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La enseñanza en lengua materna es clave para que los jóvenes de las minorías tengan éxito

13 diciembre 2017

En Japón hay un puente entre dos universidades que simboliza el poder y el alcance de la inclusión lingüística.

Durante más de 50 años, la Universidad de Corea en Tokyo (una institución de la minoría coreana) y la Universidad de Arte Mushashino (una universidad de arte japonesa) fueron entidades colindantes, sólo separadas por una valla de tela metálica. Y sin embargo, ambas escuelas nunca se comunicaron, recuerda la Sra. Wooki Park-Kim, una activista de los derechos de la minoría coreana nacida y criada en el Japón. Muchos coreanos han vivido en Japón desde 1910, a causa de la colonización.

En fecha reciente, los estudiantes decidieron que estaban hartos de esa situación, construyeron un puente que enlaza hoy a ambas universidades y realizaron exposiciones de arte en las dos instituciones.

“Los estudiantes coreanos han hecho grandes esfuerzos para promover el entendimiento con la sociedad japonesa en general”, dijo la Sra. Park-Kim.

La activista habló de la importancia de la enseñanza en lengua materna como parte de la educación inclusiva, durante el Foro de las Naciones Unidas sobre Cuestiones de las Minorías, celebrado recientemente en Ginebra. Este foro es una reunión anual en la cual  minorías de todo tipo -lingüísticas, étnicas, religiosas o nacionales- se congregan para definir y analizar las prácticas idóneas, los retos y las iniciativas con miras a la aplicación de la Declaración sobre los derechos de las personas pertenecientes a minorías nacionales o étnicas, religiosas y lingüísticas.   

Este año el foro se centró en los jóvenes pertenecientes a minorías, con miras a lograr una sociedad más inclusiva y diversa. Los jóvenes constituyen la vanguardia del activismo de las comunidades minoritarias. En los debates se examinó la función que desempeñan en la vida pública los jóvenes de las minorías así como su contribución a la difusión por Internet, usando las redes sociales como plataforma de promoción.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, afirmó que la defensa de los derechos de las minorías no sólo era lo correcto, sino que era también un medio poderoso de aplacar tensiones, prevenir conflictos y propiciar una prosperidad de base amplia.

“En ausencia de justicia, ninguna sociedad alcanzará nunca la paz y la armonía sostenibles; el desarrollo siempre se verá obstruido por la postergación de algunos de sus miembros”, declaró el Alto Comisionado. “Las minorías –y los jóvenes de esas minorías- no constituyen una amenaza; más bien son ellos los amenazados. Esos jóvenes no socavan la armonía y la seguridad de la sociedad, sino que la enriquecen con distintas perspectivas, experiencias y competencias”.

Una de las mejores maneras de fomentar la cohesión y la integración de los jóvenes pertenecientes a grupos minoritarios es la educación, señaló la Sra. Saskia Schellekens, Asesora Especial de la Enviada del Secretario General de las Naciones Unidas para la Juventud. La educación desempeña una función formativa que permite a las comunidades interiorizar los conceptos relativos a la ciudadanía y constituye “un pilar esencial para el desarrollo y la preservación de la identidad comunitaria”.

“También constituye un medio primordial mediante el cual las personas y las comunidades pueden salir de la pobreza y un mecanismo para contribuir a que las minorías superen las injusticias históricas que han padecido”, añadió la Sra. Schellekens.

El apoyo que el gobierno proporciona a la educación de las minorías mediante el uso de la lengua materna es fundamental, declaró la Sra. Nouha Grine, presidenta del Amazigh Culture Club [Club de la Cultura Bereber] de Túnez. Esta entidad ofrece un espacio para que los jóvenes bereberes mejoren el conocimiento de su propia cultura mediante diversas actividades. Aunque el gobierno ha reconocido la lengua bereber, es preciso trabajar más a fin de lograr su inclusión, afirmó la Sra. Grine.

“Los jóvenes tienen derecho a la instrucción en su lengua materna”, señaló la Sra. Grine.  “El plurilingüismo forma parte de la diversidad en general”.

La Sra. Elzbieta Kuzborka encarna los resultados del sistema de educación en lenguas minoritarias de Lituania. Como procedía de un contexto polaco, su escolarización se realizó en esa lengua, aunque también estudió por separado el idioma oficial, el lituano. Lejos de establecer una barrera, el sistema permitió que ella y sus condiscípulos llegasen a dominar con más fluidez ambas lenguas y mejoraran su comprensión. La Sra. Kuzborska participó en el Programa de becas para minorías del ACNUDH, en calidad de becaria adulta. 

“La educación de los niños en su lengua materna genera estímulos, fuerza y entusiasmo, y también mejora los resultados académicos”, dijo la Sra. Kuzborska. “Fomenta la participación de la familia y la comunidad”.

En la actualidad, la Sra. Kuzborska es miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Académicos Polacos en Lituania, donde coordina proyectos y conferencias, con el fin de alentar a los jóvenes a aprovechar el sistema educativo y estimula el empleo de mejores métodos de enseñanza en lengua materna. 

“La lengua es el factor clave de la inclusión”, dijo la Sra. Kuzborska. “La lengua es del centro de la actividad humana, de su autoexpresión y su identidad. Reconocer cuánta importancia la gente atribuye a su propio idioma fomenta una auténtica participación en el desarrollo que permite alcanzar resultados duraderos”.

13 de diciembre de 2017