Skip to main content

República Popular Democrática de Corea

Salvando la brecha digital para los niños que han huido de la República Popular Democrática de Corea

04 diciembre 2020

Insoo y Yeonbi, de la República Popular Democrática de Corea.

Insoo cruzó ríos, atravesó corriendo montañas y viajó por distintos países huyendo hacia la libertad de la República de Corea. Yeonbi cruzó solo la frontera de la República Popular Democrática de Corea con 14 años y pasó un año escondido en China, con la esperanza de poder reunirse con su madre, quién había huido de la República Popular Democrática de Corea algunos años antes.

Desde 2004, la Escuela Yeomyung en Seul, República de Corea, ha sido un lugar de acogida para miles de niños que huyen de la República Popular Democrática de Corea, como Insoo y Yeonbi.  Entre ellos, se encuentran niños que han arriesgado sus vidas huyendo hacia la República de Corea para poder disfrutar de sus derechos humanos básicos.  Algunos de estos niños son los hijos de las mujeres que huyeron pero fueron víctimas de trata de humanos para ser obligadas a casarse en China. 

Estos niños fugitivos suelen llegar a la República de Corea en condiciones físicas lamentables y con un trauma emocional. Para ellos, la educación es su esperanza y su camino hacia un futuro nuevo.  No obstante, la pandemia amenaza con hacer desaparecer estas esperanzas. 

Cuando la COVID-19 llegó a la República de Corea en marzo de 2020, la Escuela Yeomyung se vió obligada a cerrar sus puertas.  El comedor, donde los estudiantes podían conseguir tres comidas diarias, cerró, al igual que los dormitorios.  Algunos de los niños perdieron a sus padres durante su huida de la República Popular Democrática de Corea y ahora vivían solos en un apartamento de 30 metros cuadrados sin acceso a educación. Además, ninguno de los estudiantes tenía ordenadores portátiles o tablets para poder continuar con la enseñanza en línea desde casa. 

"Me daba muchísima angustia pensar que no podría continuar con mis estudios. No tenía ordenador portátil y ni siquiera podía seguir las clases en línea," explicó Yeonbi, estudiante de último año en Yeomyong. 

"La pandemia ha sacado a la luz las disparidades de nuestra sociedad.  Nuestros estudiantes no pudieron asistir a las clases en línea por la simple razón de que no tenían dispositivos digitales," declaró Myungsook Cho, vice directora de la Escuela Yeomyung.

Negándose a que los estudiantes que estaban aislados y no podían estudiar quedaran relegados, Cho hizo un sentido llamamiento a una comunidad de donantes individuales e iglesias describiendo su situación.  En sólo tres días, empezaron a llegar ordenadores portátiles nuevos y todos los estudiantes de la Escuela Yeomyung pudieron recibir uno y asistir a clases en línea.  

"No encuentro palabras para describir la enorme alegría de los niños. Empezaron a saltar literalmente de alegría y a decir que sentían que la sociedad les valoraba y apreciaba," indicó Cho. 

"El derecho a la educación, el derecho a aprender viene a significar prácticamente todo para estos niños.  Cuando ese derecho fundamental es denegado debido a factores externos, los niños desfavorecidos no tienen casi ninguna opción de conseguir hacer realidad el futuro con el que sueñan," añadió. 

A pesar del alivio que supusieron las donaciones para los estudiantes, la Escuela Yeomyung siguen enfrentándose a otros desafíos.  El alquiler del edificio que ha acogido a tantos niños vencerá en un año, y la escuela no ha conseguido encontrar aun un espacio nuevo para continuar con la educación de los niños debido a la fuerte oposición de los residentes de la zona a la cual habían previsto mudarse.  La escuela se enfrenta también a graves dificultades económicas causadas por la pandemia. 

"Para algunos estudiantes, la escuela es un lugar más seguro que sus hogares.  Algunos niños en el mundo no tienen para comer cuando tienen hambre o no pueden ir al médico cuando están enfermos en casa," dijo Cho. "Para esos estudiantes, la escuela es un lugar de educación, sanación y protección. Haremos todo lo que esté en nuestras manos para proteger a nuestra escuela y ofrecerla a esos niños."

Nota: Los nombres de los estudiantes han sido cambiados para este artículo. 

 Este artículo es parte de una serie para celebrar el Día de los Derechos Humanos 2020, bajo el tema Recuperarse Mejor:     Defiende los derechos humanos. Para poder recuperarnos del impacto de la crisis de la COVID-19, debemos abordar también la pandemia de las desigualdades.  Para ello, debemos defender y proteger los derechos económicos, sociales y culturales, incluyendo el derecho a la educación. Necesitamos un nuevo contrato social para una nueva era.

4 de diciembre de 2020