Los PI se enfrentan a desafíos cada vez mayores para acceder a agua segura
14 octubre 2022
“Los pueblos indígenas nos ofrecen alternativas valiosas para hacer frente a la crisis de agua mundial gracias a sus prácticas tradicionales, tanto en lo que se refiere a la gestión sostenible de los ecosistemas acuáticos como a la gobernanza democrática de agua potable y saneamiento seguros,” declaró el Relator Especial sobre los derechos humanos al agua potable y al saneamiento, Pedro Arrojo-Agudo.
Arrojo-Agudo realizó esta declaración a la hora de presentar su informe sobre oportunidades y desafíos para los derechos sobre el agua para las comunidades indígenas durante el Consejo de Derechos Humanos.
La población mundial de pueblos indígenas, que se calcula suman 476 millones de personas, representa el 6,2 por ciento de la población mundial, y se reparte por más de 90 países de todo el planeta. Globalmente, representan el 18,7 por ciento de la población en pobreza extrema y cerca del 33 por ciento de las personas que viven en pobreza extrema en zonas rurales.
“Los territorios de los pueblos indígenas abarcan cerca del 25 por ciento de la superficie terrestre del planeta, incluyendo aproximadamente el 40 por ciento de todas las zonas terrestres protegidas y paisajes intactos desde el punto de vista ecológico en sus territorios, los pueblos indígenas han conservado el 80 por ciento de la biodiversidad terrestre restante,” señala el informe.
La disponibilidad de agua de calidad en territorios de pueblos indígenas pudo conservarse debido a la sostenibilidad de sus prácticas así como a la dificultad para acceder a sus territorios, añade el informe. No obstante, el impacto que el gran volumen de actividades tuvo sobre los recursos naturales, sumado a los efectos del cambio climático, ha supuesto que muchos pueblos indígenas ya no cuentan con acceso a agua potable segura conforme con las normas internacionales de derechos humanos.
Al expresar sus preocupaciones, los pueblos indígenas destacaron numerosos desafíos a los que tienen que enfrentarse y que han debilitado su acceso a agua limpia y a saneamiento adecuado, destaca el informe. Algunos de estos retos incluyen: contaminación de recursos hídricos disponibles, la falta de consulta sobre políticas y proyectos que afectan a sus derechos sobre agua y saneamiento, y la ausencia de una estrategia sostenible en los proyectos de agua y saneamiento para prevenir un agotamiento de la financiación.
Una de las mayores barreras que perjudican el acceso de los pueblos indígenas a su acceso a agua y saneamiento es que muchos países “niegan la propia existencia de los pueblos indígenas, y hacen caso omiso a los acuerdos internacionales,” aseguró Arrojo-Agudo.
Como resultado, la apropriación de tierras y agua sigue ocurriendo en los territorios de los pueblos indígenas, a través de la construcción de presas hidroeléctricas de gran tamaño, el crecimiento de la agroindustria, las operaciones mineras, la deforestación y el desarrollo turístico, los cuales no tienen en cuenta ninguno los derechos de los pueblos indígenas, y que además dañan y contaminan sus recursos hídricos, según indica el informe.
El agua es un bien común
En la visión del mundo que tienen los pueblos indígenas, el agua pertenece a todo el mundo y debe permanecer disponible para todo el mundo, como un bien común, asegura el informe. Su enfoque ofrece un ejemplo valioso de gestión basada en la comunidad del agua potable y saneamiento seguros, subraya el informe.
Sus creencias y prácticas ofrecen “una expresión auténtica de la sostenibilidad y de un enfoque eco-eficiente, el cual estamos intentando promocionar en la actualidad en la planificación y gestión del agua en todo el mundo,” afirmó Arrojo-Agudo. Siguiendo con su planteamiento, Arrojo-Agudo advirtió que con el fin de garantizar el cumplimiento con los derechos de los pueblos indígenas y permitirles un control efectivo sobre sus territorios, es necesario ejecutar su derecho a un consentimiento libre, previo e informado antes y durante la aplicación de cualquier medida que les afecte, incluyendo medidas que afecten a sus ecosistemas acuáticos.
“Los Estados deben implementar los medios necesarios para asegurar que los pueblos indígenas disfrutan de sus derechos humanos a agua potable y saneamiento seguros, incluyendo un diálogo intercultural que sea respetuoso con su visión del mundo, conocimientos y prácticas ancestrales,” declaró.