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Ucrania

“Nos consagramos a esta tarea porque está en juego la salud y la vida de las personas”

16 agosto 2021

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“No solo trabajamos mucho”, dijo Svitlana Panarina, una enfermera de la zona de Toretsk, asolada por la guerra en el este de Ucrania. “Trabajamos sin cesar. Este no es un empleo en el que uno puede irse a casa a las 5 de la tarde y dejar algunas tareas para el día siguiente. Nos consagramos a esta labor porque está en juego la salud y la vida de las personas”.

Los trabajadores sanitarios de Ucrania, de los que el 83 por ciento son mujeres, estaban ya en situación de vulnerabilidad incluso antes de que comenzara la pandemia de COVID-19. Con salarios inferiores a la media nacional, condiciones de trabajo insalubres e inseguras, y un servicio de seguridad social inadecuado, la situación de los trabajadores sanitarios de este país no ha hecho más que empeorar durante la pandemia.

En el momento de redactar este informe, los casos confirmados de COVID-19 en Ucrania vuelven a aumentar. Desde el comienzo de la pandemia, se han registrado más de 2,2 millones de casos y cerca de 53.000 fallecimientos. 

Panarina ha trabajado de enfermera terapéutica en el hospital de la ciudad de Toresk durante tres años. Según ella, solo estaban parcialmente preparados para la pandemia, mediante cursos y sesiones de adiestramiento, pero la situación evolucionó con mucha rapidez. 

La joven recuerda la época en que solo quedaban tres enfermeras y un médico en su departamento, carecían de respiradores de oxígeno y era imposible prestar tratamiento a los pacientes.

El derecho a la salud bajo amenaza

Según informes de la Misión del ACNUDH para la vigilancia de los derechos humanos en Ucrania, el aumento del volumen de trabajo, el escaso tiempo de descanso y los salarios inadecuados han hecho que numerosos trabajadores sanitarios abandonen sus empleos durante la pandemia. Según el Servicio de Estadística del Estado, el número de trabajadores sanitarios disminuyó un 5,4 por ciento en 2020 -de 777.000 en enero a 734.900 en diciembre--. Pero esta reducción también se debe en parte a la reforma del sistema de salud que se realiza actualmente. 

“La escasez de trabajadores cualificados en el sector sanitario ha tenido ya, y seguirá teniendo, un efecto negativo sobre el derecho a la salud de la población, entre otros aspectos sobre el acceso, la calidad y los servicios esenciales”, declaró Matilda Bogner, Jefa de la Misión del ACNUDH para la vigilancia de los derechos humanos en Ucrania,

Por ejemplo, en la ciudad de Jarkiv el personal de las ambulancias ha disminuido, lo que se traduce en turnos de 16 horas de trabajo para los que siguen trabajando, falta de desinfección de los vehículos o periodos de descanso inadecuados para los empleados, por solo mencionar unos pocos problemas.

Aunque el gobierno ucraniano ha tratado de abordar el asunto de la remuneración de los trabajadores sanitarios mediante la introducción de bonos temporales para quienes participan en la respuesta a la pandemia, todavía persisten problemas acerca de la escasa transparencia de su distribución, la falta de salarios iguales para trabajos iguales y la ampliación cada vez mayor de las diferencias de género en materia salarial. 

Por ejemplo, algunos bonos que se entregaron a los médicos fueron superiores a los que recibieron los empleados más jóvenes o de nivel intermedio, entre los que predominan las mujeres. Además, los bonos equivalentes al 300 por ciento del salario otorgados a los médicos tan solo se concedieron a quienes trabajaron en instalaciones donde se internó y trató a enfermos confirmados de COVID-19. De modo que no todos los profesionales que estuvieron en contacto con pacientes de COVID-19, tales como los médicos de familia, tuvieron derecho a esa remuneración adicional.   

Además, entre los más de 55.000 casos de profesionales de la salud que contrajeron la infección de COVID-19 hasta el 31 de diciembre de 2020, solo una pequeña proporción fue reconocida por las autoridades como víctimas de una enfermedad del trabajo, lo que les privó del derecho a una compensación laboral.

“De conformidad con lo dispuesto en las obligaciones internacionales de derechos humanos y los compromisos nacionales, Ucrania debería aumentar significativamente sus inversiones en el sector de la salud y mejorar las condiciones laborales de sus profesionales”, dijo Bogner. “Las autoridades deberían mejorar los salarios, la salud y la protección de los trabajadores y las prestaciones de la seguridad social, y consultar las decisiones políticas con el personal en todos los niveles, incluso con los sindicatos”.

Necesidades en materia de salud mental, sindicatos ineficaces

Un asunto que alcanzó notoriedad y urgencia durante la pandemia fue la escasez de servicios de salud mental y psicosocial para los trabajadores sanitarios de Ucrania. 

“No disponemos de ayudas de ese tipo”, declaró Panarina. “En vez de eso, hacemos frente a los problemas ayudándonos mutuamente y alegrándonos cuando tenemos la ocasión de ayudar a alguien y cuando los pacientes no nos transmiten la enfermedad. Esa es la única manera de obtener una compensación emocional”.

En el informe, algunos trabajadores sanitarios denunciaron que los sindicatos de la salud, que deberían apoyarlos y defender sus derechos, carecían de eficacia y que sus colegas que denunciaban los problemas no recibían la debida protección. Por su parte, los sindicatos se quejaron de que los empleados no les consultaban (ni en el plano nacional ni en el local) acerca de la respuesta del gobierno al COVID-19. 

Cuando se le preguntó si sintió miedo a trabajar durante la pandemia de COVID-19, Panarina respondió con un “no” categórico. A pesar de los muchos problemas que tuvieron que afrontar, numerosos trabajadores sanitarios no se rindieron, afirmó, y en vez de eso se fortalecieron y comenzaron a luchar por los derechos de los demás.   

Panarina sostiene ahora con pasión su voluntad de “ayudar a nuestros colegas para que recuerden su dignidad y enseñarles a defender sus derechos. Quisiera ver a mis compatriotas sin que el miedo les empeñe la mirada”, añadió.

16 de agosto de 2021