Declaraciones Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
74ª Asamblea Mundial y Conferencia Internacional de la Organización Mundial para la Educación Preescolar - Derechos de los Niños
13 julio 2022
Pronunciado por
Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Michelle Bachelet
En
74ª Asamblea Mundial y Conferencia Internacional de la Organización Mundial para la Educación Preescolar
Es un placer poder dirigirme a ustedes hoy y tratar un tema que me preocupa especialmente.
La Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas es el tratado de derechos humanos con una mayor ratificación de países, lo que representa una señal sólida del compromiso por parte de los estados para proteger y defender los derechos de todos los niños, sin discriminación alguna.
Y aun así, la disparidad entre los derechos que aparecen consagrados en esta Convención y la realidad diaria de niños en todo el mundo es cada vez mayor.
La inestabilidad global actual resultante de la pandemia de COVID-19, los conflictos armados encarnizados, el aumento de las desigualdades y la crisis climática, amenazan todos los avances conseguidos con tanto esfuerzo en los derechos de los niños.
Para darles una idea, a finales de 2021, se calculaba que 100 millones más de niños vivían en situación de pobreza multidimensional en comparación con la situación anterior a la aparición de la COVID. En numerosos países, el incremento de la pobreza está privando a muchos niños de vivienda, así como de una nutrición y cuidado adecuados.
Más del 90% de los niños del mundo vieron como su educación quedaba interrumpida por la COVID-19, la mayor alteración sufrida por los sistemas educativos de la historia. Para muchos estudiantes, en especial para las niñas, esta interrupción se ha convertido en una situación permanente.
Como posiblemente ustedes ya sepan, debido a la COVID-19, una alarmante cifra del 66% de los países informó de una interrupción en sus servicios para atender la violencia contra niños.
Aproximadamente el 43% de los niños de menos de 5 años de edad en países de ingresos bajos y medianos, lo que asciende a alrededor de 250 millones de niños, están en peligro de no desarrollar todo su potencial debido a la pobreza, una salud y nutrición pobres así como a la falta de estimulación temprana.
En zonas afectadas por conflictos, los niños continúan sufriendo las peores consecuencias de la guerra. Por ejemplo, en Afganistán, el clima de impunidad y la crisis económica han contribuido a un aumento de la violencia sexual relacionada con el conflicto, que incluye el matrimonio precoz y/o forzado, la esclavitud sexual y la venta de niños, en especial de niñas. En Yemen, más de 10.200 niños han resultado asesinados o mutilados desde el inicio del conflicto, además de otros miles que han sido reclutados para los combates.
Estimados colegas,
La ciencia lo ha dejado claro: los primeros años en la vida de un niño sientan los cimientos para su posterior crecimiento y desarrollo de potencial. Es durante los primeros años de vida cuando el cerebro duplica su tamaño y el número de sinapsis neuronales crece de manera exponencial. La estimulación, una nutrición adecuada, y unos cuidados afectuosos son vitales para el desarrollo de un niño. El Comité de los Derechos del Niño, en su Observación General No. 7 sobre la realización de los derechos del niño en la primera infancia, anima al reconocimiento de los niños pequeños como actores sociales desde el comienzo de sus vidas, con intereses específicos, capacidades y vulnerabilidades, además de con necesidades de protección, orientación y apoyo para hacer realidad estos derechos.
Para los gobiernos, estos primeros años constituyen una oportunidad decisiva. Las inversiones inteligentes en políticas y programas dirigidos al desarrollo de la primera infancia conducen a efectos multiplicadores a lo largo de la vida de un niño, además de a resultados en desarrollo sostenible para todos.
Precisamente en este momento que tenemos esta grave y profunda amenaza, es más importante que nunca que sigamos la ruta que habíamos diseñado tras la pandemia de COVID-19: construir de forma conjunta sociedades transformadoras y economías más sostenibles que sean más resilientes ante las crisis.
La defensa y protección de los derechos del niño deben constituir la base de estos esfuerzos.
Para los Estados, esto supone incrementar el gasto nacional en los sectores sociales, con especial atención a la accesibilidad, viabilidad, y calidad de los servicios además de afianzar la no discriminación.
Con el fin de no dejar a ningún niño atrás, las inversiones y políticas deben dirigirse a los niños que se encuentran entre los más marginados de nuestras sociedades. De manera concreta, los Estados deben construir sistemas integrales de atención sanitaria pública y de protección social, así como invertir en educación de calidad y transformadora, incluyendo educación en la primera infancia.
Con este espíritu, el Secretario General de las Naciones Unidas celebrará una Cumbre sobre la Transformación de la Educación en septiembre de este año con el fin de acelerar los avances hacia la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4.
La educación en materia de derechos humanos debe formar parte integral de la educación en la primera infancia. Los métodos específicos para cada edad pueden enseñar a niños a tener autoestima y a respetar a los demás, a apreciar la diversidad y a conseguir resolver los conflictos de manera pacífica. De esta manera se posibilita que los niños desarrollen la confianza y la capacidad necesarias para vivir en una comunidad, se les proporciona las herramientas (fundadas en los derechos humanos) para hacer frente a los desafíos que puede que tengan que enfrentar.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es un instrumento básico para extender el acceso de los niños a un desarrollo y educación tempranos ya que este acceso se define como un objetivo global específico para todos los países, conforme al objetivo 4.2 de asegurar que todas las niñas y todos los niños tengan acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y educación preescolar de calidad.
Mi Oficina informa de forma regular todos los años en los exámenes de progresos obtenidos a nivel mundial y realizados por el Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible, tras amplias consultas con la sociedad civil y con los propios niños. A través de esta información aportada sobre los derechos de los niños en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible globales (ODS), llamamos la atención sobre los avances, lagunas y desafíos que nos encontramos para poder cumplir con los objetivos sobre el terreno dentro de cada país.
Finalmente, los Estados deben también reforzar el apoyo destinado a las familias, ya que un entorno donde padres y cuidadores brinden su apoyo y cariño supone un factor fundamental para el desarrollo de un niño. Más del 40 por ciento de todos los niños que no han alcanzado la edad de acudir a la escuela primaria, o cerca de 350 millones, necesitan de atención infantil pero no cuentan con acceso a la misma. Por ello, además de una atención infantil de calidad que sea asequible y accesible, las medidas a aplicar podrían incluir salarios adecuados, permisos parentales, apoyo a la lactancia materna, servicios accesibles de salud mental y prestaciones por hijos.
Estimados colegas,
Entre todas las convulsiones y los desafíos que vive nuestro planeta, tenemos una oportunidad de aprender de las lecciones del pasado.
En los ocho años que aun tenemos por delante para cumplir con la Agenda del Desarrollo Sostenible global, debemos adoptar medidas valientes y urgentes para procurar el cambio transformador que nuestros niños merecen.
Resulta imposible concebir otra alternativa.