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“No necesitamos más discursos, necesitamos justicia”

05 julio 2016

“Ha llegado el momento de poner fin a esta tragedia y de que el mundo vea nuestras heridas”, dijo la Sra. Nadia Murad. “Tengo derecho a pedirle al mundo que me apoye. El EIIL nos atacó y nos asesinó en nuestros propios hogares. Mataron a mi hermano y a mi madre. Nos secuestraron, a mí y a otras muchachas conmigo. Tengo derecho a exigir que se haga justicia”.

La Sra. Murad pronunció su alegato durante una mesa redonda en la que debatió acerca del informe They came to Destroy: ISIS Crimes Against the Yazidis [Vinieron a destruir: Los crímenes del EIIL contra los yazidíes]. El informe, elaborado por la Comisión de Investigación de las Naciones Unidas sobre la República Árabe Siria, expone el trato que el EIIL ha dado a los yazidíes, en especial a las mujeres y las niñas, que han sido víctimas de violencia sexual, tortura y esclavitud. En el informe se declara que el trato que el EIIL ha infligido a los yazidíes constituye un genocidio permanente.   

La Sra. Murad fue una de esas mujeres. Tras ser capturada por las fuerzas del EIIL en agosto de 2014, durante un ataque realizado en Sinjar (Irak), estuvo prisionera cuatro meses, hasta que logró escapar, llegar a un campamento de desplazados internos y, posteriormente, viajar a Alemania. Ahora la Sra. Murad es una activista de los derechos de los yazidíes y viaja por el mundo para dar a conocer el sufrimiento de su pueblo.

“Lo que más necesita hoy mi comunidad es justicia”, insistió la Sra. Murad. “Porque no es posible recuperar la lealtad de esas madres que han perdido seis o siete hijos. Eso sólo es posible mediante la justicia. No necesitamos más discursos, necesitamos justicia”.

Uno de los miembros de la mesa redonda, el Dr. Jan Kizilhan, es un psicólogo alemán que dirige un programa terapéutico excepcional consagrado a dar tratamiento en Alemania a las mujeres que han sobrevivido al EIIL. El Dr. Kizilhan asegura que, si bien la justicia puede aportar algún beneficio inicial a los supervivientes, la auténtica curación lleva mucho más tiempo.
“Este asunto del trauma será parte de sus vidas, pero hablamos con ellos [y les decimos]: “Sí, forma parte de tu vida, pero no constituye toda tu vida”, afirmó.

Para lograr que los yazidíes y otras víctimas lleguen a curarse a largo plazo, se necesita la presencia en Siria e Irak de expertos en traumas y psicoterapeutas, dijo el Dr. Kizilhan. La dificultad extraordinaria que plantea el tratamiento de este tipo de trauma es su carácter transgeneracional; son comunidades que han sufrido esos traumas en formas diversas, durante varias generaciones.

Para quebrar el ciclo de trauma y violencia, la comunidad internacional debería proporcionar educación relativa a los derechos humanos, apoyar política y psicológicamente a las minorías y fomentar el diálogo, afirmó el Comisionado Vitit Muntarbhorn.
“Tenemos que tratar de comprender la psicología de la violencia”, dijo. “La ley y la práctica deben tener en cuenta que no se trata únicamente de una cuestión jurídica”.

1 de julio de 2016