Fomentando la inclusividad en y a través del deporte
26 julio 2024
“Cuando yo tenía tres años, esperaba ansiosa cada día que mi padre volviera del trabajo, ilusionada por darnos una de nuestras vueltas habituales en coche. Un día, como era costumbre, mi padre llegó a casa y me colocó en el asiento y, cuando se estaba desplazando al asiento del conductor, el coche explotó por un dispositivo explosivo que estaba escondido,” contó Najlah Imad Al-Dayyeni, una jugadora paraolímpica de tenis de mesa que va a participar en los Juegos Paraolímpicos París 2024 de este año que tendrán lugar en París, Francia.
“En ese momento, no era consciente de lo que había ocurrido,” explicó. “No fue hasta tiempo más tarde que me enteré que la explosión me había cortado las dos piernas y mi mano derecha, con tanta fuerza que mis miembros fueron lanzados a los tejados de los vecinos. Mis padres se quedaron en estado de shock.”
Cuando ella recuperó la consciencia semanas más tarde, le preguntó a su madre a dónde se habían ido sus miembros. Su madre le contó que se habían ido al cielo.
“Fue en ese momento que cobré conciencia de que una parte importante de mi vida y mi alma se habían perdido para siempre,” señaló.
Desde ese momento, Al-Dayyeni tuvo que enfrentarse a un gran número de dificultades.
“No solo por mi propia discapacidad, sino también por culpa de la discriminación que tenía que soportar todos los días,” aseguró. “En el colegio, en especial en las clases de deporte, me dolía ver a otras chicas corriendo y jugando libremente mientras que yo no podía.”
Cuando Al-Dayyeni tenía solamente diez años, descubrió una nueva pasión en el tenis de mesa, lo que le iba a ofrecer una nueva vida que la llenó de ilusión. Con el apoyo inquebrantable de su familia, entrenadores, y el Comité Paraolímpico, acompañado de largas horas de trabajo duro, ella se convirtió en miembro del equipo nacional de tenis de mesa para atletas con discapacidades.
Hoy en día, es la primera campeona de tenis de mesa con una discapacidad de Iraq y Asia. Al-Dayyeni participó en los Juegos Paraolímpicos de Tokio como la jugadora de tenis de mesa más joven de todos. Ella defiende los derechos de las personas con discapacidades en los deportes y en otros ámbitos, y de manera especial los derechos de los niños, niñas y chicas jóvenes en conflictos armados.
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Las personas con discapacidades que participan en los deportes desafían los estereotipos sociales y fomentan la diversidad.
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Najlah Imad Al-Dayyeni, jugadora paraolímpica de tenis de mesa
En los Juegos Olímpicos de París 2024 también competirá un Equipo Olímpico de Refugiados, que estará formado por la cifra récord de treinta y seis refugiados y refugiadas, lo que representa un símbolo poderoso de inclusión y pertenencia que atletas y personas desplazadas de todo el mundo han podido encontrar gracias al deporte.
Yiech Pur Biel, un refugiado atleta procedente de Sudán del Sur, se vio obligado a huir de la guerra en 2005. Él llegó al campamento de refugiados de Kakuma en el norte de Kenya, donde sus habilidades atléticas resaltaron durante las pruebas hechas para identificar a atletas refugiados. En 2016, Biel hizo historia al competir en el primer Equipo Olímpico de Refugiados en la prueba de 800m, en los Juegos Olímpicos de Verano de Río, en Brasil.
“Como atleta, tuve el enorme privilegio de representar a las personas desplazadas en el escenario global de los Juegos Olímpicos…, como persona joven, pude experimentar de primera mano el poder que tiene el deporte para conectar y unir a las personas,” declaró.
Desde que compitiera en los juegos de Río, Biel se convirtió en un Embajador de Buena Voluntad para ACNUR, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, y es miembro del Comité Olímpico Internacional.
Tanto Al-Dayyeni como Biel compartieron sus historias personales durante una mesa redonda sobre deporte y el ideal olímpico, celebrada durante el 56º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, Suiza.
Es necesario proteger a los atletas
Cada pocos años, los Juegos Olímpicos y Paraolímpicos cautivan la imaginación de millones de personas en todo el mundo. Al conectar a personas procedentes de todos los rincones del mundo, estos eventos desafían estereotipos y celebran el encomiable espíritu humano.
“El mundo de los deportes no es inmune a los problemas que afectan a los derechos humanos, incluso cuando se organizan mega-eventos como estos,” afirmó el Jefe de Derechos Humanos de las Naciones Unidas Volker Türk, durante su declaración de apertura en un diálogo interactivo que tuvo lugar en Ginebra.
“Cuando los atletas usan su voz para promocionar la igualdad en el deporte, se convierten de hecho en defensores y defensoras de derechos humanos,” aseveró. “Es necesario que apoyemos y protejamos a estos atletas, de la misma manera que apoyamos a todos los defensores y defensoras de derechos humanos, y debemos asegurar que estas personas cuentan con foros donde manifestar sus demandas y encontrar reparaciones, de forma segura y sin miedo a represalias.”
La práctica del deporte sin discriminación de ningún tipo es considerada como un derecho humano en virtud del artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Los deportes deben ser un espacio donde cada persona, independientemente de su procedencia o circunstancias, pueda participar y conseguir el éxito, añadió Türk.
La no discriminación está consagrada también en la Carta Olímpica y el Comité Olímpico Internacional (COI) ha reconocido que los organismos deportivos tienen responsabilidades en materia de derechos humanos.
El Consejo de Derechos Humanos ha reconocido la promoción de los derechos humanos a través del deporte y el ideal olímpico incluyendo a través de la resolución 54/25 del Consejo de Derechos Humanos en pro de un entorno deportivo mundial exento de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia, para la cual Derechos Humanos de las Naciones Unidas colabora con su aplicación.
No obstante, aún tenemos un largo camino por delante para garantizar el pleno respeto por los derechos humanos, la no discriminación y la inclusividad en el deporte. Muchas personas siguen enfrentándose a dificultades para poder ejercer su derecho a participar en los deportes, entre las que se incluyen atletas que viven en la pobreza, atletas que deciden manifestar su opinión, atletas con discapacidades, refugiados y refugiadas, la comunidad LGBTIQ+, mujeres y pueblos indígenas.
La Oficina colabora con distintas asociaciones y actores del mundo del deporte, y recientemente inició una colaboración con la organización de la sociedad civil World Players Association para ayudarles a dar capacidad a atletas para usar los mecanismos de derechos humanos con el objeto de defender sus derechos. World Players Association es la voz líder de jugadores y jugadoras organizados en la gobernanza del mundo del deporte, la cual engloba a 85.000 jugadores y jugadoras pertenecientes a todos los deportes profesionales en más de 100 asociaciones de jugadores ubicadas en más de 60 países.
Algunas empresas del mundo de los deportes están adaptando sus prácticas conforme con los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos, y además Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha alentado a varios actores del sector del deporte para que adapten sus prácticas a estos Principios.
"Juntos, podemos ayudar a difundir la promesa de los derechos humanos y los deportes para mantener unida a nuestra familia humana y promover así una cultura de paz," concluyó Türk.