Declaraciones Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, concluye su visita oficial al Camerún
07 agosto 2024
Pronunciado por
Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Lugar
Yaoundé
Buenas tardes, y gracias a todos y todas por venir.*
Acabo de concluir una visita breve, pero importante, al Camerún. Agradezco al Presidente y al Gobierno su invitación y su disposición a debatir una gran variedad de cuestiones de derechos humanos conmigo y con mi Oficina. Tengo un vínculo fuerte con Camerún, ya que durante muchos años he interactuado personalmente con la población de este país tan rico y diverso.
Camerún se enfrenta hoy en día a retos numerosos y complejos en materia de derechos humanos, pero también tiene oportunidades, sobre todo si se tiene en cuenta su población extremadamente joven, con más del 40 % de los cameruneses siendo menores de 15 años, y una sociedad civil muy dinámica. A nivel mundial, los jóvenes están influyendo en las medidas sobre cuestiones de importancia nacional e internacional, e impulsando el cambio social: sobre el cambio climático, la igualdad, la rendición de cuentas, y mucho más.
El proceso electoral de Camerún, que desembocará en elecciones en 2025 y 2026, representa una oportunidad clave para reforzar la inclusión política y facilitar la participación de todos los componentes de la sociedad, en particular los jóvenes, las mujeres, las personas procedentes de zonas afectadas por conflictos, las personas desplazadas y con discapacidad, para garantizar la libre expresión de las opiniones políticas. También es una oportunidad para asegurar la protección de un espacio de discusión y debate enérgicos sobre cómo afrontar los problemas juntos como país.
Entre los problemas más complejos se encuentran las tres crisis de seguridad simultáneas en diferentes partes del país: la situación en las regiones noroeste y suroeste, con la persistencia de graves abusos y violaciones de los derechos humanos contra la población civil; el impacto de los ataques de los grupos afiliados y disidentes de Boko Haram en la región del Extremo Norte; y los efectos indirectos de la crisis en la República Centroafricana al este.
Camerún también se encuentra en una región muy afectada por la crisis climática, especialmente en la región del Extremo Norte. Como se observa hoy en muchas partes del mundo, la sequía, las precipitaciones irregulares y la desertificación creciente en la cuenca del lago Chad han desencadenado tensiones y violencia, a veces entre comunidades de pastores y agricultores.
Camerún es un país de acogida de refugiados importante. En junio de este año, había alrededor de un millón de desplazados internos, y un total de 3,4 millones de personas con necesidad de ayuda humanitaria, de una población de 28 millones de habitantes. La comunidad internacional debe movilizarse para garantizar una financiación adecuada de las necesidades humanitarias.
En las regiones del noroeste y suroeste, lo que comenzó como manifestaciones pacíficas en 2016 se ha convertido en una gran crisis para la población civil, con enfrentamientos entre grupos separatistas, otros grupos armados y las fuerzas de seguridad, incluido el ejército, que han dejado miles de muertos, cientos de miles de desplazados y más de 700.000 niños privados de su derecho a la educación. Siguen habiendo informes de violaciones y abusos de los derechos humanos, como asesinatos ilícitos, maltrato y tortura, secuestros a cambio de rescate y restricciones a la libertad de circulación. La imposición de "días de encierro" por parte de grupos separatistas, que impiden a los niños ir a la escuela y a la gente acceder a sus medios de subsistencia, con el riesgo de ser tiroteados, es inaceptable y debe condenarse con rotundidad.
No se deben escatimar esfuerzos para silenciar las armas y poner fin a esta crisis insostenible, mediante el diálogo con quienes tienen reclamaciones y exigencias, la rendición de cuentas para los responsables de violaciones y abusos contra los derechos humanos, y medidas de reconciliación, incluyendo una evaluación de los procesos de desarme, desmovilización y reintegración (DDR) existentes para determinados miembros de grupos armados.
Lamentablemente, persiste la impunidad ante violaciones graves cometidas. La lucha contra la impunidad es absolutamente esencial —sea cual sea la afiliación de los responsables— ya que contribuirá en gran medida a fomentar la confianza entre los ciudadanos y el Estado. En los casos en que las fuerzas de seguridad del Estado han estado implicadas en violaciones, resulta esencial que las investigaciones se lleven a cabo de forma independiente, rápida y transparente, y que los autores comparezcan ante la justicia, al mismo tiempo que se garantiza la protección de víctimas y testigos. He recibido garantías del Gobierno a este respecto.
Un enfoque centrado en las víctimas debe guiar todos los esfuerzos encaminados a resolver esta crisis prolongada, y he pedido al Gobierno que facilite el acceso de la ayuda humanitaria a las zonas afectadas por el conflicto. Asimismo, le he instado a que revise la ley antiterrorista de 2014 en este sentido.
Mi Oficina está dispuesta a prestar asesoramiento y asistencia. He pedido a las autoridades que faciliten una misión de evaluación de un equipo de expertos en derechos humanos de Naciones Unidas a las regiones noroeste y suroeste para evaluar los progresos realizados siguiendo las recomendaciones de nuestro informe en 2019, así como una nueva evaluación de la situación.
En las reuniones que mantuve con la sociedad civil, hablamos de la grave preocupación que suscitan las restricciones a la libertad de expresión y asociación y al derecho de reunión pacífica, y de la necesidad de garantizar una mejor protección de los defensores de los derechos humanos.
El periodo previo a las elecciones es siempre muy delicado en todos los países del mundo. Hice un llamamiento a los partidos políticos, de todo el espectro, para que se comprometieran públicamente con la causa de los derechos humanos, especialmente para garantizar los derechos a la libertad de expresión y de reunión pacífica en el contexto de las elecciones de 2025 y 2026.
Las organizaciones de la sociedad civil y los periodistas deben poder supervisar la situación y publicar informes esenciales en el contexto preelectoral, junto con la Comisión de Derechos Humanos de Camerún (CDHC), también en lo que respecta a la lucha contra el discurso de odio y la desinformación, sin intimidación ni temor a represalias. La actuación en procedimientos judiciales emblemáticos contribuiría a enviar mensajes claros contra la impunidad y serviría para prevenir nuevas violaciones.
Altos cargos del gobierno reconocieron la necesidad de que el país aumente el número de mujeres en puestos de liderazgo en todos los niveles, incluidos el parlamento, los consejos regionales y los consejos municipales.
También pedí a las autoridades camerunesas que aceleraran la adopción de una legislación integral sobre la violencia contra las mujeres y que revisaran el código penal para garantizar el acceso de las víctimas a la justicia y a otros servicios esenciales. Las prácticas nocivas, como el matrimonio forzado o precoz, el acoso sexual, la violación y la mutilación sexual, deben combatirse enérgicamente.
Deben eliminarse las desigualdades y la discriminación ilegal por motivos de raza, etnia, religión, origen lingüístico, orientación sexual y otros.
Está claro que Camerún tiene potencial para liderar el desarrollo sostenible, incluso empezando a adoptar un Plan de Acción Nacional sobre Empresas y Derechos Humanos y garantizando recursos suficientes en el presupuesto nacional para medidas de adaptación y mitigación del cambio climático.
Aunque mi visita duró solo dos días, y esta no es en absoluto una visión completa de la situación de los derechos humanos en el país, nuestra Oficina ha estado presente en Yaundé desde 2001, y ha colaborado estrechamente con las autoridades camerunesas, la sociedad civil y otros actores, además de cubrir otros nueve países de la región centroafricana.
Agradezco al Gobierno el haber proporcionado locales más amplios —que he podido inaugurar hoy— para mi oficina regional en Yaundé. La cooperación y el apoyo de las autoridades y de la comunidad internacional permitirán a la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reforzar su labor en la región.
Camerún desempeña un papel importante en los foros multilaterales, especialmente en las Naciones Unidas, a escala regional e internacional, y pronto asumirá la presidencia de la Asamblea General de las Naciones Unidas durante su periodo de sesiones de 2024-2025. Espero seguir contando con el apoyo de Camerún para garantizar que los valores universales de los derechos humanos impregnen los debates regionales e internacionales sobre la paz, la seguridad y el desarrollo, así como a nivel nacional.
*Algunas partes de este discurso se pronunciaron en inglés y otras en francés.
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