Países de Asia Central: Los retos de los mecanismos de derechos humanos y sus prácticas idóneas
27 enero 2016
Orientarse dentro del sistema de las Naciones Unidas puede ser una tarea complicada, en especial para los países que son relativamente nuevos en estos menesteres.
Así ha ocurrido en Asia Central, donde la mayoría de los países ha ratificado la mayor parte de los tratados fundamentales de derechos humanos. Al hacerlo, estos países se han comprometido a presentar informes a diversos comités de las Naciones Unidas que supervisan el cumplimiento de las obligaciones derivadas de dichos tratados. Además, han acogido las visitas de relatores especiales sobre áreas temáticas específicas y se han sometido al Examen Periódico Universal, en el que se analiza el cumplimiento de los derechos humanos en cada país del mundo.
Como consecuencia de lo anterior, estos países han recibido “cientos de recomendaciones de diversos mecanismos de derechos humanos de las Naciones Unidas”, dijo Elisabeth da Costa, Representante Regional interina del ACNUDH para Asia Central.
A fin de ayudar a estos países a encontrar el mejor sendero en medio del bosque de recomendaciones y principios vinculados con la aplicación de las normas de derechos humanos, el ACNUDH celebró una conferencia regional en Bishkek (Kirguistán). Representantes de los gobiernos de Kazajstán, Tayikistán y la República Kirguisa, junto con miembros de ONG (también de Turkmenistán) debatieron acerca de las prácticas idóneas de diversos países en relación con la creación de mecanismos nacionales de derechos humanos para la presentación de informes, el seguimiento de las recomendaciones de las Naciones Unidas y la preparación de planes de acción y bancos de datos en la materia.
“Sólo mediante la elaboración de un plan de acción de derechos humanos pueden los gobiernos abarcar el enorme número de recomendaciones y asegurar su aplicación integral”, afirmó Da Costa. “El proceso de elaboración de un plan de ese tipo es tan importante como sus resultados. Para que sea provechoso, es preciso que participen en él todos los interesados pertinentes”.
Los asistentes aprendieron también acerca de los indicadores de derechos humanos, que ofrecen herramientas específicas y prácticas para hacer cumplir los derechos humanos y medir su grado de aplicación. Virgínia Brás Gomes, miembro del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, mostró a la audiencia cómo adaptar los indicadores a cada país y les explicó por qué era importante disponer de ellos.
“Si ustedes no miden, el resultado carecerá de valor”, dijo. “Cuando hablamos de indicadores de derechos humanos nos referimos a los esfuerzos del gobierno para cumplir con sus obligaciones de derechos humanos y la repercusión de esos esfuerzos sobre los derechohabientes”.
Aunque todos los países deberían tener estos órganos constituidos, no todas las instituciones han de ser iguales, afirmó el Sr. Sharaf Karimzoda, jefe adjunto de la Dirección de Garantías para los Derechos Humanos de la Oficina Ejecutiva del presidente de Tayikistán.
“Es mucho más importante que ellos sean eficaces y eficientes en su funcionamiento dentro de su propio contexto nacional”, dijo el Sr. Karimzoda.
Otros participantes estuvieron de acuerdo. La Sra. Gulmira Kudaiberdieva, Primera Ministra adjunta de la República Kirguisa, señaló que la colaboración entre su gobierno y los mecanismos de derechos humanos se ha estructurado mejor con la creación de un Consejo Nacional de Coordinación de Derechos Humanos, mientras que Usen Suleimen, embajador extraordinario del Ministerio de Asuntos Exteriores para la República de Kazajstán, dijo que en la región había una tendencia a un diálogo más amplio entre los gobiernos y la sociedad civil.
25 de febrero de 2016