Relatos breves sobre la protección social
Iniciativa Derechos Humanos 75
La historia de Mamataj: Derecho a la protección por discapacidad
Child Labour: Action-Research-Innovation in South and South-Eastern Asia, CLARISSA (Bangladesh)
Mamataj* perdió parte de una pierna en un accidente con fuego. La vida en un barrio marginal de Dhaka, capital de Bangladesh, ya es bastante dura, pero la discapacidad de Mamataj la abocó aún más a la pobreza y la exclusión social.
El accidente le dejó dolores intensos en la espalda y en una muñeca, lo cual no le permitía trabajar. En consecuencia, Mamataj, de 38 años, tenía dificultades para pagar los gastos del hogar y la escuela de su hija.
Al principio, Mamataj recibía entre 700 y 750 takas bangladesíes (6 dólares) al mes del subsidio por discapacidad de la Oficina de Servicios Sociales del Estado. No era mucho, pero ayudaba. Pero un día el subsidio quedó suspendido repentinamente, lo que obligó a Mamataj a depender de amigos y miembros de la comunidad para sobrevivir.
El caso de Mamataj no es poco habitual. Los posibles beneficiarios, en particular los más excluidos y vulnerables de la sociedad, a menudo no reciben prestaciones de protección social debido a numerosas barreras legales y prácticas, que afectan a su derecho a la seguridad social.
Sin embargo, una organización de defensa de los derechos del niño conoció la historia de Mamataj. Trabajadores sociales de la organización Child Labour: Action Research in South and Southeast Asia (CLARISSA) se reunieron con ella y consiguieron que la Oficina de Servicios Sociales reanudara sus prestaciones por discapacidad.
Los trabajadores sociales también se encargaron de que Mamataj recibiera transferencias de efectivo adicionales del plan de protección social de CLARISSA para ayudarla a cubrir la diferencia entre las necesidades del hogar y los pagos de la seguridad social del gobierno.
"Este dinero ha aportado tranquilidad a mi vida, y ahora puedo ahorrar para el futuro de mi hija", reveló Mamataj, cuyo marido le abandonó tras el accidente.
La seguridad social contribuye a erradicar la pobreza y la desigualdad, y a promover la dignidad humana y la inclusión social. También permite que las personas, especialmente las marginadas, incluyendo mujeres y personas con discapacidad, disfruten de otros derechos humanos, como el derecho a la alimentación, a la vivienda y a un nivel de vida adecuado, a la educación y la salud.
La protección social significa mejor salud
Cooperación Alemana al Desarrollo (Camboya)
En algunas ocasiones, Khean enviaba a sus hijos a la escuela sin desayunar. En otras, la familia carecía de comida suficiente para el almuerzo y la cena.
Camboya ha hecho grandes progresos contra la pobreza en las dos últimas décadas, pero este país del sudeste asiático se está viendo muy afectado por la crisis económica provocada por la pandemia de COVID-19.
Con la escasez de empleo, muchas familias como la de Khean empiezan a vivir por debajo del umbral de la pobreza. Khean está embarazada de siete meses de su sexto hijo. Su marido trabaja en la construcción, pero sus ingresos solo dan para mantener a la familia dos semanas al mes.
"Mi marido es el único que gana dinero", señaló Khean, que vive en la provincia de Kampot y se queda en casa al cuidado de los niños. "Gana unos 150 dólares al mes. A veces, incluso menos porque hay menos trabajo".
Con ayuda de la Cooperación Alemana para el Desarrollo, la familia de Khean fue incluida como beneficiaria en un programa de asistencia social del Gobierno camboyano para reducir la pobreza.
La tarjeta de equidad permite a los hogares pobres y en situación de riesgo acceder a las prestaciones de asistencia social del gobierno para que las familias puedan costearse la alimentación y la sanidad y disfrutar de la seguridad de ingresos.
"La transferencia de efectivo ayuda mucho al sustento de mi familia. Puedo comprar arroz, carne y verduras que cocinar para mis hijos, y ayudarles a ir a la escuela", relató.
Como el gobierno proporciona transferencias de efectivo a las mujeres embarazadas que viven en la pobreza y tienen hijos menores de dos años, Khean recibe una ayuda adicional de hasta cuatro veces más cuando acude a los servicios sanitarios.
"Recibo 10 dólares cuando acudo al centro de salud a reconocimientos de salud materna y 50 dólares por dar a luz allí. También recibo dinero cuando llevo a mi hijo al centro de salud para que lo vacunen y lo examinen".
Los partos atendidos por personal sanitario cualificado, así como las revisiones periódicas, ayudan a aliviar las complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto, y reducen la mortalidad materna y neonatal.
El derecho a la seguridad social está reconocido en numerosos instrumentos de derechos humanos, como la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Medios de subsistencia sostenibles para las mujeres rurales
Brooke Action for Working Horses and Donkeys (India)
En muchas comunidades rurales de todo el mundo, los animales de trabajo son esenciales para el sustento de las familias pobres.
Los animales se emplean para arar los campos, transportar fertilizantes y agua para los cultivos o llevar los productos al mercado. En la India rural, a menudo son las mujeres quienes cuidan de los caballos y burros de la familia.
Para atender mejor la salud y el bienestar de los animales, las mujeres de las comunidades rurales de la India organizan grupos de apoyo. Los Grupos de mujeres para el bienestar equino hacen un fondo común con sus ahorros, que las mujeres utilizan para tomar prestado y hacer frente a los imprevistos financieros, como la atención veterinaria o medicinas si los animales enferman.
Un grupo de mujeres de este tipo trabaja en la ciudad de Churu, en la región desértica del estado de Rajastán. Con el apoyo de Brooke, una organización benéfica internacional que protege la vida de caballos, burros y mulas para brindar a las personas la oportunidad de salir de la pobreza, el grupo ideó fuentes de ingresos diversificadas, como la venta de verduras y pienso para animales, la costura y la talabartería.
Cuando los ahorros del grupo empezaron a aumentar, también mejoraron sus conocimientos financieros y la confianza en sus posibilidades. Y este conocimiento y concienciación permitieron al grupo de mujeres acceder a planes de seguros, como el mecanismo de seguro equino del Departamento de Ganadería de Rajastán, y a planes de autoseguro para los pobres del Gobierno de la India.
Como resultado, la comunidad se ha vuelto más resistente a las perturbaciones inesperadas y puede seguir utilizando sus équidos de trabajo para crear medios de subsistencia estables y sostenibles.
"Este programa nos ha permitido cuidar correctamente de los equinos y ganarnos la vida", afirmó Rachna, Presidenta del Grupo de mujeres para el bienestar equino de Churu.
El reconocimiento y el ejercicio del derecho al desarrollo y el derecho a la seguridad social son fundamentales para subsanar la injusticia estructural y las desigualdades dentro de los países y entre ellos, y para que las personas y los grupos desfavorecidos y marginados disfruten de sus derechos económicos, sociales y culturales.
El dinero y los cuidados mejoran el bienestar infantil
Política Social y Protección Social de UNICEF (Mozambique)
Noémia lo pasó mal tras dar a luz a Américo. Como madre soltera, tenía dificultades para comprar comida para el bebé y mantener el trabajo en la granja familiar.
"El padre le puso un nombre a mi hijo por mensaje de texto (SMS), pero mi hijo no le conoce", dice Noémia, de 23 años, visiblemente triste mientras abraza a Américo.
"Vivo sola y estoy divorciada. Cuando estaba embarazada, mi marido encontró trabajo en Nacala y nunca regresó. Le avisaron de que su hijo había nacido, pero nunca ha vuelto para verle", confesó, y añadió que el padre no se ocupa del niño ni envía dinero.
Noémia se enteró de la existencia del programa Prestación por hijo a cargo a través del Instituto Nacional de Acción Social (INAS) de Mozambique. Con el dinero que recibió del programa, consiguió ahorrar 47 dólares para construir su propia casa y la cocina.
"Ahora tengo mi propio espacio, me siento mejor y más independiente", afirmó Noémia, que vive en el distrito de Lalaua, en la provincia de Nampula.
Mientras su madre cuida de Américo, Noémia va a trabajar a la machamba (una pequeña granja familiar) o a recoger agua. Noémia cultiva maíz y mandioca, y con la prestación puede comprar comida y ropa para Américo.
Esta prestación, dirigida a niños de 0 a 2 años, es una parte fundamental de la estrategia de protección social del Gobierno de Mozambique y un componente del Programa de Subsidios Sociales Básicos, orientado a reforzar el sistema de protección social básica de Mozambique y dirigido a las poblaciones vulnerables.
Además de la transferencia de efectivo, el programa se centra en el cambio de comportamiento social en torno a la nutrición, el agua, el saneamiento y la higiene, así como las prácticas de crianza. Un componente del programa es la gestión de casos específicos, el cual se ofrece a los hogares clasificados como más vulnerables.
El Ministerio de Género, Infancia y Acción Social, con el apoyo técnico de UNICEF y la financiación de los Gobiernos de Suecia, Países Bajos y Reino Unido, ejecuta la fase inicial del programa Prestación por hijo a cargo.
Esta fase comenzó en septiembre de 2018 y concluyó en diciembre de 2021, cuando los 15.345 niños y niñas y sus cuidadores recibieron 24 meses de pagos y completaron el programa.
Gracias a los resultados positivos obtenidos, el gobierno aprobó su ampliación para llegar a 250.000 niños y familias más antes de 2026.
Asistencia a las personas de edad
We Social Movements (Nepal)
En Nepal, las personas de edad reciben un subsidio de vejez en el marco del programa de seguridad del gobierno. Su objetivo es apoyar el bienestar de las personas de edad y mejorar su situación social y económica.
Gopal, de 74 años, recibe el subsidio de vejez desde hace cuatro años.
Sin embargo, al principio no fue fácil.
"No estaba al tanto de mi edad, ni de los papeles que necesitaba", explicó. "Tuvimos que ir a por mis papeles y encontrar mi fecha de nacimiento para saber cuándo podía empezar a cobrar este subsidio".
Con la ayuda de We Social Movements, una organización benéfica que promueve el derecho a la protección social y la erradicación de la pobreza y la exclusión, Gopal puso sus papeles en regla.
Ahora Gopal recibe el subsidio cada cuatro meses, lo que le ayuda a comprar alimentos y medicamentos.
"Tengo gastritis. Gasto un frasco de pastillas cada 10 días, lo que me cuesta 200 rupias nepalíes (1,5 dólares)", indicó.
"Cojo la bicicleta para ir allí cada vez que el administrativo de la oficina del distrito me dice que se ha depositado el subsidio. Vive a la vuelta de la esquina, así que es fácil. También se aseguró de que recibiera el efectivo durante el confinamiento (COVID-19) cuando los bancos estaban cerrados. Nunca ha habido retrasos. Suelo retirar toda la cantidad cuando la recibo".
La mujer de Gopal presenta reumatismo y dolor óseo. También recibe un subsidio de vejez, ya que es mayor que él.
"Me parece bien que el gobierno apoye a los ancianos, porque muchas veces sus hijos no pueden ocuparse de ellos", señaló. "Trabajamos mucho y seguimos haciéndolo, aunque no siempre es posible".
La seguridad social es un derecho humano consagrado en la Declaración Universal de Derechos Humanos (artículo 25) y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (artículo 9). El derecho a la seguridad social también está reconocido en la Constitución nepalí (artículo 43).
Subsidios para madres solteras y sus hijos e hijas
We Social Movements (Nepal)
Mahottari pasa el día trabajando en un terreno cerca de su casa, en la provincia nepalí de Madhesh.
"Cultivamos", explicó Mahottari, de 35 años. "Hacemos todo lo posible para cultivar. A veces trabajamos desde primera hora de la mañana hasta el anochecer".
Su hijo emigró a la India para trabajar y a veces envía algo de dinero, pero no es suficiente para alimentar a la familia, que incluye a un nieto de 3 años y a una nieta de 2 años. Su nuera la ayuda en el campo.
Gracias a la organización comunitaria Community Family Welfare Association, Mahottari consiguió acceder al programa gubernamental Single Women's Allowance, un subsidio de la seguridad social destinado a ayudar a personas social y económicamente vulnerables.
"La trabajadora de la organización vino a casa y me dijo que el gobierno me daba 800 rupias nepalíes (6 dólares) al mes por mis nietos", relató.
La trabajadora ayudó a Mahottari a resolver el papeleo, como por ejemplo a obtener el certificado de matrimonio del hijo y los certificados de nacimiento de los dos nietos.
La seguridad social contribuye a erradicar la pobreza y la desigualdad, y a promover la dignidad humana y la inclusión social. También permite que las personas disfruten de otros derechos humanos, como el derecho a la alimentación, a la vivienda y a un nivel de vida adecuado, a la educación y la salud.
Mahottari indicó que, gracias a los subsidios, su familia ahora puede comprar alimentos y sus hijos enferman menos.
"La trabajadora ayudó a mis nietos a conseguir harina. Esta harina nos ayuda tanto que mi nieta engordó 3 kilos en un año. Recibo kilo y medio de harina al mes".
En Nepal, las hijas que se quedan solteras al fallecer su padre suelen quedar en situación precaria, sin poder casarse por falta de dote y sin medios para mantenerse. El problema es más dramático entre las familias pobres y se cree que es uno de los factores principales del trabajo infantil femenino.
Abordar la discriminación exige reconocer la importancia de la igualdad de género y la adopción de medidas activas para garantizarla. El disfrute del derecho a la seguridad social por parte de las mujeres como titulares individuales de derechos puede contribuir notablemente a su empoderamiento socioeconómico.
La asistencia maternoinfantil mejora la salud y el bienestar
Política Social y Protección Social de UNICEF (Sudán)
Mahasin, una madre de 26 años, divide su tiempo entre Suakin, una ciudad portuaria en la costa occidental del Mar Rojo, y Al-Lalaloba, un distrito rural en la parte noroeste de la ciudad de Port Sudan.
En mayo de 2021, conoció el programa de Transferencias en efectivo para madres e hijos al visitar el centro.
"El apoyo que recibí fue muy completo. Me enseñaron a elaborar un plan de parto y aproveché el fondo para comprar artículos de primera necesidad para mí y el bebé. Compré comida y leche", explicó Mahasin.
El programa, respaldado por UNICEF, está destinado para los primeros 1.000 días de vida del niño o niña y promueve la salud de la mujer mediante servicios de atención a mujeres embarazadas y lactantes.
Mahasin estaba muy embarazada de Husam, su primer hijo, cuando se inscribió en el centro de salud de Al-Lalaloba.
"Algunas mujeres no tienen comida suficiente para sus familias, y algunas ni siquiera pueden permitirse coger un taxi para ir a un hospital cercano a dar a luz", reveló Mahasin. "Mi hijo necesitará alimentos pronto. Esta ayuda me ayudará a comprar alimentos sanos y variados".
El programa estrella de protección social de UNICEF en Sudán está apoyando directamente a 300.000 beneficiarios mediante la provisión de efectivo, información y asistencia.
Está demostrado que el programa reduce la mortalidad materna, la mortalidad infantil y la desnutrición, al tiempo que empodera a niñas y mujeres y promueve actitudes vitales.
El programa, lanzado por primera vez en los estados orientales, donde predomina la desnutrición infantil, combina la ayuda periódica de efectivo a los beneficiarios con un paquete de servicios integrados, como atención sanitaria, nutrición, agua y saneamiento, además de protección infantil.
Ayudando a las personas con discapacidad a ser independientes
Pago por independencia personal (Reino Unido)
Kevin, un hombre de unos 40 años del Reino Unido, es beneficiario del Pago por independencia personal (PIP), un programa gubernamental que proporciona un subsidio de subsistencia complementario a las personas con enfermedad o discapacidad física o mental de larga duración.
El PIP ha mejorado la vida de Kevin. El programa no solo le ayuda con los gastos relacionados con la discapacidad, sino que complementa sus ingresos.
"Necesito el dinero extra de la discapacidad ya que las otras ayudas que recibo apenas me dan para vivir", señaló.
Las personas con discapacidades se enfrentan a discriminaciones y barreras que les impiden participar en la sociedad en igualdad de condiciones que los demás.
Aunque la seguridad social es un derecho humano contemplado en la Declaración Universal de Derechos Humanos y desarrollado en las normas y criterios internacionales de derechos humanos y laborales, el derecho a la seguridad social sigue estando fuera del alcance de muchas personas, especialmente de las más necesitadas. El 78 % de las personas con discapacidades graves de todo el mundo no perciben prestaciones por discapacidad.
En Reino Unido, el PIP permite que las personas con discapacidad mantengan el contacto con el mundo exterior. Les ayuda a comprar equipos especializados o medicamentos, y a pagar la educación, la alimentación y los servicios públicos. El PIP también se emplea para pagar el transporte a citas médicas o visitas a familiares y amigos.
Kevin afirmó que su experiencia resalta la importancia del PIP para las personas con discapacidad, al fomentar el bienestar y la capacidad para desenvolverse en la vida.
Protección de las madres jóvenes durante el permiso de maternidad
Fondo Conjunto para los ODS (Viet Nam)
Vu Thu Thao se encuentra de baja por maternidad y cuidando de su hija de cuatro meses.
"Estoy muy contenta de ver crecer a mi hija día a día", reveló Thu Thao, de 25 años. "Ahora no tengo ninguna presión porque cobro la seguridad social y mi bebé puede ir al médico gratis".
En Viet Nam, el gobierno está desarrollando un sistema de protección social adaptado a la infancia para mitigar el impacto de la pobreza, apoyar a las familias en su papel de cuidadoras de los niños y niñas y mejorar el acceso de la población más pobre y marginada a servicios básicos como la educación y la atención sanitaria.
Desde 2021, se calcula que unos 3,2 millones de niños y niñas recibieron nuevas prestaciones por hijo a través de los regímenes de seguridad social y ayuda social. Además, 600.000 mujeres embarazadas (estimación anual) tienen acceso legal a la baja por maternidad remunerada a través de un nuevo régimen de seguridad social voluntario.
Por otra parte, cerca de dos millones de personas de entre 75 y 80 años de zonas insulares montañosas y pobres han recibido una pensión más alta desde julio de 2021, al mismo tiempo que un millón de personas con discapacidad han recibido ayuda social.
El gobierno afirma que el programa de seguridad social de Viet Nam pretende construir un sistema de protección social inclusivo e integrado para cada niño, cada madre, cada persona mayor y cada mujer de minorías étnicas del país.