Declaraciones y discursos Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Debemos reivindicar los derechos humanos como herramientas a la hora de resolver problemas, según Alto Comisionado
07 agosto 2024
Pronunciado por
Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Lugar
Instituto de Relaciones Internacionales del Camerún
Algunas partes de este discurso se pronunciaron en inglés y otras en francés.
“Les droits humains face aux défis globaux contemporains”
Excellences, Messieurs les Ministres,
Monsieur le Directeur,
Chers participants,
C'est un plaisir d'être de retour au Cameroun, après un certain nombre d'années, et de m’adresser à vous aujourd’hui.
Le travail de cet Institut – la plus ancienne école diplomatique au sud du Sahara – en faveur d'un développement inclusif est une source d'inspiration pour cette région et au-delà.
Je me réjouis également du partenariat de longue date entre l'Institut et mon Bureau, sur un large éventail de questions relatives aux droits humains.
Excelencias,
Chers participants,
En la actualidad, 59 guerras y conflictos asolan el mundo, con consecuencias devastadoras para la vida y los medios de subsistencia.
Las normas fundamentales de la guerra se incumplen cada vez más, lo cual repercute dramáticamente en la población civil y las infraestructuras civiles.
Las desigualdades se acentúan y, con 2030 a la vuelta de la esquina, las perspectivas de realizar la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se alejan.
Los efectos de la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación siguen extendiéndose peligrosamente por todo el planeta. A nivel local, por ejemplo, la cuenca del lago Chad está sufriendo sequías, precipitaciones irregulares y una desertificación creciente, lo que también está desencadenando tensiones y violencia, incluso entre comunidades de pastores y agricultores.
Al retroceder, asistimos al afianzamiento y al endurecimiento de la polarización y las divisiones entre países en el escenario mundial, y dentro de las comunidades, en una mentalidad de "nosotros contra ellos", que cierra la puerta al diálogo.
El discurso del odio —y sus efectos corrosivos sobre la cohesión y la estabilidad sociales— prolifera.
La corrupción sigue siendo un gran problema en todas las regiones del mundo.
Los cambios inconstitucionales resurgen de forma preocupante en el poder o, por el contrario, al aferrarse al poder. Aumentan los procesos electorales opacos, así como la frustración con unas instituciones estatales que no se consideran ni representativas ni eficaces.
La represión de las protestas pacíficas y los ataques a defensores de los derechos humanos y periodistas van en aumento, sobre todo en el contexto de las elecciones.
Todo ello en un contexto de impunidad virtual. Disputas y posturas geopolíticas. Y demasiado belicismo y poca consolidación de la paz.
Este es el panorama lúgubre de nuestro mundo actual.
Pero creo que podemos —y debemos— cambiar las cosas, y tenemos los instrumentos a nuestro alcance.
Empezando por los principios y valores fundamentales que sustentan nuestro sistema internacional. Entre ellos y especialmente los derechos humanos.
Debemos reivindicar los derechos humanos como herramientas a la hora de resolver los problemas para conseguir sociedades más pacíficas, sostenibles e igualitarias.
Hoy me gustaría mencionar tres ámbitos en los que los derechos humanos son fundamentales para resolver algunos de nuestros problemas más serios.
Premièrement, la paix et la sécurité.
En tant que l'un des trois piliers des Nations Unies, les droits humains sont l’épine dorsale de la gouvernance mondiale.
Le droit à la paix en est le fondement.
À chaque étape du cycle d’un conflit – de l'alerte précoce et la prévention au maintien de la paix, en passant par le rétablissement de la paix et la consolidation de la paix – l’importance de l'inclusion active et de la prise en compte des questions relatives aux droits humains est inestimable.
Fondamentalement, les droits humains nous aident à diagnostiquer le problème et à s'attaquer aux causes profondes. Les violations du droit à l'éducation, à un niveau de vie suffisant, ou à la non-discrimination sont souvent à l'origine des conflits. S'ils ne sont pas traités, ils mijotent, alimentent les divisions dans la société et finissent par déclencher des tensions.
De même, la protection de l'ensemble des droits – le droit de vote, le droit de manifester pacifiquement, le droit à la vie privée ou à la vie familiale, le droit de ne pas être soumis à la torture, à l'alimentation, à l'éducation et à la santé – est la recette pour façonner des sociétés pacifiques, résilientes et justes.
C'est pourquoi la surveillance, la documentation et l'établissement de rapports sur les droits humains sont si cruciaux et sont au cœur du travail de mon Bureau. Nous renforçons nos capacités d'alerte précoce et d'analyse des risques en matière de droits humains dans nos bureaux régionaux, y compris ici à Yaoundé.
Cela contribuera à renforcer la capacité d'alerte précoce de l'ensemble du système des Nations Unies en cas de crise imminente. Nous devons également veiller à ce que d'autres mécanismes et institutions indépendantes – tels que les institutions nationales des droits de l'homme – aient les moyens et les ressources nécessaires pour faire ce travail également.
Quisiera añadir algunos comentarios sobre el establecimiento de la paz. Existe el mito de que centrarse en los derechos humanos en el contexto de la mediación y el establecimiento de la paz puede ser un obstáculo para esos procesos. De que hacer hincapié en las violaciones, las normas jurídicas y en "culpar" a los autores puede obstaculizar el avance, la consecución de la voluntad política necesaria para que se negocien y acepten acuerdos de paz.
Ha llegado el momento de acabar con este mito.
Al contrario, los derechos humanos nos ayudan a acercarnos a la paz. La vigilancia de los derechos humanos y la elaboración de informes, incluso simultáneamente, pueden establecer los hechos en medio de la niebla de la guerra, y la información objetiva, la búsqueda de la verdad y el acuerdo sobre la historia común son esenciales para que la paz sea sostenible.
Los derechos humanos también mantienen la atención de los procesos de paz fijada en las personas. Al basarse en la dignidad de cada ser humano, los derechos humanos responden a lo que quizá sea la parte más difícil de la consolidación de la paz: que todos vean y comprendan plenamente la humanidad del otro.
Los derechos humanos también representan la rendición de cuentas, que puede adoptar distintas formas, en función de las necesidades de las comunidades afectadas. Los pilares de los procesos de justicia transicional —verdad, reconciliación, garantías de no repetición y reformas institucionales, aplicadas por medios judiciales o no judiciales— pueden adaptarse a cada contexto de forma constructiva para sortear el legado doloroso de las violaciones de los derechos humanos.
Además, el marco de los derechos humanos puede ayudar a diseñar una agenda de negociación que incluya a todas las partes necesarias para que la paz perdure a largo plazo y se reconstruya el tejido social. La garantía de la igualdad para todos y todas, la inclusión y la participación son esenciales para afrontar el pasado y poder avanzar.
El conjunto de acuerdos de paz alcanzados a lo largo de la década de 1990, desde Dayton hasta Guatemala y Camboya, demostraron la importancia de integrar los derechos humanos. De hecho, el proceso de Camboya dio lugar a la creación de una Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
La participación de mi Oficina en las negociaciones de Colombia contribuyó a anclar los Acuerdos de 2016 en los derechos humanos y a abordar cuestiones de larga data, tales como la discriminación y la violencia contra las mujeres, los pueblos indígenas y los afrodescendientes. Y garantizamos la inclusión significativa de las voces de las víctimas, incluidas las mujeres.
Chers collègues,
Ce moment de l'histoire, où nous sommes confrontés à tant de divisions et de polarisations, exige plus – et non moins – de transparence, de dialogue et de participation inclusive. La deuxième question que je souhaite aborder est l 'importance d'un espace civique ouvert et dynamique.
Les libertés d'expression, d'association, de réunion et de participation aux affaires publiques et politiques, entre autres, sont un levier d'une société stable et sûre.
Pourtant, dans le monde entier, les attaques, les menaces et le harcèlement, les arrestations et les détentions de défenseurs des droits humains, de journalistes et de personnes jugées critiques à l'égard des autorités sont beaucoup trop fréquents.
Cela ne viole pas seulement les droits des individus, mais aussi ébranle lentement les fondements de la prospérité et de la sécurité.
2024 est une année charnière en termes d'élections à l'échelle mondiale, et avec encore plus d'élections prévues pour 2025, nous vivons un moment crucial pour la démocratie.
Des processus électoraux significatifs et sûrs, qui assurent la participation de tous les électeurs, sont essentiels aux institutions et aux gouvernements qui servent leur population.
Plus généralement, le plein respect des droits humains avant, pendant et après les élections renforce la confiance et la légitimité ; Cela permet de prendre des décisions plus pertinentes et plus efficaces, car elles reflètent les besoins des populations.
Comme nous le savons tous, la démocratie va au-delà du processus électoral lui-même – à la base, elle signifie le droit de participer aux affaires publiques de façon continue - notamment des femmes, des peuples autochtones, des personnes vivant avec un handicap, des jeunes, des minorités et d'autres personnes souvent marginalisées.
Il y a actuellement un élan considérable pour reconnaître et inclure les voix des jeunes dans la prise de décisions. Je ne peux que soutenir cela et vous assurer de mon engagement à l'amplifier.
Non seulement les jeunes ont besoin d'un espace civique ouvert pour pouvoir s'exprimer, mais ils doivent également se sentir entendus et engagés dans les processus politiques qui les concernent, et savoir que leur voix compte dans la construction de leur avenir.
De l'égalité à la responsabilité, en passant par l'action climatique, les jeunes influencent les débats d'importance nationale et internationale et suscitent des changements sociaux – ils exigent une place à la table, demandent des comptes aux gouvernements et aux entreprises pour leur inaction, et ils utilisent des outils – tels que des tribunaux nationaux et régionaux – à ces fins.
Leur intelligence, leur créativité et leur courage sont précisément les éléments dont nous avons besoin pour contribuer à façonner notre présent et notre avenir collectifs.
Le troisième domaine que je voudrais aborder est le développement durable.
L’Agenda 2030 est solide parce qu'il rassemble tous les pays du monde pour relever nos défis communs, tout en ne laissant personne de côté. Il est complété par l'Agenda 2063, qui résume les aspirations de l'Afrique pour l'avenir.
Et pourtant, la triple crise planétaire, la pandémie de COVID-19, les conflits en cours et d'autres défis ont entravé et continuent d'entraver nos progrès vers ces engagements cruciaux.
Pour nous remettre sur la bonne voie, nous devons de toute urgence nous attaquer aux inégalités, ainsi qu'à la discrimination sous-jacente fondée sur la race, l'ethnie, la religion, l'origine linguistique, l’orientation sexuelle, ou d'autres motifs. Les Objectifs de Développement Durable doivent être atteints pour tous, partout.
Cela signifie qu'il faut réviser les lois, les politiques et les pratiques discriminatoires, conformément aux obligations internationales et régionales en matière de droits humains.
Et que les droits humains sous-tendent les lois et les politiques dans tous les secteurs, qu'il s'agisse du développement ou de l'environnement.
Le secteur privé, qui est un acteur clé dans ce domaine, doit également assumer ses responsabilités en matière de respect des droits humains. Les Principes directeurs des Nations Unies relatifs aux entreprises et aux droits de l'homme sont un outil précieux, en tant que boussole pour les activités des entreprises afin d'assurer un développement durable et social.
Je salue l'adoption de Plans d'action nationaux sur les entreprises et les droits de l'homme dans plusieurs pays du continent et je crois que le Cameroun a le potentiel pour être un leader dans ce domaine.
Encore une fois, dans tous les efforts visant à parvenir à un développement durable, les populations doivent être impliquées dans la prise de décision. Cela signifie tendre la main à ceux qui sont plus mis en marge pour s'assurer que leurs voix sont entendues –
Comme par exemple, les femmes vivant dans la pauvreté.
Et les peuples autochtones, dont l'expérience, les connaissances ancestrales et les pratiques durables sont indispensables pour trouver ensemble un chemin à travers nos défis collectifs – dont la triple crise planétaire n'est pas la moindre.
La crise climatique est une crise des droits humains.
Pour y remédier de manière compréhensive, ainsi que pour aider à prévenir de futures crises et conflits induits par le changement climatique, nous pouvons adopter les outils que fournit une approche fondée sur les droits humains.
Il s'agit notamment de veiller à ce que les budgets nationaux consacrent des ressources suffisantes aux mesures d'adaptation et d'atténuation du changement climatique, et de veiller à ce que les États les plus riches assument leurs responsabilités vis-à-vis des fonds mondiaux.
Chers participants,
Dans ce contexte, le droit au développement est particulièrement important.
Il englobe le droit des individus et des peuples de participer véritablement et librement au développement et d'en bénéficier équitablement.
Il repose sur l'impératif de l'égalité des chances pour tout le monde, et de la répartition équitable des ressources et des opportunités économiques, y compris pour les personnes traditionnellement démunies, ainsi que pour les pays qui sont souvent laissés pour compte.
Cette vision exige que nous affrontions et réparions l'injustice, l'exploitation et la répression systématiques.
En outre, le droit au développement constitue le fondement indispensable de l'économie des droits humains – une économie dans laquelle les systèmes fiscaux et budgétaires donnent la priorité à la réalisation des droits civils, politiques, économiques, sociaux et culturels, du droit au développement et du droit à un environnement propre, sain et durable, notamment en veillant à ce que les remboursements élevés de la dette ne nuisent pas aux investissements vitaux dans les droits. L'énoncé de vision de mon Bureau met l'accent sur ces points.
Dans quelques semaines, le Sommet du futur offrira aux leaders dans le monde une occasion unique de tracer une voie collective plus efficace et plus durable. Dans ce cadre, mon Bureau fait tout son possible pour veiller à ce que les principes des droits humains incitent des réformes, y compris la réforme de l’architecture financière internationale.
Il faut éliminer ses tares systémiques en faveur des pays riches, et au détriment des droits. Les structures de financement mondiales doivent aider les gouvernements à donner la priorité aux protections sociales, au développement durable et à l'action climatique qui sont essentiels pour tout le monde.
Estimados y estimadas participantes,
Antes de terminar, deseo felicitar a este Instituto por haber sido seleccionado como socio académico para el componente de formación preparatoria del Programa de Becas para Indígenas de habla francesa de la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Este programa capacita a los becarios para defender sus derechos con eficacia y contribuir al desarrollo socioeconómico de sus comunidades.
La promoción de los derechos humanos y la búsqueda de soluciones a los retos mundiales deben ser nada menos que un esfuerzo colectivo. A todos los actores —instituciones estatales, sociedad civil, sector privado, institutos como este, organizaciones internacionales como mi propia Oficina— nos interesa garantizar sociedades igualitarias, justas, sostenibles y resilientes.
Gracias.