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La trata de personas es una característica cada vez más común de los conflictos modernos, ya sean nacionales o internacionales. Las formas existentes de trata y las vulnerabilidades que van desde la violencia de género a la discriminación y la falta de oportunidades económicas se agravan antes, durante y después del conflicto. 

Además, los conflictos tienden a alimentar la impunidad, el desmoronamiento de la ley y el orden y la destrucción de las instituciones y las comunidades, lo que fomenta las condiciones en las que florecerá la trata, a menudo más allá del momento en que cesen las hostilidades. La falta de acceso a opciones de migración seguras y legales obliga a muchas personas que huyen del conflicto a utilizar los servicios de facilitadores ilegales, lo que aumenta su exposición a la explotación, incluida la trata.

Las formas más comunes de tráfico en los conflictos son: 
(a) tráfico de personas que huyen del conflicto;
(b) el tráfico durante el conflicto; and 
(c) tráfico en situaciones de post-conflicto. 

Trabajo del mandato sobre estas cuestiones

El informe presentado al Consejo de Derechos Humanos en 2016 (A/HRC/32/41) reconoció el claro vínculo entre la trata y los conflictos. Reconoció que los conflictos influyen en la forma y la naturaleza de la gravedad de la explotación relacionada con la trata. Asimismo, ciertas formas de explotación relacionadas con la trata son particulares de los conflictos o más frecuentes en situaciones de conflicto, como el reclutamiento militar forzoso tanto de niños como de adultos. Reconoció que no sólo la trata está vinculada al conflicto, sino que el conflicto también alimenta la trata. Amplifica las vulnerabilidades y aumenta las oportunidades de explotación. 

El siguiente informe presentado a la Asamblea General en 2016 (A/71/303) se basó en el anterior y examinó la trata en los conflictos y cómo afecta a las poblaciones en tres escenarios diferentes, las personas que huyen de los conflictos, la trata durante los conflictos y, por último, las particularidades de la trata después de los conflictos. La Relatora Especial también trató estas cuestiones en el debate abierto del Consejo de Seguridad sobre el tema "Violencia sexual relacionada con los conflictos: respuesta a la trata de personas en situaciones de violencia sexual relacionada con los conflictos de 2016". A través de estos informes y del compromiso con la política internacional para a, la labor del mandato contribuyó a poner de relieve esta cuestión y a incitar a la comunidad internacional a prestarle atención. 

Más tarde, en 2017, como resultado de los esfuerzos de promoción de la OIM y el ACNUR, se creó el equipo de trabajo contra la trata dentro del Grupo Temático de Protección Global. Gracias a la labor del equipo de trabajo, las organizaciones sobre el terreno se han beneficiado de la formación y el fortalecimiento de la capacidad en materia de identificación y asistencia a las víctimas de la trata afectadas por conflictos y en entornos humanitarios. Por ejemplo, véase la Guía de introducción a la acción contra la trata en contextos de desplazamiento interno.

Los informes posteriores del mandato a la Asamblea General siguieron ampliando los diferentes aspectos de la trata en contextos humanitarios o en relación con la agenda de las mujeres y los niños. El informe de 2017 (A/72/164), junto con el Relator Especial sobre la venta y la explotación sexual de los niños, presentó un estudio sobre la vulnerabilidad de los niños a la venta, la trata y otras formas de explotación en situaciones de conflicto y crisis humanitaria. 

Por último, el informe de 2018 a la Asamblea General (A/73/171) se centró en la dimensión de género de la trata de personas en entornos de conflicto y post-conflicto y su nexo con la violencia sexual relacionada con los conflictos, ya que se relaciona con la agenda de la mujer y la paz y la seguridad del Consejo de Seguridad.

Próximos proyectos

Con el fin de mejorar la capacidad de las partes interesadas para aplicar las recomendaciones del Relator Especial, se establecerá una metodología de trabajo basada en la adaptación de las recomendaciones a una guía de fácil uso en formato online. Este enfoque permitirá al Relator Especial dedicar recursos para trabajar junto a las partes interesadas identificadas para adaptar y aplicar las recomendaciones en la práctica. Para ello, las recomendaciones del Relator Especial se organizarán en áreas temáticas para permitir la identificación de las partes interesadas pertinentes que se organizarán en grupos temáticos. El primero de estos grupos se dedicará a las recomendaciones relacionadas con la trata en situaciones de conflicto y humanitarias. 

Más información próximamente.

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