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COVID-19

Informe anual 2020: Los derechos humanos en el centro de la respuesta y la recuperación ante la COVID-19

10 junio 2021

La discriminación y las desigualdades sufrieron un aumento enorme en 2020 conforme se propagaba la pandemia de COVID-19, afirmó la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Michelle Bachelet, a la hora de presentar el Infome Anual del trabajo elaborado por su Oficina. 

«2020 fue un año trágico para todo el planeta,» declaró.  «La pandemia se extendió aprovechando las deficiencias pre-existentes en todas las sociedades, explotando y ampliando las lagunas en materia de derechos humanos.»

Ante la pandemia, Derechos Humanos de las Naciones Unidas ajustó sus métodos de trabajo y puso en práctica una serie de medidas innovadoras para poder continuar con sus actividades.  Casi el 60 por ciento de la formación en derechos humanos se impartió en línea, y los empleados también ofrecieron su apoyo a los mecanismos internacionales de derechos humanos, como por ejemplo el Consejo de Derechos Humanos, para seguir trabajando de forma remota o con un modelo híbrido. 

«Estoy orgullosa de la rapidez y eficacia con las que nos adaptamos para operar en pandemia y para que pudiéramos continuar poniendo en práctica la mayor parte de nuestro trabajo planeado, a la vez que atendíamos a los muchos desafíos nuevos que representaba la pandemia con respecto a los derechos humanos,» continuó Bachelet. 

A lo largo de 2020, según la pandemia iba extendiéndose, Derechos Humanos de las Naciones Unidas incrementó su apoyo para integrar políticas eficaces basadas en los derechos humanos en las respuestas a la pandemia por parte de Estados, socios de las Naciones Unidas, Equipos de las Naciones Unidas en el País y otras partes interesadas. 

La organización mejoró sus esfuerzos de vigilancia, presentación de informes y promoción para abordar las cuestiones en materia de derechos humanos durante la crisis.  

 Un ejemplo clave fue el llamamiento a emprender acciones inmediatas para impedir que la COVID-19 se propagara por lugares de detención y reclusión, lo que dio como resultado que al menos 267.500 personas se beneficiaran de liberaciones inmediatas o de alternativas a la detención.   

Derechos Humanos de las Naciones Unidas también creó un conjunto de diez indicadores para evaluar los impactos de la COVID-19 sobre los derechos humanos en diferentes grupos de población.   El COVID-19 Tracker, un  instrumento de gestión de información para analizar tendencias, recopilar buenas prácticas e informar sobre soluciones de políticas eficaces, fue otra incorporación.

Además, Derechos Humanos de las Naciones Unidas ofreció asesoramiento técnico sobre leyes y políticas, publicó 12 notas de orientación temática e impartió formación virtual en todas las regiones. 

Algunas esferas fundamentales de atención para Derechos Humanos de las Naciones Unidas en 2020 incluyeron la protección del derecho de acceso a información sobre la COVID-19 y sus repercusiones; la protección del espacio cívico y la libertad de expresión; y la promoción para garantizar que las medidas de emergencia por la pandemia eran necesarias, proporcionadas y se aplicaban de forma justa, prestando atención a la protección de la salud pública. 

Se recibió una cifra total récord de 224,3 millones de dólares americanos por contribuciones voluntarias en 2020, lo que proporcionó los tan necesarios recursos para garantizar la respuesta de derechos humanos a la pandemia.  Bachelet destacó no obstante que la asignación presupuestaria ordinaria de 116,8 millones de dólares americanos para la Oficina no es suficiente para responder al incremento en el número y alcance de las actividades incluidas en los mandatos. 

«Todavía nos queda mucho camino que recorrer para alcanzar un nivel de ingresos que sea proporcional con las necesidades reales que entraña el trabajo de derechos humanos,» aseguró Bachelet.  «En 2020, nuestras necesidades extrapresupuestarias fueron de 375,5 millones de dólares, lo que significa que tuvimos un déficit de financiación de 151,2 millones.»

Reconociendo el continuo déficit de financiación y el sinfín de retos que surgieron en 2020, Bachelet reiteró que los derechos humanos deben seguir siendo un pilar básico en la respuesta y recuperación ante la COVID-19. 

«Ahora más que nunca, nuestras prioridades siguen siendo pertinentes y nuestro mensaje es inequívoco: para poder recuperarnos mejor, es necesario situar a los derechos humanos en el centro de todos los esfuerzos de recuperación, para que de ese modo nadie se quede atrás,» afirmó. 

10 de junio 2021


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