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Túnez

En Túnez, la lengua de signos abre la puerta al amor y la inclusión

21 junio 2023

Tres jóvenes se comunican con lengua de signos. © Crédito – ACNUDH de Túnez

Mohamed Ben Smida conoce de primera mano las muchas dificultades de crecer siendo sordo y pobre en un suburbio de la capital de Túnez.

El silencio persistente en las aulas. No poder comunicarse con el conductor del autobús. Una visita al médico significaba que un familiar siempre tenía que estar presente, incluso cuando quería hablar de algo personal. Frustrado por su creciente aislamiento, dejó la escuela y se retrajo a su propio mundo.

"Cuando eres un joven sordo en una sociedad no inclusiva, donde nada está pensado para lograr mayor igualdad y el bienestar de las personas con discapacidad, todo se complica", afirmó Ben Smida, de 22 años.

"Tuve problemas para encajar y tener éxito en mis estudios. A los 15 años, decidí dejar el instituto porque era mayor en comparación con mis compañeros y ya no podía avanzar", reveló a través de un intérprete de lengua de signos.

Al igual que Ben Smida, las personas con discapacidad que viven en Túnez se enfrentan cada día a discriminaciones y barreras que les impiden participar en la sociedad en igualdad de condiciones que los demás.

"No hay cabida para chicas como yo"

Un número desproporcionado de personas con discapacidad viven en países en desarrollo donde siguen estando muy invisibles y marginadas. Las mujeres y niñas con discapacidad, en particular, suelen caer en la marginación, un factor que aumenta su vulnerabilidad y sus traumas.

"Desde el inicio de mi adolescencia, me abandonaron a mi suerte", relató Salma Saied, de 19 años.

Saied destapó las heridas emocionales que sufrió mientras se desenvolvía en la vida como joven sorda, incluyendo los problemas a la hora de relacionarse con chicos de su edad.

"No era una adolescente feliz. Buscaba mi lugar en una sociedad en la que no había cabida para chicas como yo", añadió.

La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad exige la inclusión y participación de estas personas en las agendas humanitarias, de desarrollo y de derechos humanos.

Según la Organización Mundial de la Salud, mil millones de personas —el 16 % de la población mundial— sufren una discapacidad. La definición de discapacidad de la Convención incluye una gran variedad de deficiencias —físicas, sensoriales, intelectuales y mentales—, pero con una experiencia común de estigmatización y exclusión.

En Túnez, Derechos Humanos de las Naciones Unidas está colaborando con el gobierno tunecino y la sociedad civil para eliminar las barreras y promover la plena inclusión de las personas con discapacidad, incluso mediante el reconocimiento de la lengua de signos y el braille para las personas sordas. La Oficina apoya al gobierno en sus esfuerzos por armonizar las leyes y políticas nacionales en consonancia con la Convención y el marco más amplio de los derechos humanos.

"Las barreras a las que se enfrentan las personas con discapacidad no son solo físicas", aseguró Elodie Cantier-Aristide, jefa de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Túnez. "La comunicación también puede constituir una gran barrera para las personas que quieren ir a la escuela, tener un trabajo, vivir de forma independiente, abrir una cuenta bancaria o tener acceso a la justicia".

En los últimos doce años, ACNUDH ha considerado prioritario apoyar la inclusión y la representatividad de todas las personas en Túnez.

Cantier-Aristide, Representante de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Túnez

El año pasado, la Oficina proporcionó a instituciones académicas privadas y públicas la versión en braille de un informe de la Comisión de la Verdad y la Dignidad de Túnez, órgano creado para hacer justicia para las familias de las personas que sufrieron torturas y otros abusos de derechos durante décadas de régimen autoritario en el país.

Más recientemente, la Oficina organizó en un teatro tunecino una proyección de la revisión del historial de Túnez en materia de derechos humanos. A la proyección del Examen Periódico Universal de Túnez asistieron unos 100 participantes de la sociedad civil, e incluyó intérpretes de lengua de signos para que las personas con discapacidad pudieran tener pleno acceso a la información.

Bajo los auspicios del Consejo de Derechos Humanos, el Examen Periódico Universal examina el historial de derechos humanos de los 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas, y proporciona un espacio de debate abierto y participativo para que los Estados cumplan sus obligaciones en materia de derechos humanos.

"Aprecio realmente la iniciativa", afirmó Iadh Ben Mrabet, joven sorda de 19 años. "No sabía que Túnez es responsable de los derechos de sus ciudadanos y ciudadanas".

Ben Smida, Saied y Ben Mrabet señalaron que la proyección suponía una oportunidad para que las personas con discapacidad comprendieran mejor sus derechos y las obligaciones de los Estados.

Los tres, que abandonaron los estudios por su discapacidad, asisten a un centro de formación profesional para personas sordas. A Saied le gustaría ser peluquera, mientras que Ben Smida y Ben Mrabet quieren trabajar en el sector de la joyería.

"Es la primera vez que participo en un acto de tal magnitud y que veo a otros Estados debatir públicamente sobre si Túnez respeta los derechos de su ciudadanía", explicó Ben Smida.

"Me abrió los ojos y aprendí mucho de esta experiencia única".