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Salvar la brecha de género en el ámbito digital

11 julio 2018

Para la Sra. Rokhaya Solange Ndir, Directora de Relaciones de Ecosistemas Digitales de la empresa Sonatel, en Senegal, la tarea de involucrar más a las mujeres y las niñas en las TIC se resume en una idea simple: si se construye un sitio donde capacitarlas, ellas acudirán.

Según el Informe sobre la iniciativa empresarial de la mujer en 2016/2017, publicado en 2017 por el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), el África subsahariana cuenta con la media de actividad empresarial femenina más alta del mundo, con casi un 26 por ciento. Aun así, muchos de estos negocios son informales o no están conectados a Internet, declaró la Sra. Ndir. Además, las mujeres no tienen acceso a muchos de los programas disponibles para asistirlas.

Por esa razón, su empresa, Sonatel, la mayor compañía telefónica de Senegal, decidió que la mejor manera de conectar a la red a las mujeres emprendedoras era crear esquemas dirigidos específicamente a ayudarlas. Entre esos esquemas figura Mwoman que recompensa a las emprendedoras en el ámbito digital y organiza campamentos donde adiestran a las mujeres en el uso de Internet con fines comerciales y en otros dominios. 

La Sra. Ndir asegura que los resultados de la iniciativa han sido notables. Se ha registrado un incremento de la actividad empresarial femenina en la red. En su propia compañía, Sonatel, se ufanan del Consejo de Dirección, que cuenta con un 40 por ciento de mujeres.

“Las mujeres tienen una función importante que desarrollar por sí mismas”, declaró la Sra. Ndir. “Deben hacer oír su voz y continuar con el activismo. Nadie puede defenderlas mejor que ellas mismas”.

Las TIC tienen la capacidad de hacer progresar los derechos de la mujer en los ámbitos económico y social, declaró la Sra. Kate Gilmore, Alta Comisionada Adjunta de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Pese a lo cual, el avance en el ámbito tecnológico ha ido acompañado de la exclusión gradual de la mujer del espacio digital, por lo que actualmente pocas mujeres crean tecnología o participan en la toma de decisiones vinculadas a su creación.

“La gran capacidad potencial de las TIC para mejorar el disfrute de los derechos de las mujeres y las muchachas todavía no se ha hecho realidad, debido a la creciente y tenaz brecha digital de género que lo impide”, declaró la Alta Comisionada Adjunta ante el Consejo de Derechos Humanos, durante un debate que tuvo lugar en junio sobre la mujer y el acceso a las TIC titulado Advancing women’s rights in the economic sphere through access and participation in information and communication technologies (ICTs). [El avance de los derechos de la mujer en el ámbito económico mediante el acceso y la participación en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC)]. 

Otra manera de incorporar más a las mujeres y las muchachas a las TIC es velar por que la equidad sea un elemento integral en la base de las tecnologías emergentes, declaró la Sra. Chenai Chair, de la empresa Research ICT Africa. Las nuevas soluciones basadas en datos empíricos, en especial la inteligencia artificial (AI, por sus siglas en inglés), entrañan el riesgo de que se reproduzcan nocivos estereotipos de género ya existentes y pautas de discriminación contra la mujer, dijo la Sra. Chair. ¿Por qué? Porque la innovación se desarrolla en un contexto de normas sociales y culturales que no promueven necesariamente la igualdad de género, añadió.

“El prejuicio contra la mujer comienza con la persona involucrada en el diseño del método que se usará para enseñar el uso de los ordenadores y su enfoque pedagógico”, añadió la Sra Chair. “Para asegurarnos de que podremos aprovechar los beneficios de la AI, es preciso entender qué está pasando e investigar para elaborar políticas más fundamentadas”.

Mucho de lo anterior tiene que ver con la naturaleza de la sociedad humana. Los seres humanos construyen la tecnología, por consiguiente, ésta refleja muchas calidades y defectos que aquéllos poseen, declaró el Sr. Basheerhamad Shadrach, Coordinador para Asia de la Alianza para una Internet Asequible, de la World Wide Web Foundation .

“Los estereotipos de género que prevalecen en las comunidades a menudo se reflejan también en el ciberespacio, aunque se supone que la red es una herramienta que ha de ofrecer un entorno seguro y tranquilo para que las mujeres aprendan, participen y sean productivas”, afirmó el Sr. Shadrach. 

Las tendencias relativas a la participación de las mujeres y las muchachas en la red no son muy halagüeñas. Según el informe de la UIT “Women in Tech: The Facts [Las mujeres en la tecnología: los hechos], el porcentaje de mujeres que ocupan puestos de trabajo en la esfera informática está en declive. En 1991, las mujeres ocupaban el 36 por ciento de esos puestos. Desde 2015, ese número se ha reducido al 25 por ciento y es aún menor para las mujeres de color.

Diversos informes indican también que la brecha de género digital se está ampliando y se calcula que hay unos 200 millones menos de mujeres que de hombres con acceso al ciberespacio, declaró la Sra. Eva Kjer Hansen, Ministra de Pesca e Igualdad de Oportunidades de Dinamarca, ante el Consejo de Derechos Humanos durante ese mismo debate. Se estima que el 90 por ciento de los empleos pronto requerirán competencias en materia de TIC (según un estudio del Foro Económico Mundial), “por lo que la mejora en el acceso y uso de las tecnologías de la información y la comunicación por parte de las mujeres puede ayudar a cerrar la brecha de género digital y empoderar a la mujer para que asuma el control de su propia vida y exija sus derechos”, expresó la Ministra.

11 de julio de 2018