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Seguridad alimentaria

Las semillas: fundamentales para los sistemas alimentarios, los cultivos y los derechos humanos de los pueblos

28 marzo 2022

Dos personas extrayendo semillas de un tarro de cristal, Acornhoek, Sudáfrica © African Centre for Biodiversity

“Dado que las semillas resultan tan fundamentales para los cultivos y los sistemas alimentarios de los pueblos, el control sobre las semillas supone ejercer control sobre la vida", afirmó Michael Fakhri, Relator Especial sobre el derecho a la alimentación, en su último informe al Consejo de Derechos Humanos.

El experto recalcó además que, tras diez mil años de relación doméstica con las plantas durante los cuales el humano ha experimentado y se ha adaptado a su entorno, los campesinos y agricultores han puesto en marcha dos sistemas de semillas diferentes para garantizar la supervivencia: el sistema de semillas de los agricultores y el sistema de semillas de los productos básicos.

Dos sistemas de semillas

El sistema de semillas de los agricultores constituye la base de todos los sistemas alimentarios, explicó Fakhri. Apoyan la renovación de la biodiversidad, permiten la libre distribución de semillas y conocimientos entre los pueblos, y favorecen la resistencia de los sistemas alimentarios ante el cambio climático, las plagas y los patógenos.

El sistema de semillas de los agricultores ejerce "el derecho a la vida y a la alimentación de las personas, y permiten a los agricultores guardar, utilizar, intercambiar y vender libremente las semillas. Garantizan la alimentación adecuada de la población directamente de la tierra productiva", declaró Fakhri. "El sistema de semillas de los agricultores permite a estos cultivar alimentos de una forma que responde y se adapta al cambio, lo cual fortalece a las comunidades y aumenta la resistencia de los sistemas alimentarios".

Por otro lado, el sistema de semillas de productos básicos está destinado a la reproducción de variedades homogéneas, las cuales dependen de insumos agroquímicos, aclaró Fakhri.

 "Su objetivo principal es obtener beneficios y producir la mayor cantidad de alimentos posible", añadió. 

Este sistema de semillas viene dominado por cuatro compañías agroquímicas, las ‘Cuatro Grandes’. Controlan el 60 % del mercado de semillas mundial y el 75 % del mercado de plaguicidas, lo que supone un dominio absoluto de las variedades de semillas, su distribución y precio, explicó Fakhri.

"Semejante concentración de mercado significa que un pequeño número de compañías controlarán de manera injusta el precio y la distribución de las semillas", aseveró el experto. "La disminución de la biodiversidad en nuestros sistemas alimentarios aumenta la vulnerabilidad de las explotaciones agrícolas a las perturbaciones del cambio climático. El creciente uso de pesticidas también perjudica la salud y la seguridad de los trabajadores agrícolas, los agricultores y las comunidades".

Dos sistemas jurídicos diferentes y contradictorios

Fakhri también señaló que cada tipo de sistema de semillas está asociado a un sistema jurídico distinto. En medio de los sistemas de semillas de los agricultores se encuentran los derechos de estos, respaldados por el Tratado sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (art. 9), la Declaración de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas (art. 31) y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Campesinos y de Otras Personas que Trabajan en las Zonas Rurales (art. 19).

Los derechos de los agricultores se han reconocido y reafirmado claramente como derechos humanos inalienables: todos los pueblos indígenas y los campesinos tienen derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar sus propias semillas y conocimientos tradicionales.

Sin embargo, Fakhri destacó que los sistemas alimentarios del mundo se han ido industrializando cada vez más desde la Revolución Industrial de finales del siglo XIX, lo que ha provocado que los agricultores dependan de los costosos insumos que les suministran las compañías agroquímicas.

Los sistemas de semillas de productos básicos se centran en la reproducción de variedades homogéneas de semillas, las cuales dependen en gran medida de los insumos agroquímicos a través del derecho contractual y el marco de la propiedad, afirmó el experto. En 1991, los países europeos comenzaron a promover su marco de propiedad con el apoyo del Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales y el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual Relacionados con el Comercio de la Organización Mundial del Comercio, que entró en vigor tres años después.

El reto para los Estados que protegen el derecho de los agricultores a mantener, controlar, proteger y desarrollar sus propias semillas y conocimientos agrícolas tradicionales, señaló Fakhri, consiste en que las obligaciones contraídas en virtud de los actuales contextos jurídicos nacionales e internacionales, junto con dos tipos de sistemas de semillas, generan obligaciones potencialmente contradictorias y riesgos de violaciones de los derechos humanos de los campesinos y las comunidades indígenas. 

"Lamentablemente, cada vez más países, sobre todo en el continente africano, se sienten presionados para promulgar leyes que permitan patentar las semillas, firmar el Convenio Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales o reformar sus leyes nacionales para que cumplan el Convenio", especificó. "Esa presión debe cesar".

En su informe, el experto propuso un marco para la promoción de los derechos de los agricultores, los pueblos indígenas y los trabajadores por medio del Tratado Internacional sobre Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura y el derecho de los derechos humanos. Incluiría: el reconocimiento del derecho de los agricultores y de los pueblos indígenas a las semillas; la protección de los conocimientos tradicionales de los agricultores y de los pueblos indígenas; el derecho a conservar, utilizar, intercambiar y vender las semillas conservadas en las explotaciones; el derecho a participar equitativamente en el reparto de beneficios; y el derecho a participar en la toma de decisiones.

"Si se protegen sus sistemas de semillas ejerciendo plenamente los derechos de los agricultores y trabajadores, enmarcando todo desde la perspectiva del derecho a la vida, se aportarán beneficios a sus tierras en estos tiempos violentos", concluyó Fakhri.