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Nueva Convención laboral abordará la cuestión de la violencia contra la mujer en el trabajo

18 julio 2019

La violencia contra las mujeres en el mundo laboral “es un escollo importante y muy frecuente que impide a las mujeres el disfrute de derechos y libertades fundamentales”, declaró la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.

La Alta Comisionada hizo uso de la palabra en el último periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que tuvo lugar en Ginebra (Suiza), en el que aplaudió la nueva Convención aprobada en junio por la Organización Internacional del Trabajo. 

La nueva Convención, orientada a combatir la violencia y el acoso en el mundo laboral, reconoce que esas conductas pueden ser constitutivas de vulneraciones o abusos de derechos humanos.

Ese tipo de violencia abarca abusos tales como la intimidación, la violencia y el acoso sexual y las represalias laborales por motivos de maternidad, problemas de salud o responsabilidades familiares.

Bachelet afirmó que “las conductas y prácticas que generan daños físicos, psicológicos, sexuales o económicos a las mujeres y las niñas son nocivas para su salud –tanto física como mental—y reducen sus probabilidades de incorporarse o permanecer en el mercado de trabajo”.

En consecuencia, numerosas niñas y mujeres se encuentran “atrapadas en la inseguridad económica y no pueden generar ingresos ni acceder a la protección social”, señaló.

Aunque la violencia puede afectar a todos los trabajadores, las mujeres están más expuestas a una amplia gama de factores: un rango social y económico desigual, desequilibrios de poder y el hecho de que un gran número de ellas trabaja en sectores de alto riesgo, tales como la agricultura, la manufactura, la hostelería y las labores domésticas.

Las empleadas del hogar reclaman sus derechos

Una trabajadora doméstica de Filipinas, Novelita Palisoc, presentó su testimonio ante el Consejo. Palisoc ha sido empleada del hogar los últimos 19 años, tanto en Filipinas como en otros países. 

“Ganaba muy poco, carecía de beneficios sociales, padecí violencia e incluso acoso sexual”, explicó. “No decía nada, porque creía que estaba en deuda con mis patronos y no tenía derecho a exigir mis derechos o a expresar mis quejas. Por eso guardé silencio”.

En 2014, Palisoc se afilió a un sindicato. Recibió formación, asistió a seminarios y supo cuáles eran las responsabilidades de sus patronos y qué derechos tenía ella. 

Ahora Palisoc es miembro del comité ejecutivo de la Federación Internacional de Trabajadores del Hogar y es capaz de instruir a otras personas acerca de sus derechos y de cómo defenderlos. La activista los ayuda a negociar la obtención de beneficios sociales y a combatir la contratación ilícita, y también los apoya en la denuncia de la violencia y el acoso en los centros de trabajo.

Palisoc declaró ante el Consejo: “Todos merecemos condiciones de trabajo seguras y justas. Todos merecemos vivir libres de culpa y de abusos, sin estar obligados a guardar silencio. Y todos merecemos justicia, dignidad y respeto”.

Los Estados tienen la “obligación primordial”, pero los patronos también tienen responsabilidades

Bachelet señaló que si bien los Estados tienen la obligación primordial de proteger a los ciudadanos de los abusos, también los patronos públicos y privados deben proteger a sus empleados.  

Mediante mecanismos de protección laboral y salud en el trabajo, políticas de seguridad y dispositivos de denuncia, dijo la Alta Comisionada, “es esencial que las empresas, los interlocutores sociales y los sindicatos adopten medidas para prevenir la violencia contra las mujeres en el mundo laboral”.  

Islandia constituye un ejemplo clave de un Estado que ha adoptado medidas específicas para velar por que los patronos avancen en esta dirección.

Islandia: reducir la desigualdad de género y eliminar el acoso

Cuando se reduce la desigualdad entre los géneros –es decir, cuando se cambian las estructuras profundas de la sociedad—disminuyen las amenazas o el riesgo de violencia y acoso en los centros laborales.

Según los baremos del Índice global de brecha de género del Foro Económico Mundial, Islandia ha sido seleccionada durante 10 años consecutivos como el mejor lugar del mundo para ser mujer. En 2018, Islandia aprobó una ley pionera que lo convirtió en el primer país del planeta que establece la igualdad salarial mediante una ley. 

La ley estipula que las empresas de más 25 empleados tendrán que pagar una multa diaria si no logran demostrar que pagan salarios iguales a hombres y mujeres.

Según la Primera Ministra islandesa, Katrin Jakobsdóttir, que estuvo presente en la reunión del Consejo, el hecho de que el 80 por ciento de las mujeres de Islandia están activas en la fuerza laboral ha contribuido a que el país obtenga resultados económicos y sociales sólidos. 

“También se ha demostrado que las mujeres podemos participar en el mercado de trabajo y, aun así, seguir siendo madres”, añadió.

En una entrevista concedida tras el discurso que pronunció ante el Consejo, Jakobsdóttir manifestó: “Es importante tener en mente que la igualdad de género no es una cuestión individual. No es un problema de determinadas mujeres. Es un problema estructural, que requiere soluciones estructurales”. 

Jakobsdóttir opina que los retos que plantea la brecha salarial de género no pueden solucionarse simplemente con medidas legislativas. “Es un problema más amplio. Si no disponemos de un buen sistema de bajas por maternidad y paternidad, y de guarderías infantiles públicas accesibles para todos, es sumamente difícil hablar de igualdad de género en el mercado laboral”.

Seguir luchando

Aunque la reducción de la violencia y el acoso contra las mujeres ocupa un lugar preeminente en la agenda de Jakobsdóttir, la ministra reconoce que no existe una solución única y que, en general, todavía falta un largo trecho por recorrer. “Si examinamos la historia del feminismo y la igualdad de género, vemos que no es un proceso lineal. Siempre ha habido retrocesos. Ahora mismo, hay retrocesos y por eso es importante recordar que hay que seguir luchando”, terminó diciendo.

18 de julio de 2019