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Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

Türk apela a apoyar conversaciones sobre cooperación fiscal mundial

18 septiembre 2024

Pronunciado por

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En

Mesa redonda bienal del grupo sobre el derecho al desarrollo: 57º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos

Haciendo Realidad el Derecho al Desarrollo: 
Defendiendo una convención marco de las Naciones Unidas sobre cooperación fiscal internacional

Sr. Presidente,
Excelencias,
Distinguidos delegados y delegadas,

Ustedes han oído ya mi intervención durante mi discurso de Actualización Global sobre la retención del Estado por poderosos actores económicos y políticos.  El tema de hoy apela directamente a este fenómeno y a cómo poder abordarlo.

A la vez que los Estados Miembros de las Naciones Unidas se preparan para diseñar un plan dirigido a abordar objetivos comunes en la Cumbre del Futuro de la semana que viene, el debate de hoy cobra también especial importancia.

Durante los próximos diez años, se prevé que los Estados pierdan casi 5 billones de dólares americanos por culpa de la evasión y el fraude fiscal.

Estas deficiencias tan enormes crean obstáculos que resultan casi insuperables para poder realizar el derecho al desarrollo, así como otros muchos derechos humanos que requieren de una inversión fundamentada y equitativa.

Esta inversión solo puede llevarse a cabo a través de una movilización de ingresos a nivel nacional o internacional.  Pero siempre que las empresas multinacionales y las personas más acaudaladas trasladan sus beneficios individuales a jurisdicciones de baja tributación o exentas de tributación, se socava la capacidad de los países para movilizar recursos con el objetivo de poder cumplir con sus obligaciones legales conforme a la normativa internacional de derechos humanos.  En algunos países en desarrollo, estas prácticas consiguen que se pierda el equivalente a la mitad de su presupuesto de salud pública.

Esto priva al Estado de su capacidad para invertir de forma adecuada en los derechos a salud, educación, desarrollo, a un medioambiente limpio, sano y sostenible y en otros avances fundamentales para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible.  También queda limitada su capacidad para lograr cooperación internacional para promocionar la promesa de las Naciones Unidas de "promover el progreso social y elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad".

Sr. Presidente,

El derecho al desarrollo aspira a identificar y eliminar los obstáculos sistémicos y estructurales que impiden la realización de los derechos humanos.  Y además el entramado de cuestiones complejas derivadas de la evasión y fraude fiscal ocasiona claramente impedimentos de grandes dimensiones.

Reforzar la cooperación internacional para abordar cuestiones fiscales transfronterizas es vital para reconducir esta situación, y para construir economías que sean justas, sostenibles, y ancladas en los derechos humanos.  En este contexto, acojo con gran satisfacción la iniciativa dirigida por el Grupo Africano para promover una cooperación fiscal internacional que sea más inclusiva y efectiva.

La aprobación el mes pasado del Mandato para una Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cooperación Fiscal Internacional por parte del Comité Ad Hoc supuso un paso importante en esta dirección. Celebro especialmente el reconocimiento, el cual está integrado en ese Mandato, de las conexiones que existen entre la cooperación fiscal internacional y los derechos humanos, así como su armonización con las obligaciones de los Estados conforme a la normativa internacional de derechos humanos.

A la vez que este proceso dirigido a afianzar la cooperación fiscal internacional va ganando paso, yo apelo a todos los Estados a respaldarlo, así como a asegurar la participación significativa de las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en pro de la justicia fiscal.

También observo con interés la propuesta de Brasil para garantizar una tasa impositiva mínima global del 2% para los 3.000 individuos denominados "superricos".    Esto podría en teoría movilizar hasta 250 miles de millones de dólares americanos anualmente.

Excelencias,

Es nuestra obligación dirigirnos hacia una economía global más justa.

Mediante la reforma de las normativas fiscales mundiales de tal modo que todas las personas y todos los países se beneficien de las ventajas del desarrollo.

Asegurando que las corporaciones multinacionales paguen su parte justa de impuestos en todos aquellos países donde operen.

Aumentando el tipo mínimo global del impuesto para sociedades con el fin de contrarrestar cualquier "carrera para llegar a un tipo cero".

Fomentando la transparencia, integridad y rendición de cuentas financieras, y que incluya la presentación pública de los beneficios empresariales; restricciones a las actividades de los paraísos fiscales; además de regímenes fiscales nacionales más eficientes y transparentes, que incluyan políticas tributarias progresivas sobre la renta y la riqueza.

Esto repercute en el interés de todos los Estados, tal como pone en evidencia el derecho al desarrollo.

Una mejor cooperación internacional y la realización de todos los derechos humanos irá en beneficio de todas las personas.

Promocionar la justicia y cohesión social, así como reducir las desigualdades dentro y entre los Estados a través de un reparto más equitativo de los beneficios del desarrollo favorecerá que existan sociedades más estables, más respetuosas y más pacíficas en todas las regiones.

Hoy en día, los Estados y otros actores pueden hacer realidad de forma efectiva la tarea de combatir la evasión y fraude fiscal.

También podemos volver a diseñar nuestra arquitectura fiscal mundial y el sistema financiero internacional para hacerlos más justos y más inclusivos.

Todos estos objetivos se encuentran dentro de nuestro alcance, y la normativa internacional de derechos humanos jugará un papel crucial en todas estas iniciativas.

Esta normativa proporciona los fundamentos legales para promocionar la justicia, la solidaridad internacional y la igualdad dentro y entre los Estados, a través de la creación de un entorno favorable y un orden internacional en los que todo el mundo comparta los beneficios del desarrollo.

Ha llegado el momento de introducir un cambio profundo en nuestro planteamiento sobre la financiación para el desarrollo y sobre las políticas económicas.

Y también ha llegado ya la hora de implementar economías basadas en los derechos humanos, además del derecho al desarrollo, en todo el planeta.

Les deseo un debate productivo.  

Gracias.