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El albinismo es una enfermedad rara, no contagiosa y heredada genéticamente que se da en todo el mundo, independientemente de la etnia o el sexo. Lo más habitual es que se produzca una falta de pigmento de melanina en el pelo, la piel y los ojos (albinismo oculocutáneo), lo que provoca vulnerabilidad a la exposición solar. El albinismo sigue siendo profundamente incomprendido, tanto social como médicamente. El aspecto físico de las personas con albinismo suele ser objeto de creencias erróneas y mitos influidos por la superstición, que fomentan su marginación y exclusión social.

Las personas con albinismo son un grupo único cuyos problemas de derechos humanos han pasado generalmente desapercibidos durante siglos; el resultado es un estigma, una discriminación y una violencia profundamente arraigados contra ellos en varios países. La complejidad y la singularidad de la enfermedad hacen que sus experiencias afecten de forma significativa y simultánea a varias cuestiones de derechos humanos, como la discriminación por el color de la piel, la discriminación por discapacidad, las necesidades especiales de acceso a la educación, el derecho al disfrute del más alto nivel de salud, el derecho a la vida, que debe garantizarles protección contra las prácticas tradicionales perjudiciales, la violencia, incluidos los asesinatos y los ataques rituales, el comercio y el tráfico de partes del cuerpo para propósitos de brujería, infanticidio y abandono de niños.

En algunos países -principalmente en algunas partes de África, donde las personas con albinismo son hipervisibles: el aspecto físico de las personas con albinismo ha sido objeto de creencias erróneas y mitos influidos por la superstición, la brujería o ambas. 

En la creación de el mandato del Experto Independiente sobre el disfrute de los derechos humanos por las personas con albinismo, el Consejo de Derechos Humanos reafirmó que todo el mundo tiene derecho a la vida, la libertad y la seguridad de la persona y que nadie será sometido a tortura ni a tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. También recordó la universalidad, indivisibilidad, interdependencia e interrelación de todos los derechos humanos y libertades fundamentales y la necesidad de que se garantice a las personas con albinismo el pleno disfrute de sus derechos y libertades sin discriminación.