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Extrema pobreza

La pobreza, las desigualdades y las vías para romper sus ciclos fueron el centro del debate del reciente Foro Social del Consejo de Derechos Humanos

16 octubre 2020

Entre las numerosas consecuencias que ha traído consigo la pandemia de la COVID-19, una de las más destacadas es el aumento global en el número de personas que se han sumido en la pobreza. El Banco Mundial calcula que la pandemia arrojará a otros 176 millones de personas a la pobreza.

Y cuando la pobreza aumenta, se hace visible también un incremento correspondiente de las desigualdades y discriminación estructural preexistentes y sistémicas, afirmó la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Michelle Bachelet.

"La COVID-19 ha sacado a la luz la pandemia de las desigualdades que muchas personas habían pasado por alto," declaró. "Es hora de dejar de mirar hacia el otro lado. No podemos desear, o aceptar, volver a la llamada normalidad que hizo que nuestras sociedades fueran tan vulnerables, frágiles, desiguales, y tan injustas."

Bachelet se dirigió al Foro Social del Consejo de Derechos Humanos. El evento de dos días de duración, que se desarrolló presencialmente y en línea en Ginebra, congregó a numerosos ponentes procedentes de distintos ámbitos y regiones geográficas para abordar las cuestiones de cómo romper con el ciclo de la pobreza y las desigualdades y fomentar la rendición de cuentas.

"La asistencia sanitaria es uno de los mayores instrumentos para la igualdad y cuando esta no existe, aumenta la desigualdad," aseguró Winnie Byanyima, Directora Ejecutiva de ONUSIDA.

Como parte de la mesa redonda principal sobre pobreza y desigualdades, Byanyima señaló ejemplos de países en América Latina, los cuales han conseguido reducir las tasas de pobreza en los últimos 40 años gracias a ofrecer un acceso amplio a atención sanitaria. Aprovechando las lecciones aprendidas cuando se gestionó la crisis del VIH/Sida, ella sostuvo que la vía para solucionar una crisis sanitaria global no se basa exclusivamente en usar un enfoque sanitario, sino también en aplicar un enfoque basado en los derechos humanos.

"Una crisis sanitaria ha de ser superada mediante el disfrute de todos los derechos humanos," aseguró. "Observemos lo que ocurrió con el VIH. Fue cuando las personas homosexuales alzaron sus voces para exigir sus derechos a la salud y cuando las personas que vivían con VIH se alzaron y exigieron sus derechos, que vimos un cambio a la hora de gestionar esta pandemia."

El Foro Social se guió por la "matriz de pobreza", un sistema que analiza las causas interrelacionadas de la pobreza, incluyendo las vulnerabilidades ambientales y de salud, la discriminación, la exclusión social y la injusticia sistémica. Esta matriz fue desarrollada por Olivier De Schutter, el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre la extrema pobreza y los derechos humanos. Él afirmó que la matriz ayudaría a obtener una mayor rendición de cuentas "para que de ese modo ningún actor pueda eludir sus obligaciones y responsabilidades para eliminar la pobreza y la desigualdad simplemente señalando con el dedo a otros."

Una "explosión de desigualdad"

Dos billones de dólares americanos.

Esta cifra, de acuerdo con Lucas Chancel, co-director del Laboratorio Mundial de la Desigualdad de la Escuela de Economía de París, es la suma de dinero que han amasado los multi-millonarios más ricos del planeta durante la pandemia de la COVID-19. Esta cifra representa un aumento del 25 por ciento de su riqueza en unos pocos meses.

Durante su intervención en la mesa redonda de apertura, Chancel explicó que ya existía una enorme desigualdad en la distribución de la riqueza, incluso antes de que llegara la pandemia, donde el 1 por ciento de los más poderosos en todo el mundo acumulan más riqueza que el conjunto del 50 por ciento de los más pobres de todo el mundo. Las crisis, como los desastres ambientales o epidemiológicos, nos revelan la poca resiliencia que existe en muchas sociedades y que puede resultar en una "explosión de desigualdades."

"Por tanto, ¿cómo podemos volver a diseñar nuestro tejido social para que sea más resistente cuando otras crisis lleguen y nos golpeen?" se preguntó. Tendremos que elaborar y fomentar políticas que creen una mayor igualdad, aseguró.

Ruth Manorama conoce de primera mano cómo las políticas pueden marcar la diferencia entre vivir en la pobreza y la desigualdad y tener una oportunidad para progresar. Activista social y galardonada con el Right Livelihood Award (Premio Nobel Alternativo), Manorama declaró que las medidas temporales de los gobiernos, como los derechos de reserva, una política que hizo posible que algunos miembros de castas inferiores pudieran asistir a colegios mejores y conseguir trabajos de mayor nivel, ayudó a los dalits a obtener cierto nivel de movilidad social, empleos, educación y empoderamiento político, lo que les ayudó a salir de la pobreza.

"Yo soy una mujer dalit," declaró Manorama durante la mesa redonda principal. "Yo fui capaz de romper las cadenas de la desigualdad, de la pobreza de las castas, asistiendo a buenos colegios y obteniendo una educación superior y un empleo. Estas son todas demandas básicas. Es hora de tratar a todo el mundo por igual."

Pasar de las palabras a los hechos

Chen Zhigang, Director Adjunto, Oficina del Grupo Directivo del Consejo de Estado de China para el Alivio de la Pobreza y el Desarrollo, explicó que la existencia de datos precisos había sido un componente clave en el principio del país de "identificación de la pobreza antes del alivio de la misma." La base de datos uniforme nacional ha ayudado no sólo a identificar a las personas en la pobreza, sino también sus necesidades específicas.

"Esto sentó una base sólida para adoptar medidas concretas de alivio de la pobreza," indicó Zhigang.

Para los países más vulnerables, la pandemia ha supuesto un retroceso en décadas de avances en la lucha contra la pobreza, y en favor de la sanidad y la educación, declaró Fekitamoeloa Katoa ‘Utoikamanu, Alta Representante de los Países Menos Adelantados, los Países en Desarrollo Sin Litoral y los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo. Una solución para hacer frente al desafío de esta lucha reside en continuar con la labor de mitigación del cambio climático, afirmó.

"La pandemia no debe suponer una excusa para desviar nuestros esfuerzos de la lucha contra el cambio climático," declaró. "No habrá modo de que podamos volver a construir métodos inclusivos y sostenibles si cedemos en el fomento de medidas ambiciosas en defensa del clima."

‘Utoikamanu, una de las participantes en la mesa redonda principal, también recomendó una reestructuración de la deuda y una renegociación de la deuda para los PMA, apoyando paquetes de estímulo para los países vulnerables, además de involucrar a los ciudadanos para superar los desafíos que entrañan la pobreza y las desigualdades.

"En mi humilde opinión, sin conseguir la participación de la gente, no podremos avanzar en formas sostenibles," apuntó. "Así que unámonos todos para pasar de las palabras a los hechos."

16 de octubre de 2020

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