El ‘espectro de la corrupción’ conduce a la tortura y el maltrato, afirma un experto de Naciones Unidas
13 marzo 2019
El Relator Especial sobre la tortura, Nils Melzer, ha descrito el vínculo indisoluble que existe entre la corrupción y la tortura, en el informe que presentó recientemente durante el 40º periodo de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
El informe se centra en la tortura y la corrupción en los centros de detención.
En las visitas que realizó a cárceles y centros de detención, Melzer notó que “el espectro de la corrupción es omnipresente y conduce al maltrato y la tortura”.
“La corrupción afecta a las políticas gubernamentales, la elaboración de las leyes y la administración de justicia en formas que socavan todos los aspectos de la lucha contra la tortura”, declaró en un acto colateral posterior a la presentación del informe en Ginebra.
El Relator Especial reconoció que la corrupción está muy extendida, tanto en las sociedades desarrolladas como en los países en desarrollo, aunque sus características varían según el contexto.
La conexión entre la corrupción y la tortura opera ante vuestros propios ojos
También hizo uso de la palabra en este acto Malcolm Evans, presidente del Subcomité para la Prevención de la Tortura. “Cuando uno habla con los reclusos en una prisión”, dijo Evans, “el vínculo entre corrupción y tortura no es un asunto opinable. Es obvio. Salta a la vista”.
“Una de los aspectos que más me sorprende es por qué antes se hablaba tan poco del asunto. Sin duda, la corrupción es una de las causas principales de los malos tratos que se perpetran actualmente en numerosos centros de detención”.
Evans añadió que el efecto esencial de la corrupción es que genera espacios carentes de ley, en los que no puede aplicarse el derecho. “En situaciones en las que las normas no están vigentes, las relaciones de poder toman la delantera y se imponen. Y en contextos de reclusión y detención, donde existen enormes desequilibrios de poder, uno de los vectores fundamentales de la tortura está relacionado con la impotencia”.
“Por consiguiente”, siguió diciendo, “las estrategias orientadas a la prevención de la tortura deben contener esfuerzos importantes para abordar la corrupción”.
Recomendaciones para combatir la corrupción y la tortura
A tenor de sus conclusiones, Melzer formuló diversas recomendaciones en su informe. En una de ellas instó a los Estados a que establecieran dispositivos de monitoreo totalmente independientes para prevenir tanto la corrupción como la tortura.
El Relator Especial afirmó que los Estados deberían adoptar políticas de “tolerancia cero” hacia la corrupción, la tortura y los malos tratos, en todas las ramas del gobierno.
Asimismo, advirtió que los Estados deberían integrar desde ahora las normas y prácticas relativas a la lucha contra la tortura y la corrupción.
Otra de sus recomendaciones esenciales fue que los Estados deberían ratificar la Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción y la Convención de las Naciones Unidas contra la tortura y su Protocolo Facultativo.
Al día de hoy, 94 Estados se han abstenido de tomar medidas en lo tocante al Protocolo Facultativo. “Proceder en este sentido”, afirmó Evans, “sería al menos un gesto de compromiso, incluso si ese compromiso no garantiza el éxito de la gestión”.
13 de marzo de 2019