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“Cualquiera puede emitir su opinión. Ten fe en ti mismo”

22 enero 2019

Ya es hora de que la gente empiece a tratar el agua con el debido respeto, afirmó la activista de derechos relativos a los recursos hídricos Autumn Peltier.

“Nuestras aguas son sagradas”, dijo la activista. “Tienen espíritu y debemos tratarlas como a seres humanos”.  

Para Autumn Peltier, la defensa de los recursos hídricos se basa en las tradiciones de su pueblo, la comunidad Wikwemikong, una de las Primeras Naciones de Canadá, que durante siglos ha otorgado al agua un gran valor espiritual. Es un elemento muy importante para su comunidad, afirmó, y las mujeres tienen el deber de protegerlo.

A sus 14 años, Peltier es una de las más jóvenes activistas de los derechos relativos al agua de Canadá, una condición que, señala, le ha causado varios problemas. Su activismo comenzó cuando apenas contaba con ocho años de edad. Según relata, se dio cuenta de que durante las ceremonias del agua, no podían beber el líquido que salía de los grifos. Su madre le explicó que la comunidad estaba obligada a hervir toda el agua antes de usarla.

“Me devané los sesos tratando de comprender por qué la gente no podía beber el agua [sin hervirla]”, dijo la joven. “Era difícil de entender y el asunto me irritó mucho”.

Su enojo se transformó en activismo. Al igual que sus ancestros habían hecho durante generaciones y tal como le había enseñado su tía abuela, Josephine Mandamin, Peltier comenzó a reclamar que se protegieran las aguas. Acompañó a la Sra. Mandamin en marchas y ceremonias, que consistían en rezar mientras caminaban en torno a un lago. La Sra. Mandamin ha caminado por las orillas de los cinco Grandes Lagos situados en la frontera entre Estados Unidos y Canadá.  

Peltier también ha creado blogs, ha subido vídeos a Internet y ha sostenido charlas con sus condiscípulos sobre temas relativos a los recursos hídricos. El alcance y la capacidad de promoción de su activismo han suscitado la atención. Ha realizado presentaciones sobre temas relacionados con el agua a lo largo y ancho del país. Se entrevistó con el Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, y le dijo que no estaba satisfecha con algunas de las decisiones gubernamentales que afectaban al agua. Y el año pasado, la joven activista presentó una ponencia en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York, con motivo del Día Mundial del Agua. Según ella, ese ha sido su mayor triunfo hasta la fecha.

“Estar en una sala con dirigentes del mundo e intercambiar con ellos mi preocupación acerca del agua potable, explicar que no se trata únicamente de una preocupación de la provincia de Ontario, sino de un problema de ámbito mundial, y lograr que mi mensaje alcanzara una dimensión internacional, todo eso constituyó un gran éxito para alguien de mi edad”, señaló la activista.

Este año, Peltier recibirá un nuevo honor: es una de las candidatas al Premio Internacional Infantil de la Paz y la única representante de su país, Canadá, en este concurso. El galardón, creado en 2005, se entrega a un niño o niña que haya contribuido a mejorar las vidas de otros niños en el mundo entero. Este año el premio se entregará en diciembre, en los Países Bajos. 

Ha habido dificultades y la mayor de ellas se ha derivado de los criterios que suscita su edad. La joven activista considera que, por ser una adolescente, a veces los adultos no la toman en serio, y descalifican su activismo diciendo que solo se trata de una niña y que no tiene edad suficiente para llevar a cabo esa tarea.

Pero Peltier asegura que es la persona ideal para el activismo relativo al agua. De hecho, toda persona, a cualquier edad y en cualquier momento, puede defender los derechos relativos al agua o a otro aspecto del medio ambiente. Todas las opiniones son importantes, afirmó la activista.

“Cada vez que me dirijo a una audiencia, ya sea de jóvenes o de personas mayores, les digo que cualquiera puede llevar a cabo esta labor”, explicó. “Cualquiera puede emitir su opinión. Ten fe en ti mismo. Insto a los demás a que emprendan esta tarea, porque probablemente el mensaje sería más contundente si contáramos con más personas”.

La Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) no menciona de manera explícita la protección del medio ambiente, pero un planeta vivo es indispensable para la consecución de todos los derechos humanos. Peltier señaló que esta conexión con el medio ambiente, con el espíritu de la Tierra, es importante para su cultura y la impulsa a seguir luchando.

“Todo está interconectado y cuando somos jóvenes adquirimos estos conocimientos acerca de cómo respetar al planeta y al medio ambiente”, dijo. “Ambos marchan al unísono y tienen las mismas raíces”.

22 de enero de 2019