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Comunicados de prensa Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Zeid califica de “despreciable” el bombardeo de un campo de refugiados en Siria y advierte de que la crisis en la prisión de Hama podría resultar mortífera.

El bombardeo de un campo de refugiados en Siria es un acto “despreciable”

06 mayo 2016

Comentario del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Zeid Ra’ad Al Hussein

GINEBRA (6 de mayo de 2016) – “Condeno sin reservas el bombardeo de ayer contra dos campos de desplazados internos ocurrido en Sarmada, cerca de la frontera con Turquía, en el noroeste de Siria. Habida cuenta de que estos campamentos de tiendas de campaña han estado allí durante varias semanas y son claramente visibles desde el aire, es muy improbable que estos ataques criminales hayan sido accidentales. Es mucho más probable que fueran actos deliberados, equivalentes a crímenes de guerra”.

“Según los informes iniciales de los equipos de primeros auxilios, unos 30 civiles, entre ellos varios niños, murieron en el ataque, otras decenas más resultaron heridos y numerosas tiendas de campaña quedaron totalmente destruidas”.  

“Los miembros del personal del ACNUDH y de otras organizaciones no escatimarán esfuerzos para investigar y documentar las pruebas sobre crímenes, que parecen ser especialmente despreciables y premeditados, contra un grupo de personas sumamente vulnerables, que en su mayoría se habían visto obligadas a abandonar sus hogares en la ciudad de Alepo el pasado mes de febrero, a causa de los bombardeos aéreos realizados allí. Los informes iniciales apuntan a que los ataques fueron obra de la aviación del gobierno sirio, pero este extremo está aún pendiente de verificación”. 

“Resulta difícil encontrar más palabras para describir el horror que padecen los civiles en Siria: bombardeados y masacrados en sus hogares, baleados en las calles y torturados en las prisiones; bombardeados en sus camas de hospital; bombardeados en los campamentos donde se refugian; afrontan inmensas dificultades para cruzar las fronteras y escapar del horror que ha envuelto a su país durante cinco largos años; y, por último, -si de alguna manera logran llegar a ese punto- se ven confrontados al rechazo y la xenofobia en Europa”.

“También me alarman los sucesos ocurridos en la Prisión Central de Hama, donde el pasado 1 de mayo estalló un motín, después de que las autoridades trataran de sacar del penal a cinco detenidos para trasladarlos a la célebre cárcel de Sidnaya, donde supuestamente iban a ejecutarlos. Los reos se hicieron con el control de una sección de la prisión y mantienen en rehenes a varios guardias, y las autoridades han cortado el suministro de agua y electricidad. Tropas de seguridad fuertemente armadas rodean la prisión y se teme que es inminente un asalto con posibles consecuencias mortales. Cientos de vida están en juego y yo pido a las autoridades que recurran a la mediación u otras alternativas, en lugar de aplicar medidas de fuerza”.   

“Una vez más, insto a todos los gobiernos que ejercen alguna influencia sobre Siria a que intervengan para poner fin a estos ataques y a otras violaciones y abusos de derechos humanos que cometen las partes en conflicto. Y exhorto a los gobiernos representados en el Consejo de Seguridad, que se han negado reiteradamente a presentar el caso de Siria ante la Corte Penal Internacional (CPI), a que asuman las responsabilidades inherentes a su condición de miembros del Consejo. Esos gobiernos deberían remitir el caso de Siria ante la CPI, a fin de establecer una vía explícita para castigar a quienes perpetran crímenes como éstos”.