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Minorías y grupos vulnerables

Las minorías y sus derechos son importantes para prevenir los conflictos, afirma un experto

22 abril 2022

Varios indígenas Tzotzil participan en un festival tradicional en Chenalho, estado de Chiapas, México © EPA-EFE/Carlos Lopez

«La situación de las minorías en todo el mundo es grave, y es cada día peor con el aumento de los delitos de odio y los crímenes de odio contra minorías en todo el mundo,» afirmó Fernand de Varennes, Relator Especial sobre cuestiones de las minorías.

De Varennes intervino ante el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, donde presentó su informe sobre prevención de conflictos a través de la protección de los derechos humanos de las minorías. 

Las causas originarias de los conflictos más violentos

El informe destacó que las causas originarias de los conflictos más violentos están relacionadas con violaciones de los derechos humanos de las minorías, y apeló a la integración de las cuestiones de las minorías en los esfuerzos destinados a prevenir los conflictos.

Los conflictos en todo el mundo se producen cada vez más en el interior de los países, señala el informe, comenzando a menudo con una tensión latente por el tratamiento, o por la posición débil que se percibe que ocupan las minorías.

De Varennes declaró que para abordar las causas originarias comunes a la mayoría de conflictos, es fundamental atender las reivindicaciones, reales o percibidas, antes de que estas puedan ser instrumentalizadas por fuerzas políticas o puedan crear condiciones explosivas que conduzcan a la violencia.

«Ya que la mayoría de los conflictos violentos contemporáneos afectan a minorías ya perjudicadas, las estrategias destinadas a prevenir conflictos que afectan a estas minorías deberían ocupar un lugar prominente en las iniciativas internacionales, regionales y nacionales además de abordar directamente las causas originarias de la exclusión y la injusticia,» aseveró.

Esto incluye asegurar la igualdad en el acceso a oportunidades económicas y sociales para las minorías, una participación y representación políticas efectivas, medidas para asegurar que su identidad, y en especial sus idiomas, son usados en la educación, además del desarrollo constructivo de prácticas y acuerdos institucionales para acomodar la diversidad dentro de la sociedad. 

El discurso de odio en las redes sociales exacerba la violencia

El relator especial también alertó contra nuevas tendencias que han supuesto otro factor importante añadido que contribuye al aumento global de los conflictos violentos: el incremento del discurso de odio, la xenofobia, el racismo y los nacionalismos populistas en las redes sociales, los cuales llevan exarcebando la violencia y los ataques contra las minorías en todo el mundo.

«El fenómeno del discurso de odio en las redes sociales no era ni tan visible ni tan prominente en 2010 aunque parece suponer un motor importante para crear un contexto donde las minorías pueden encontrarse cada vez más etiquetadas como «otros» o como amenazas para la “nación” de la mayoría, lo que conduce a una polarización de «nosotros contra ellos», instrumentalizado por personalidades políticas mayoritarias para obtener ganancias electorales a corto plazo,» indica el informe.

”Integrar un marco de derechos humanos y de cuestiones de las minorías es necesario para ofrecer un instrumento más eficaz de alerta temprana que contribuya a prevenir conflictos violentos y a evitar la instrumentalización de las reclamaciones de las minorías por terceras partes.”

A pesar de que 2022 supuso el 30º aniversario de la aprobación de la Declaración sobre los Derechos de las Personas Pertenecientes a Minorías Nacionales o Étnicas, Religiosas y Lingüísticas, la presencia, posición y trato recibido de las minorías no ha mejorado en los últimos años.

De Varennes declaró que las Naciones Unidas no habían seguido las recomendaciones sobre prevención citadas por el primer Experto Independiente sobre cuestiones de las minorías hace más de 10 años.  Estas recomendaciones señalaban que el otorgar atención a los derechos de las minorías en una etapa temprana, antes de que estas reclamaciones condujeran a tensiones y violencia, serviría para salvar innumerables vidas y fomentaría la paz y la estabilidad.

«Incluso en las Naciones Unidas y en sus iniciativas, demasiadas personas evitan o pasan por alto el hecho de que determinadas minorías suelen encontrarse entre las comunidades más vulnerables del planeta, y no de forma accidental.»

El experto afirmó que la comunidad internacional ha de subsanar las considerables deficiencias en los mecanismos de prevención de conflictos de forma temprana y efectiva que no están enfocándose en los motivos principales que subyacen en la mayor parte de los conflictos contemporáneos. 

«Una deriva peligrosa hacia la exclusión» en los EE.UU.

En su intervención ante el Consejo, De Varennes también habló sobre su reciente informe de misión a los Estados Unidos. 

A la vez que alabó a la administración de Biden por lo que denominó su compromiso con el respeto por los derechos humanos internacionales y por volver a conectar con la comunidad internacional en el campo de las cuestiones de las minorías, el Relator Especial expresó su preocupación por una «deriva peligrosa hacia la exclusión de aquellos que tienen diferentes color de piel, formas de rezar, o sonidos de sus voces.»

El Relator Especial aseveró que las minorías en los EEUU son vulnerables a las deficiencias y omisiones de un entramado de legislaciones y protecciones federales y estatales sobre derechos humanos que se reflejaron por primera vez en el movimiento por los derechos civiles de la década de 1960.

De Varennes recomendó la aprobación de una legislación nacional integral sobre derechos humanos que incluyera las obligaciones sobre derechos humanos internacionales de EEUU, en especial sobre el reconocimiento del derecho a la igualdad sin discriminación en terrenos tales como la raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otro tipo, origen nacional o social, propiedad, nacimiento o cualquier otra condición.

«Es inconcebible que millones de ciudadanos americanos, en su inmensa mayoría minorías tal como destaca mi informe, no puedan votar.  El número cada vez mayor de barreras para ejercer el voto sin discriminación alguna y para ser elegidos en elecciones periódicas reales mediante sufragio universal e igual no son coherentes con las obligaciones del Gobierno en virtud de la legislación internacional.  Este hecho también constituye un riesgo directo e inmediato para la democracia de este país.»