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Afghanistán

Expertos: el trato ofrecido por los talibanes hacia las mujeres podría considerarse como «apartheid de género»

11 julio 2023

Mujeres afganas esperan para hacerse controles prenatales en un hospital en Faizabad en la provincia de Badakshan. © REUTERS/Angie Ramos

Los talibanes de Afganistán han restringido sistemáticamente los derechos humanos de mujeres y niñas a la vez que las han oprimido en todos los aspectos de sus vidas, según afirmaron expertos de las Naciones Unidas, añadiendo que este trato que dispensan podría constituir un «apartheid de género.»

En un informe conjunto dirigido al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Richard Bennett, el Relator Especial sobre la situación de los derechos humanos en Afganistán, y Dorothy Estrada-Tanck, Presidenta del Grupo de Trabajo sobre la discriminación contra las mujeres y las niñas, declaró que la situación de las mujeres y niñas en Afganistán suponía la situación más grave que se vive a nivel mundial. 

«Las mujeres y niñas en Afganistán están padeciendo una discriminación grave que podría constituir persecución por motivos de género, un crimen de lesa humanidad, y que podría denominarse como apartheid de género, debido a que las autoridades de facto parecen estar gobernando usando una discriminación sistemática con la intención de someter a mujeres y niñas a una dominación total,» aseguró Bennett.

«A la vez que el rechazo contra los derechos de las mujeres y las niñas se ha extendido por diferentes países y regiones en los últimos años, en ningún otro punto del planeta se ha producido un ataque tan generalizado, sistemático y global contra los derechos de las mujeres y niñas como en Afganistán,» afirmó Estrada-Tanck.

Varios edictos decretados por los talibanes desde que se hicieran con el control del país en agosto de 2021 han impuesto restricciones generalizadas sobre los derechos de las mujeres y niñas, que afectan a su libertad de movimiento, su vestimenta y su comportamiento, su acceso a educación, trabajo, atención sanitaria y justicia, señalaron los expertos. Las restricciones han afectado asimismo de forma dramática a la participación de las mujeres y niñas en la vida política, pública, económica y sociocultural, y han conducido a un aumento exponencial de la violencia conyugal e intrafamiliar contra las mujeres y niñas.

«Estamos vivas, pero sin estar viviendo la vida»

El informe, el cual destaca la resiliencia y fortaleza de las mujeres afganas ante unas condiciones especialmente represoras, incluye descripciones breves de la vida diaria de estas mujeres, quienes relataron a los expertos como «día tras día, los muros se van estrechando a nuestro alrededor.» Tras una prohibición impuesta a la educación que pueden recibir las niñas, las estudiantes universitarias describieron su situación del modo siguiente: «Soy prisionera de mi género,» y «No tenemos ningún futuro.»

Los expertos escucharon también testimonios de mujeres que habían intentado divorciarse, pero quienes habían sido reprendidas por un juez usando comentarios como estos: «No tienes una mano rota, ni tampoco un pie, ¿entonces por qué quieres divorciarte?». Aquellas mujeres que denunciaron a la policía ser víctimas de violencia doméstica se les dijo que «no deberían quejarse», o que probablemente «se merecían las palizas que habían recibido,» según señaló el informe.

Los expertos viajaron a Afganistán del 27 de abril al 4 de mayo y visitaron Kabul y Mazar-e-Sharif. Ellos se reunieron con mujeres y hombres afganos procedentes de una amplia variedad de sectores, que incluía la sociedad civil, empresarios, líderes religiosos, profesores, periodistas, organismos de las Naciones Unidas, la comunidad diplomática, ONGs internacionales y funcionarios de facto.

Persecución por cuestión de género

En el informe, los expertos se mostraban sumamente preocupados porque esté ocurriendo una persecución por cuestión de género en Afganistán bajo el dominio de las autoridades de facto. La persecución por cuestión de género constituye un crimen de lesa humanidad en virtud del Estatuto de Roma, señala el informe.

El informe destaca también que la prohibición a la educación de las mujeres convierte a Afganistán en «el único país en el mundo» donde se prohíbe a las niñas y mujeres jóvenes asistir a la escuela secundaria y a instituciones de educación superior.

«Las flagrantes violaciones al derecho fundamental a tener acceso a una educación de calidad tendrá consecuencias de por vida que afectarán no solamente a sus oportunidades laborales sino también a su acceso a servicios básicos como la atención sanitaria,» advierte el informe.

El informe también apunta cómo se prohíbe hoy en día a las mujeres de Afganistán trabajar fuera del hogar en la mayor parte de los sectores, abandonar su vivienda sin la compañía de un familiar masculino, o maharam, acceder a baños públicos, parques, y gimnasios, además de desplazarse libremente por el país.

Este entorno asfixiante está repercutiendo en la salud mental de las mujeres y niñas, y existen informes generalizados de depresión y suicidio especialmente entre las chicas adolescentes, a las que se les impide recibir una educación, señala el informe.

Sin protección legal

Las restricciones a las mujeres y niñas limitan también su acceso a asistencia sanitaria rutinaria y de emergencia, lo que conlleva graves consecuencias para su salud y derechos sexuales y reproductivos, al tiempo que añade más presión a un sistema sanitario ya de por sí agotado por la pobreza y años de guerra.

«Debido a que las niñas y mujeres solo pueden recibir cuidados médicos por parte de doctoras, a menos que estas restricciones se revoquen rápidamente, existe un riesgo real de que se produzcan múltiples muertes evitables, lo que podría constituir un femicidio,» indica el informe.

Los expertos y expertas de las Naciones Unidas expresaron su profunda preocupación por la ausencia de protecciones legales para las mujeres y niñas, por la aplicación sistemática de discriminación y por la normalización de la violencia de género, que incluye asesinatos por razones de género, matrimonio forzoso y de niños, la venta de niños y niñas así como de órganos corporales, el trabajo infantil, la trata de personas y la migración insegura.

La ausencia de un sistema legal claro y previsible en Afganistán contribuye a perpetuar la violencia contra las mujeres y a la falta de rendición de cuentas para los autores, según el informe. Las mujeres no tienen acceso a profesionales jurídicos que sean mujeres. Algunas abogadas continúan prestando servicios jurídicos desde sus hogares aunque tienen prohibido entrar en las salas de audiencia en la mayoría de lugares.

«Lejos de “proteger” a las mujeres y niñas como afirman, lo que hacen es perpetuar las formas más extremas de discriminación por razones de género y una censura generalizada por medio de edictos restrictivos que atentan contra las mujeres y niñas, la abolición de protecciones legales y de mecanismos de rendición de cuentas por violencia de género, además de la negación constante de derechos,» asegura el informe.

El informe apela a las autoridades de facto a respetar y restaurar los derechos humanos de las mujeres y niñas, e instó a la comunidad internacional a permanecer involucrada con la situación en Afganistán y a adoptar pasos concretos con el fin de respaldar la exigencia de rendición de cuentas por violaciones graves de los derechos humanos.