Posibles crímenes de guerra y de lesa humanidad en Sudán del Sur
23 febrero 2018
El conflicto actual en Sudán del Sur podría considerarse un conjunto de crímenes de guerra y de lesa humanidad. En un informe realizado por un equipo de expertos de las Naciones Unidas se describen los ataques como elementos de ofensivas sistemáticas o generalizadas contra los civiles.
El Sr. Andrew Clapham, miembro de la Comisión, declaró en una entrevista realizada en Ginebra: “Se trata de ataques sistemáticos contra la población civil. En algunos casos que figuran en el informe, podrán ver que llegamos a la conclusión de que los ataques de las fuerzas del gobierno carecían de objetivos militares”.
“Creemos que las tropas atacaron a la población civil con la intención de expulsarla del lugar donde estaba”, añadió el Sr. Clapham.
“Estos actos constituyen crímenes de lesa humanidad, en la medida en que son parte de ataques generalizados contra la población civil. Además, en el marco de esos ataques se producen por desgracia, muertes, torturas y violaciones. Esos elementos definen el delito de lesa humanidad. Hay dos características: las vulneraciones de derechos humanos y el hecho de que sean sistemáticas o generalizadas contra la población civil”.
Desde que comenzó la guerra, en diciembre de 2013, decenas de miles de personas han sido asesinadas y al menos dos millones se han visto desplazadas, lo que ha causado una crisis humanitaria cada vez mayor.
La Comisión de las Naciones Unidas sobre los derechos humanos en Sudán del Sur enumera también una serie de violaciones de derechos humanos perpetradas en la nación más joven del mundo desde julio de 2011.
“La vulneración fundamental es, lamentablemente, la del derecho a la vida. Hay muchos casos de violencia sexual y violación de la seguridad personal; hay casos de tortura y, por supuesto, también existen problemas más generalizados como la denegación de la educación, la atención médica o la vivienda”, declaró el Sr. Clapham.
En el informe se destaca además que la guerra de Sudán del Sur, que comenzó en 2013, se ha transformado en varios conflictos simultáneos, condicionados por factores tales como los antecedentes históricos, las luchas étnicas, la ubicación de tierras y recursos y la pugna por el control y el poder.
Los civiles son los que más han sufrido con este conflicto.
El Sr. Clapham declaró, citando el informe, que: “Si son capturados por alguna de las partes en conflicto, los civiles sufren humillaciones rituales. Estas humillaciones conllevan violencia sexual así como ejecuciones ante miembros de su familia. Como ya saben, muchas familias han tenido que abandonar sus hogares y dispersarse por todo el país en busca de refugio, ya sea en Sudán del Sur o del otro lado de la frontera”.
La violencia sexual y de género ocupa un lugar prominente en el conflicto. Los niños también se han visto afectados por la violencia y han sufrido su repercusión a través de asesinatos, mutilaciones, reclutamiento de niños soldados y ataques a escuelas y hospitales. Esto entraña el riesgo de que toda una generación se vea privada del derecho a la educación.
“Se priva a los niños del derecho a recibir instrucción escolar y parece que esto seguirá así durante varios años, lo que significa, básicamente, que una generación entera quedará sin educación. No es demasiado tarde para comenzar a centrarse en la educación y se deberían destinar fondos a este fin. Instamos al gobierno a que preste atención prioritaria a la educación”, añadió el Sr. Clapham.
La Comisión hace un llamamiento en favor de la paz y la justicia para las víctimas. Una de las recomendaciones fundamentales consiste en que la Unión Africana establezca un tribunal mixto y un fondo para indemnizar a la población civil.
El Sr. Clapham resumió así las recomendaciones del informe: “El Estado sigue siendo responsable de las violaciones del derecho internacional, entre otras, las que vulneran las cláusulas de la Carta Africana y hacemos un llamamiento para que el Estado ofrezca reparación, siga investigando esos sucesos y castigue a los culpables”.
Entre otras recomendaciones, figuran también la creación de una comisión de la verdad y la reconciliación y el suministro de apoyo psicológico.
23 de febrero de 2018