Skip to main content

La Convención es el resultado de décadas de trabajo de las Naciones Unidas para cambiar las actitudes y los enfoques sobre las personas con discapacidad. Lleva a un nuevo nivel el paso de considerar a las personas con discapacidad como "objetos" de caridad, tratamiento médico y protección social a considerar a las personas con discapacidad como "sujetos" con derechos, capaces de reclamar esos derechos y de tomar decisiones para sus vidas basadas en su consentimiento libre e informado, así como de ser miembros activos de la sociedad.

Adopción de la Convención

La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y su Protocolo Facultativo (A/RES/61/106) se adoptó el 13 de diciembre de 2006 en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Se abrió a las firmas el 30 de marzo de 2007 y entró en vigor el 3 de mayo de 2008 tras la ratificación del vigésimo Estado parte.

En agosto de 2021, la Convención contaba con 183 Estados partes y era el primer tratado de derechos humanos ratificado por una organización de integración regional, la Unión Europea.

La Convención adopta una amplia categorización de las personas con discapacidad y reafirma que todas las personas con cualquier tipo de discapacidad deben disfrutar de todos los derechos humanos y libertades fundamentales. Aclara y matiza el modo en que todas las categorías de derechos se aplican a las personas con discapacidad e identifica las áreas en las que hay que hacer adaptaciones para que las personas con discapacidad puedan ejercer efectivamente sus derechos y las áreas en las que se han violado sus derechos, y en las que hay que reforzar la protección de los mismos.

¿Cómo protege a las personas?

La Convención se propone promover, proteger y asegurar el disfrute pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por parte de todas las personas con discapacidad y promover el respeto de su dignidad inherente.

Los principios establecidos en el convenio son:

  • Respeto a la dignidad y a la autonomía individual;
  • No discriminación;
  • Participación e inclusión;
  • Respeto por la diferencia y la diversidad;
  • Accesibilidad;
  • Igualdad de oportunidades;
  • Igualdad entre hombres y mujeres; y
  • Respeto a la evolución de las capacidades de los niños con discapacidad.

La Convención es importante porque:

  • Aclara los derechos de las personas con discapacidad;
  • Establece las responsabilidades de respetar esos derechos;
  • Requiere un enfoque de la discapacidad basado en los derechos;
  • Promueve un desarrollo inclusivo y accesible; y
  • Garantiza el seguimiento nacional e internacional de los derechos.

Lea el texto completo del Convenio aquí.