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República Popular Democrática de Corea

Desapariciones forzadas: "Estas heridas no cicatrizan"

27 marzo 2023

Familias se reúnen en un evento del Día de Conmemoración de los Secuestrados de la Guerra de Corea © ACNUDH

"Es difícil hablar de mis hermanos", afirmó Heo Gum Ja, de 62 años, que perdió a sus dos hermanos en un secuestro en 1975 a manos de la República Popular Democrática de Corea mientras pescaban. "Cualquiera pensaría que puedo olvidarlo, pero cada vez que se menciona el incidente, se me saltan las lágrimas y me duele. Vimos sufrir a nuestros padres, y nos duele cuando pensamos en ellos".

La historia de Heo y otros testimonios personales de víctimas aparecen en un nuevo informe de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre el delito de desapariciones forzadas y violaciones conexas cometidas por la República Popular Democrática de Corea. En él se examinan los secuestros sistemáticos y las desapariciones forzadas llevadas a cabo durante varias décadas, así como el sufrimiento continuo de sus víctimas, incluidos los familiares de esas personas./p>

"La angustia, el dolor y las represalias que han tenido que soportar las familias —durante varias generaciones— son desgarradoras", declaró el Jefe de Derechos Humanos, Volker Türk. "Los testimonios de este informe demuestran que generaciones enteras de familias han vivido con el dolor de no saber el destino de cónyuges, padres, hijos e hijas, y hermanos y hermanas".

La Comisión de Investigación sobre la situación de los derechos humanos en la República Popular Democrática de Corea informó en 2014 que los secuestros y las desapariciones forzadas de personas de otras naciones auspiciados por el Estado eran únicos en su intensidad, envergadura y naturaleza en la República Popular Democrática de Corea. La Comisión de Investigación concluyó que la desaparición forzada a gran escala como política de Estado constituyó un crimen de lesa humanidad.

Derechos Humanos de Naciones Unidas realizó entrevistas entre 2016 y 2022 a 38 hombres y a 42 mujeres víctimas de desaparición forzada, incluyendo a personas que escaparon de la República Popular Democrática de Corea y a familiares de personas víctimas de desaparición forzada.

Las desapariciones forzadas y los secuestros abordados en el informe siguen dos patrones. El primero conlleva la práctica continuada de arrestos y detenciones arbitrarias a ciudadanos y ciudadanas de la República Popular Democrática de Corea, entre otros, los acusados de delitos políticos y personas que intentaron salir del país y fueron repatriadas a la fuerza.

A muchas familias no se les notifica la detención de sus parientes, y las autoridades se han negado a revelar los motivos de la detención y la suerte o el paradero de las personas desaparecidas. El informe también señalaba que, en la República Popular Democrática de Corea, los familiares que buscan a una persona desaparecida pueden correr el riesgo de sufrir intimidaciones, represalias y desapariciones debido a su relación con la persona desaparecida.

El segundo patrón se trata de la desaparición forzada de ciudadanos y ciudadanas extranjeros fuera del país, principalmente entre 1950 y mediados de los ochenta, aunque prosiguió hasta 2016. Esto incluye secuestros de ciudadanos y ciudadanas de la República de Corea durante y después de la Guerra de Corea, la no repatriación de prisioneros de guerra y secuestros de ciudadanos y ciudadanas extranjeros de Japón y de otros países.

Sufrimiento y dolor

En la República de Corea, las fuerzas armadas de la República Popular Democrática de Corea secuestraron y trasladaron por la fuerza al norte a civiles que vivían en el país durante la Guerra de Corea desde 1950 hasta 1953. Se calcula que unas 100.000 personas fueron secuestradas, en su mayoría hombres sacados a la fuerza de sus hogares por sus habilidades, conocimientos o mano de obra que podían ser de utilidad al gobierno de la República Popular Democrática de Corea.

Choi Kwang-Seok, de 89 años, aún recuerda el momento exacto en que vio por última vez a su padre, Choi Jun. Ambos fueron detenidos por las fuerzas de la República Popular Democrática de Corea en la Oficina de Seguridad Política de Dongdaemun en Seúl en 1950. Antes de ser liberado, Choi supo que a su padre le habían torturado.

"Pedí ver a mi padre una sola vez antes de salir, y me lo permitieron". "Estaba completamente agotado y se apoyaba [[en algo] porque no había espacio suficiente para tumbarse.´Le dije: `Padre, me voy a casa', a lo que me respondió de repente: `Adiós´”.

Aún le espero y lo seguiré haciendo siempre... Me gustaría saber cómo ha estado todo este tiempo".

CHOI KWANG-SEOK, 89 AÑOS, HIJO DE UNA PERSONA SECUESTRADA EN LA GUERRA DE COREA

Al final de la Guerra de Corea en 1953, decenas de miles de prisioneros de guerra fueron retenidos por la República Popular Democrática de Corea o sus aliados y solo 8.343 fueron devueltos. La Comisión de Investigación estimó que al menos 50.000 prisioneros de guerra de la República de Corea no habían sido repatriados. Al parecer estos fueron obligados a trabajar en minas de carbón al norte de la República Popular Democrática de Corea, donde eran objeto de discriminación y vigilancia. Sus hijos se quedaron sin acceso a la educación superior y sufrieron muchas otras formas de discriminación.

Tras la guerra de Corea, la República Popular Democrática de Corea secuestró a 3.835 personas, de las cuales 516 siguen desaparecidas. La mayoría eran pescadores, pero entre las víctimas se encontraban agentes de policía, soldados, tripulación y pasajeros y pasajeras de un avión secuestrado de Korean Airlines, además de estudiantes de secundaria.

"Mi vida cambió por completo tras el secuestro de mi padre", relató Kim Jong Hui, de 59 años, hija de un secuestrado de la posguerra. "Nuestro hogar quedó desolado, me costó entrar en razón y mi vida se trastocó".

Entre las desapariciones forzadas a manos de la República Popular Democrática de Corea en otros países, el mayor grupo de secuestrados lo componen ciudadanos y ciudadanas de Japón. El gobierno de Japón ha identificado oficialmente a 17 ciudadanos y ciudadanas japoneses víctimas de secuestro por parte de la República Popular Democrática de Corea y se encuentra investigando 871 casos de personas desaparecidas en los que no se puede descartar la posibilidad de un secuestro a manos de la República Popular Democrática de Corea.

La hermana del japonés Iizuka Shigeo fue secuestrada en 1978. Buscó información sobre ella durante décadas.

"Quiero saber su paradero y también si está sana o enferma", reveló. "En verdad quiero ver fotos de ella. Deseo tener su foto".

Iizuka falleció en 2021 sin saber nunca qué fue de su hermana.

Según el informe, unos 100.000 coreanos fueron atraídos a la República Popular Democrática de Corea desde Japón con falsas promesas de una vida mejor, bajo la campaña "paraíso en la Tierra". Tras su llegada, fueron sometidos a vigilancia y censura, y nunca se les permitió regresar a Japón. La Comisión de Investigación concluyó que estas personas podrían haber sido víctimas de desaparición forzada.

El informe también examina en qué medida las desapariciones forzadas han causado daños psíquicos y físicos graves a las víctimas. Las consecuencias fueron especialmente graves en los casos en que se llevaban al padre o al marido de una familia, ya que las mujeres tenían que soportar toda la carga de mantener a la familia.

"Estas historias tan trágicas de vidas destrozadas por secuestros y desapariciones forzadas auspiciados por el Estado exigen que se tomen medidas", recalcó Volker Türk, Jefe de Derechos Humanos. "La desaparición forzada es una grave violación de muchos derechos al mismo tiempo, y la responsabilidad recae en el Estado".

Exhorto a la República Popular Democrática de Corea a que reconozca estas violaciones y tome medidas para resolver los casos, y a todos los Estados a que apoyen a las víctimas de desaparición forzada en su intento de hacer justicia".

VOLKER TÜRK, ALTO COMISIONADO DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LOS DERECHOS HUMANOS

La Oficina seguirá supervisando y apoyando a las víctimas con la búsqueda de estrategias en favor de la verdad y la justicia, como la rendición de cuentas y las reparaciones. Las familias informaron a la Oficina de que lo que más desean es simplemente conocer la verdad sobre el destino de sus seres queridos. Asimismo, anhelan el regreso inmediato y seguro de las personas desaparecidas, la devolución de los restos de los fallecidos y la reunificación de las familias con las personas que siguen vivas.

"Puesto que muchas personas tienen familiares y parientes que se quedaron en la República Popular Democrática de Corea, creo que la máxima prioridad sería confirmar el paradero de esas personas", aseveró Ishikawa Manabu, de 64 años, víctima de la campaña "paraíso en la Tierra". "También creo que estas cuestiones se resolverán de forma natural cuando las personas tengan la libertad de ir y venir".