Las elecciones en Senegal suponen un soplo de aire fresco en una región propensa a los golpes de estado
06 junio 2024
Apoyándose en un bastón, Mamie Sakho consiguió llegar hasta un centro de votación en un barrio de Dakar central. El período previo a las recientes elecciones presidenciales en Senegal habían quedado ensombrecidas por un nivel de violencia y tensiones políticas sin precedentes que habían puesto a prueba una de las democracias más estables de África Occidental, pero a pesar de todo ello Sakho, de 80 años de edad, estaba decidida a votar y a que se escuchara su opinión.
«Llevo votando desde que se introdujera un sistema multipartidista en Senegal en 1974,» explicó. «A pesar de mi enfermedad y edad, he venido a cumplir con mi deber.»
A pesar de celebrarse en un clima electoral enrarecido, la votación del 24 de marzo, la cual se había retrasado desde su fecha original del 25 de febrero, se llevó a cabo sin problemas mayores, con millones de personas senegalesas presentándose a votar, incluyendo a muchas personas mayores, mujeres y jóvenes. No se informó de ningún incidente importante, y se realizó una transición pacífica de poder, una situación que hace que la democracia e instituciones de Senegal destaquen en una región propensa a sufrir golpes de estado y estallidos violentos, afirmaron activistas de derechos humanos.
Miembros de la sociedad civil de Senegal desempeñaron un papel relevante a la hora de asegurar que se respetaran los derechos civiles y políticos durante el proceso electoral.
Observadoras
Uno de estos grupos de observadoras fue la Plataforma de Supervisión de Mujeres para conseguir procesos electorales pacíficos, llamada Ëtu Jamm, o «Espacio de Paz» en Wolof. Con el apoyo de la Oficina Regional de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para el África Occidental (OHCHR-WARO), Ëtu Jamm es un grupo de supervisión de elecciones compuesto por 50 mujeres senegalesas y organizaciones de mujeres de la sociedad civil de todo el continente africano, coordinadas por la ONG Femmes Africa Solidarité (FAS).
Durante las elecciones, Ëtu Jamm desplegó a observadoras, quienes se encargaron de vigilar la votación a tiempo real en los centros de votación en Dakar y en otras regiones. La Oficina prestó su apoyo a Ëtu Jamm a la hora de reforzar las capacidades de sus observadoras de elecciones mediante la organización de formaciones sobre derechos humanos y cuestiones de género en la supervisión de procesos electorales, explicó Rania El Rajji, Asesora Regional para cuestiones de género en ACNUDH.
“La idea consistía en situar los derechos humanos en el centro del proceso de supervisión electoral,» detalló El Rajji, a la vez que añadió que las mujeres llevan a cabo un papel esencial en los procesos electorales y constituyen una piedra angular para la paz, tal como reconoció la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre Mujeres, Paz y Seguridad.
«Una supervisión de los derechos humanos en procesos electorales implica una supervisión y observación activas. Algunos aspectos pueden resultar más visibles, por ejemplo, si los centros electorales están abiertos o no. Otros aspectos pueden ser menos visibles, por ejemplo, si los centros de votación son accesibles a personas con discapacidades, o si el horario para poder votar coincide con horas cuando las mujeres están haciendo las tareas domésticas durante el período del Eid, o si se sienten seguras para salir y votar en un centro en concreto,» indicó.
Al igual que Sakho, muchas mujeres y personas mayores necesitaron asistentes femeninas el día de las elecciones para asegurarse de que podían ejercer su derecho al voto. Asthou, de 18 años, llegó al mismo centro para votar por primera vez. Asthou parecía encontrarse un poco perdida al principio, hasta que una monitora de derechos humanos de Ëtu Jamm la acompañó hasta la urna y le explicó como depositar correctamente su voto en la urna.
«La participación de mujeres y jóvenes en la organización de las mesas electorales fue bastante alta, con casi un 29% de las mesas electorales dirigidas por mujeres y un 67% de representantes de partidos políticos de las mesas electorales formados por jóvenes menores de 35 años», detalló Mouhamadou Sow, un analista de programas que trabaja para la Oficina.
Elecciones pacíficas
Con el fin de afianzar la supervisión en cuestión de derechos humanos del proceso electoral, el Comité de Derechos Humanos de Senegal (CSDH) desplegó una misión de observación de los derechos humanos bajo la iniciativa de nombre Wotte ci Jamm, o «elecciones pacíficas.» La misión estaba formada por 54 observadores y observadoras que se distribuyeron por ocho regiones y 18 departamentos.
Con el apoyo de OHCHR-WARO y el Proyecto de Cohesión Social del PNUD, los observadores y las observadoras del CSDH recibieron formación sobre cómo supervisar la participación de poblaciones marginadas y vulnerables en las votaciones, incluyendo a personas mayores y personas con discapacidades. Los observadores comprobaron también que existieran garantías de seguridad, además de la participación de mujeres en la organización de las votaciones y en la composición de los equipos de seguridad, explicó Jacob Seq Ngom, director de la misión de observación.
«El despliegue de observadores por primera vez en la historia del CSDH demostró cómo funcionarios electorales y todos los demás actores implicados hicieron esfuerzos considerables para garantizar la expresión de los derechos civiles y políticos, en línea con el compromiso de Senegal con el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,» indicó Pape Sene, presidente del CSDH.
De conformidad con su mandato para asegurar que las elecciones cumplen con los estándares de derechos humanos y que se desarrollan en un entorno en el cual todas las personas puedan ejercer sus derechos fundamentales, OHCHR-WARO ha colaborado con la sociedad civil de Senegal y la institución nacional de derechos humanos con el fin de ampliar el espacio democrático y fomentar la participación de la población. Este trabajo ha incluido labores de promoción, asistencia técnica, así como talleres con periodistas y grupos de la sociedad civil.
Senegal puede presumir de una larga tradición de democracia y respeto por los derechos humanos, aunque los tres últimos años se han visto ensombrecidos por tensiones sociales que se han tornado violentas en ocasiones, una erosión del espacio cívico, restricciones a la libertad de prensa y de reunión pacífica, así como detenciones de miembros de la oposición. En conformidad con su mandato, la Oficina ha estado vigilando y documentando violaciones de derechos humanos además de colaborar con la sociedad civil y otros asociados como parte de una estrategia de prevención.
Con anterioridad a que se produjeran las votaciones, la Oficina desplegó un Equipo Surge con el fin de mejorar la supervisión, el análisis y las acciones preventivas en materia de derechos humanos, como apoyo para conseguir un proceso electoral pacífico e inclusivo, centrándose en el derecho a la participación política como primera prioridad. El Equipo puso en marcha una estrategia generalizada de supervisión de los derechos humanos, la cual incluyó reuniones con grupos de la sociedad civil y con observadores y observadoras, así como formaciones para periodistas y el CSDH.
«Además de prestar apoyo a la primera misión de observación del respeto de los derechos humanos en unas elecciones, así como a mujeres de la sociedad civil, también trabajamos intensamente con reporteros encargados de la cobertura informativa de estas elecciones,» destacó Robert Kotchani, representante regional de ACNUDH. «Conjuntamente con el Centro de Información de las Naciones Unidas, se prestó formación a un total de 41 periodistas encargados de informar sobre las elecciones para saber cómo reconocer el discurso de odio y prevenir su difusión, además de sobre cómo prevenir la desinformación.»
Democracia en África Occidental
El traspaso pacífico de poder en Senegal fue recibido con alivio por los defensores y defensoras de derechos humanos. El anterior presidente Macky Sall, quin había intentado sin éxito retrasar las votaciones hasta después que expirara su mandato, felicitó al ganador perteneciente a la oposición. Este resultado positivo destaca en una región que ha sido testigo de cómo los militares se apropiaban del poder en Níger, Burkina Faso, Mali y Guinea. Una encuesta reciente realizada en 39 países por parte de Afrobarometer, una red africana independiente de investigación, concluyó que el apoyo a la democracia había menguado durante la última década.
«Senegal junto con sus sólidas instituciones ha demostrado que el país sigue siendo el modelo de estabilidad en la región y que es posible efectuar un cambio de gobierno a través de las urnas,» celebró Simone Heri-Terrence, coordinador del Equipo de Respuesta de Emergencia en OHCHR-WARO.
A la vez que se han socavado algunos principios democráticos básicos en varios países de la región, la población africana sigue valorando la gobernanza democrática y responsable, según otra encuesta de Afrobarometer. La encuesta demostró que dos terceras partes de la población africana prefiere la democracia antes que cualquier otro sistema de gobierno.
No obstante, el Presidente de Afrobarometer, E. Gyimah-Boadi, advirtió que existe una distancia cada vez mayor entre las expectativas de los ciudadanos y ciudadanas y el nivel real de gobernanza democrática, lo que está alimentando la desilusión y la inestabilidad.
«La persona media africana desea vivir bajo un gobierno que sea democrático y responsable, pero los líderes africanos no están cumpliendo con estas expectativas,» afirmó Gyimah-Boadi en una reciente conferencia.