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Empresas

Un marco global autoritativo sobre empresas y derechos humanos cumple 10 años

17 junio 2021

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Hace diez años los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las Empresas y los Derechos Humanos cambiaron la perspectiva sobre cómo las empresas deben realizar sus actividades de negocio.  Antes de los Principios Rectores, la medida en la que los derechos humanos se aplicaban a los negocios era a la vez una cuestión que generaba división y polarización.  Estos Principios Rectores se convirtieron rápidamente en la normal global que Estados y empresas usaban como manual universal para prevenir, abordar y remediar abusos en materia de derechos humanos relacionados con actividades comerciales.  

Siendo aprobados de manera unánime por el Consejo de Derechos Humanos en 2011, estos Principios Rectores ofrecen una base común para todos los interesados respecto a los roles que se espera que empresas y Estados desempeñen en relación a los derechos humanos, explicó Lene Wendland, Jefa de la Unidad de Negocios y Derechos Humanos de la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. 

“Se han convertido en un marco aceptado a nivel global al que todo el mundo puede sumarse,» declaró Wendland. 

Hoy en día, los Principios Rectores son la publicación más descargada de la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, los cuales han sido visitados más de 400.000 veces. 

Para seguir avanzando a partir de los progresos conseguidos y hacer frente a los obstáculos, el Grupo de Trabajo sobre Empresas y Derechos Humanos de las Naciones Unidas lanzó el UNGPs 10+Project* para llevar a cabo un análisis más profundo de los últimos diez años y preparar una «hoja de ruta para el próximo decenio» para Estados y empresas. 

Wendland afirmó que los principios rectores fueron rápidamente aceptados a muchos niveles, algo poco habitual. 

«Ha habido esta aceptación de los contenidos clave de los Principios Rectores a través de canales que podían obligar o incentivar a las empresas a cumplir con ellos,» aseguró Wedland. 

Antes de la existencia de los Principios Rectores, las empresas no entendían la relación de los derechos humanos con su actividad, afirma Surya Deva, Vicepresidente del Grupo de Trabajo sobre Empresas y Derechos Humanos. 

“No podíamos esperar que las empresas respetaran los derechos humanos a menos que supieran cuáles eran sus responsabilidades y qué lenguaje debíamos usar,» explicó Deva.  

En los años que siguieron a la aprobación por parte del Consejo de los Principios Rectores, hubo poco consenso entre la sociedad civil sobre las ventajas de este marco, y los Gobiernos tampoco tenían claro cual era su responsabilidad, según afirma Dante Pesce, Presidente del Grupo de Trabajo sobre Empresas y Derechos Humanos. 

«Hoy, hay un consenso en la sociedad sobre que estos Principios cuentan con autoridad, son positivos, relevantes y añaden mucho valor,» indicó Pesce.  «Los gobiernos, sindicatos globales, empresas, y asociaciones nacionales empresariales apoyan su contenido, la perspectiva que ofrecen, así como su llamamiento a una combinación eficaz de leyes y políticas para asegurar que las empresas respetan los derechos humanos.»

Las organizaciones empresariales han sido una parte integral del proceso y difusión de los Principios Rectores, afirmó Matthias Thorns, Secretario General Adjunto de la Organización Internacional de Empleadores (OIE). 

«No conozco ninguna empresa de gran tamaño que no tenga en cuenta la diligencia debida,» aseguró.  Thorns también explicó que ha habido un cambio en la percepción de los inversores quienes ahora tienen en cuenta estos Principios a la hora de invertir su dinero. 

Las grandes empresas tecnológicas usan cada vez más estos Principios.  Esta es la razón por la que durante los dos últimos años, la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas lanzó el proyecto B-Tech con el objeto de aumentar el enfoque sobre la dimensión de las empresas y los derechos humanos en el sector de la tecnología. 

«Estamos colaborando con las empresas tecnológicas de mayor tamaño del mundo para analizar las consecuencias en la práctica de los Principios Rectores para estas empresas,» explicó Wendland.  «La flexibilidad de los Principios Rectores los hace ser de fácil aplicación a sectores diferentes.»

A la vez que las empresas de gran tamaño cuentan con incentivos considerables para abordar los riesgos para el medioambiente y la sociedad, añadió Pesce, son las pequeñas y medianas empresas las que necesitan de una mayor orientación.  Para ello, los Estados necesitan garantizar una coherencia política a nivel tanto internacional como nacional. 

«Cuando los gobiernos no predican con el ejemplo, estos pierden autoridad para regular el sector privado,» afirmó Pesce. 

Existen también problemas sistémicos tales como la pobreza, el cambio climático, así como el trabajo infantil, según explica Deva.

«En las grandes empresas, existe mucha desigualdad si el Director General gana 700 veces más que los empleados,» afirmó Deva.  «Las empresas tabacaleras respetarán los Principios Rectores si eliminan el trabajo infantil. Pero, ¿cómo pueden respetar el derecho a la salud? Es poco probable que logremos cumplir con los Principios Rectores si existen estas desigualdades.» 

Thorns demandó respuestas que afecten a todo el sistema por parte de Gobiernos y sindicatos.  Algunos gobiernos ya están emprendiendo acciones.  Los países de Europa en especial están aprobando leyes de diligencia debida de obligado cumplimiento que exigen a las empresas aplicar procedimientos de diligencia debida con el fin de prevenir abusos al medioambiente y de los derechos humanos en sus cadenas de suministro.  

Durante la próxima década, la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos trabajará por reforzar la aceptación de los Principios Rectores por ejemplo proporcionando asesoramiento, instrumentos y recursos, ayudando a construir capacidades y a garantizar la coherencia de las políticas, además de apoyando a los mecanismos de derechos humanos en sus esfuerzos para seguir avanzando en el programa de empresas y derechos humanos.

17 de junio de 2021

Únete a nosotros el 29 de junio, 16:00-18:00 (CEST), en la mesa redonda del Consejo de Derechos Humanos por el décimo aniversario de los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos, con Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos; John Ruggie, anterior Representante Especial de las Naciones Unidas sobre las empresas y los derechos humanos; Dante Pesce, Presidente del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos; Sharan Burrow, Confederación Sindical Internacional; María Fernanda Garza, Cámara de Comercio Internacional; y Joan Carling, Derechos de los Pueblos Indígenas Internacional. 


 
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