma que la gente tiene para hacerse oír, tratar de hallar soluciones a determinados asuntos básicos y colaborar para alcanzar una vida mejor para todos.
¿Por qué es importante esta carpeta?
En todas las sociedades, los encargados del cumplimiento de la ley tienen el deber de facilitar el disfrute del derecho a la reunión pacífica, que incluye la protesta pacífica como forma de reunión. Esta carpeta permite que los funcionarios alcancen una mejor comprensión de este derecho y de su obligación de facilitar las protestas y promover los derechos humanos en el contexto de la protesta, así como de fomentar la rendición de cuentas.
Y es importante que los ciudadanos sepan que cuando salen a la calle a ejercer estos derechos fundamentales no están haciendo nada malo y no deben ser criminalizados, maltratados o asesinados por eso. Las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley no deberían emplear la violencia y no deberían suponer que una protesta siempre va a degenerar en violencia. Los responsables del cumplimiento de la ley deberían estar preparados para facilitar eficazmente la protesta, propiciar su desarrollo y proteger a los manifestantes pacíficos. A este fin, la carpeta insta a los funcionarios a buscar soluciones pacíficas cuando deban enfrentarse a protestas pacíficas. Esta forma de proceder contribuirá al progreso de sociedades pacíficas y democráticas.
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Según las estadísticas compiladas por mi mandato, cada año cientos de miles de personas mueren o resultan heridas en el mundo entero solo por ejercer su derecho a la protesta pacífica.
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Clément Voule, Relator Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos a la libertad de reunión y asociación pacíficas.
Estos ataques contra manifestantes pacíficos son inaceptables y quiero reiterar que esta situación debe cambiar. Cuando se observa la situación de muchos países que atraviesan periodos de crisis, conflicto o guerra, estos hechos a menudo comienzan con la represión de protestas pacíficas de algunas comunidades que tratan de expresar sus quejas y puntos de vista.
En esta carpeta de herramientas se explica qué deben hacer las fuerzas del orden antes, durante y después de la protesta: qué tipo de negociación deben iniciar con los participantes y los organizadores de la manifestación. La carpeta hace hincapié en que las autoridades no deberían emplear la violencia contra las personas que salen a la calle a expresar sus ideas de manera pacífica. En vez de eso, la carpeta trata de alentar a las fuerzas del orden a que utilicen técnicas de apaciguamiento y negociación, y a que garanticen un contexto propicio para que los ciudadanos puedan ejercer este derecho, para asegurarse de que se rinden cuentas por las vulneraciones.
¿Cuál sería el principal obstáculo para aplicar este protocolo?
El reto principal para su aplicación es la falta de voluntad política. Para garantizar un contexto propicio al ejercicio del derecho a la reunión pacífica, necesitamos voluntad política y medidas eficaces. Pero a lo largo de seis consultas que realizamos en el mundo entero vimos que en muchos casos las autoridades encargadas del cumplimiento de la ley carecen de un protocolo adecuado que las oriente para velar por la facilitación de las reuniones, aún cuando hay una demanda activa de esa orientación por parte de las fuerzas del orden en casi todo el mundo. El objetivo de la carpeta de herramientas es colmar esta carencia y ofrecer directrices claras, que den prioridad a la formación y el aumento de capacidades de las fuerzas de policía, a fin de que estén mejor preparadas para comprender qué deben hacer con miras a proteger los derechos humanos de las comunidades a cuyo servicio se encuentran.