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Migrantes

Única salida el retorno: migrantes en Libia son obligados a aceptar el retorno “voluntario”

02 noviembre 2022

Migrantes se registran para ser deportados de vuelta a su país en el aeropuerto de Misrata en Misrata, Libia, 3 de noviembre de 2021, Reuters

"Me llevaron a una prisión. Pero incluso en ese momento tampoco pensaba en volver. Entonces entraron en la prisión con un palo y golpearon a la gente como si fueran animales. En ocasiones te quitaban el dinero y la ropa que estaba en buenas condiciones. Me rompieron los dientes. Fue por eso que acepté el retorno,» relató Lamin*, un migrante detenido en Libia y que fue devuelto a su país de origen, Gambia. 

La historia de Lamin no es un caso aislado. 

Desde 2015, más de 60.000 migrantes en Libia han sido repatriados a diferentes países de origen en toda África y Asia a través de programas de retorno voluntario asistido, incluyendo al menos 3.300 gambianos y gambianas.

Un nuevo informe de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Única salida el retorno:  Retorno asistido, reintegración y protección de los derechos humanos de los migrantes en Libia, analiza las lagunas en la protección de derechos humanos en el contexto de retornos asistidos desde Libia.

El informe forma parte de un proyecto más amplio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para documentar y arrojar luz sobre las violaciones y abusos de derechos humanos a los que se enfrentan los migrantes en Libia.  Este informe usa como base y sirve como complemento a informes anteriores de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que incluyen Desatención MortalUna Pandemia de Exclusión, y Insegura e Indigna.

A la hora de publicar el informe, la Alta Comisionada Adjunta para los Derechos Humanos Nada Al-Nashif hizo un llamamiento a Libia a poner fin de forma inmediata a las violaciones contra migrantes e instó a todos los Estados a mejorar e incrementar el acceso a rutas para una migración segura y regular para los migrantes atrapados en Libia.

"Esta situación desesperada requiere que todos los implicados garanticen que ningún migrante se vea obligado a acogerse al retorno asistido a una situación insegura o insostenible en su país de origen", añadió Al-Nashif.

Obligados a volver

A la vez que los “retornos asistidos” de migrantes a sus países de origen son, en principio, voluntarios, la principal conclusión que detalla el informe es que muchos migrantes en Libia son obligados a aceptar los retornos asistidos en condiciones que no cumplen con la normativa internacional de derechos humanos.

En concreto, muchos de los retornos asistidos llevados a cabo desde Libia pueden no ser realmente voluntarios debido a la falta de un consentimiento libre, previo e informado. 

«Yo no decidí volver.  Me detuvieron en el mar y me llevaron a una prisión.  En la prisión, vinieron funcionarios de las Naciones Unidas y apuntaron información sobre mí, y desde esa misma prisión fui deportado a Gambia. (...) No me dieron ninguna información sobre el retorno.  Solo sabía que me estaban deportando.  No me dijeron lo que estaba firmando, no sabía lo que era,» afirmó Ebrima*, uno de los 65 migrantes entrevistados por la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que han sido retornados recientemente a Gambia y cuyo testimonio se incluye en el informe.

El informe también concluyó que los migrantes suelen verse obligados a aceptar el retorno asistido para escapar de un entorno de impunidad, de condiciones abusivas de detención, amenazas de tortura, malos tratos, violencia sexual, desaparición forzada, extorsión y otras violaciones y abusos de los derechos humanos. La Misión Independiente de Determinación de los Hechos sobre Libia ha considerado que la situación de los migrantes en Libia es una crisis de derechos humanos que podría constituir crímenes de lesa humanidad. 

«Una vez llegados a Libia, los migrantes se arriesgan  a ser criminalizados, a la marginación, al racismo y a la xenofobia de forma sistemática y rutinaria, además de enfrentarse a una amplia gama de violaciones y abusos de derechos humanos tanto por actores estatales como no estatales,» advierte el informe.  Al mismo tiempo, no existe prácticamente ninguna vía segura y regular para que los migrantes atrapados en Libia puedan ser admitidos y quedarse en terceros países.

«Me obligaron a trabajar durante unos meses [mientras estaba] en un centro de detención en Libia,» explicó Omar*, uno de los migrantes entrevistados para el informe.  «Cuando me negué a seguir trabajando por el cansancio, me golpearon hasta que les pedí que me llevaran de vuelta al trabajo.  A mí [me llevaban afuera donde] limpiaba carreteras y casas, trabajaba en granjas y nunca me pagaban por ello.  Tenía pocos alimentos para comer y nada de agua potable.  Cuando me ofrecieron volver, acepté la oferta.  Quería que se acabaran los golpes y el trabajo duro.» 

Como resultado, muchos migrantes se dan cuenta de que no tienen más remedio que volver a las mismas circunstancias que les hicieron abandonar sus países en primer lugar.

Vuelta al punto de inicio... o peor. 

El informe determinó que muchos migrantes en Libia son devueltos a las mismas condiciones insostenibles que posiblemente fueran la razón que les empujó a emigrar en primer lugar, como son la extrema pobreza, la persistente inseguridad alimentaria, incluso como resultado de los efectos adversos del cambio climático, la falta de acceso a empleo, salud y educación decentes, la separación familiar, la pobreza y la negación del derecho al desarrollo.   A todo esto se añaden las cargas personales, económicas y psicosociales adicionales, como resultado de su proyecto fallido de migración y del grave trauma que vivieron en Libia.

«He perdido todo el dinero que mi familia había ido ahorrando para pagar mi viaje y luego los guardias de la prisión (...), me golpearon y perdí un ojo en una prisión.  Ahora, estoy de vuelta en el “punto de inicio” y solo me quedan deudas y pesadillas,» declaró Momodou*, otro de los entrevistados.  Los migrantes también testificaron que no contaban con oportunidades para reclamar justicia y reparación por los abusos y violaciones de derechos humanos a los que fueron sometidos.

Muchos de ellos se enfrentan a dificultades considerables para integrarse en sus países y comunidades de origen y se plantean volver a migrar, incluso sabiendo los riesgos y condiciones precarias que es probable que tengan que enfrentar. 

El informe insta a las autoridades libias, los países de origen, la Unión Africana, la Unión Europea, los órganos de las Naciones Unidas y otros actores relevantes, a garantizar que las políticas y las prácticas de retorno asistido sean conformes y cumplan con la normativa internacional, incluyendo el principio de consentimiento libre, previo e informado y que se ofrezca a los retornados suficiente apoyo para poder reintegrarse de forma sostenible en sus países de origen, con el pleno respeto a sus derechos humanos. 

* LOS NOMBRES HAN SIDO CAMBIADOS PARA PROTEGER LAS IDENTIDADES DE LOS ENTREVISTADOS