El Fondo de las Naciones Unidas, junto a las víctimas de la tortura el 26 de junio
24 junio 2016
La práctica de la tortura sigue existiendo en todo el mundo y hay una tendencia inquietante a aceptarla cada vez más. Con motivo del Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, el 26 de junio, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, afirmó que, a pesar de que el derecho internacional prohíbe terminantemente el uso de la tortura, las encuestas indican que un número sorprendente de personas está a favor de su aplicación.
Hace 29 años, la Convención de las Naciones Unidas contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes alcanzó rango de ley. En la actualidad, ha sido ratificada por 159 Estados. La Convención prohíbe totalmente todo acto por el cual se inflija intencionalmente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a terceros.
Las víctimas de la tortura proceden de todos los ámbitos de la sociedad, entre ellas hay defensores de derechos humanos, migrantes, periodistas, personas con discapacidad, indígenas o miembros de minorías. Incluso hay niños.
Según el Fondo de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Tortura, en 2016, unos 5.279 niños y adolescentes víctimas de torturas recibieron asistencia de organizaciones financiadas por el Fondo. Esta cifra representa un aumento del 35% en comparación con 2015.
Los miembros del colectivo LGBTI también son víctimas frecuentes de la tortura. Para conmemorar el 26 de junio, un grupo* de expertos en derechos humanos de las Naciones Unidas exhortó a los Estados a que aumenten los esfuerzos para prevenir los malos tratos y las torturas que padecen las personas de este colectivo en los centros de reclusión.
Proporcionar asistencia a las víctimas de la tortura no es un acto de caridad, es cumplir con la ley. El Artículo 14 de la Convención contra la tortura obliga a los Estados Partes a velar por que todas las víctimas de la tortura bajo su jurisdicción reciban reparación y tengan derecho a una rehabilitación lo más completa posible.
Cuando los Estados no atienden adecuadamente a estas y otras víctimas, el Fondo de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Tortura interviene para ayudarles a obtener rehabilitación y reparación
La rehabilitación y reparación de las víctimas de la tortura son posibles y ejercen un efecto positivo duradero en las familias, las comunidades y la sociedad en su conjunto.
El Fondo, administrado por la Oficina del ACNUDH en Ginebra, cumple este año su 35º aniversario. Creado en 1981, el Fondo ha proporcionado más de 180 millones de dólares estadounidenses a más de 630 organizaciones en el mundo entero.
En 2016, el Fondo financiará 178 proyectos con 7,1 millones de dólares, que ayudarán a más de 50.000 víctimas de 81 países.
Unáse al Fondo de las Naciones Unidas para las víctimas de la tortura. Descargue el material de campaña para el 26 de junio.
24 de junio de 2016