Experto: Los niños y niñas de la calle son víctimas de trabajos forzosos y abusos sexuales
05 octubre 2023
Las personas sin hogar, y en particular los niños y niñas, corren un alto riesgo de ser víctimas de formas contemporáneas de esclavitud, incluyendo los trabajos forzosos y la explotación sexual, ya que son presa fácil de explotadores, tratantes de personas y otros grupos delictivos, según informe de un experto en derechos humanos.
En un informe presentado al Consejo de Derechos Humanos, el Relator Especial sobre las formas contemporáneas de la esclavitud afirmó que los niños, niñas y jóvenes que viven en la calle figuran entre las personas más vulnerables a las formas contemporáneas de esclavitud, e instó a los Estados a que eliminen la falta de hogar, una violación del derecho internacional de derechos humanos.
"La relación entre la falta de hogar y las formas contemporáneas de esclavitud es innegable", afirmó Tomoya Obokata ante el Consejo. "No hay duda de que quienes se enfrentan al riesgo de quedarse sin hogar son sistemáticamente vulnerables a la explotación laboral o sexual, y viceversa".
En su informe, Obokata explicó que la falta de acceso a la educación, los abusos físicos y mentales, el descuido y el abandono, y la desintegración familiar, son algunas de las razones que fuerzan a niños, niñas y jóvenes a vivir en la calle. Una vez en la calle, los niños, niñas y jóvenes son reclutados y explotados en diversos sectores económicos no solo a manos de grupos delictivos, sino también de familiares, amigos y empleadores.
"Los niños y jóvenes que viven en la calle pueden ser reclutados para la explotación delictiva, como el tráfico forzoso de drogas y armas, el robo y el contrabando", según el informe. "Aunque las personas que son explotadas en actividades delictivas deberían tratarse sin duda como víctimas de formas contemporáneas de esclavitud, la realidad para muchas de ellas es que se enfrentan a acciones policiales, como multas y encarcelamiento, y acaban teniendo antecedentes penales".
Otros grupos especialmente vulnerables a las formas contemporáneas de esclavitud como consecuencia de la falta de hogar son las mujeres, según se indicaba en el informe, donde se añade que los hogares encabezados por una mujer constituyen el 70 % de la población sin techo del mundo, estimada en 150 millones de personas.
Según el informe, las leyes y prácticas discriminatorias en materia de divorcio, herencia y patrimonio conyugal, así como el acceso limitado de las mujeres a un trabajo decente, aumentan considerablemente el riesgo de que las mujeres se queden sin hogar.
Los migrantes, los pueblos indígenas, los miembros de un grupo minoritario y las personas con discapacidad sin hogar también son vulnerables a las formas contemporáneas de esclavitud.
Explotación sexual
En el informe se señalaba que es sabido que agentes criminales, como bandas y grupos delictivos organizados, reclutan de forma activa a personas sin hogar, a las que atraen con la promesa de trabajo, alojamiento u otras necesidades, para luego coaccionarlas o engañarlas con fines de explotación sexual o laboral.
Además, se añadía que la explotación sexual de las personas sin hogar era un gran motivo de preocupación y que no se trataba de un problema "exclusivo de los países en desarrollo".
"Muchos "jóvenes fugitivos", en particular entre las poblaciones de lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, queer e intersexuales, tienen que recurrir al "sexo de supervivencia", lo que puede acarrear explotación y abusos, incluso mediante engaño o amenaza y/o el uso de la violencia".
Obokata recordó al Consejo de Derechos Humanos que los Estados tienen obligaciones muy claras con respecto a la falta de hogar, una violación del derecho a una vivienda adecuada en virtud del artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Otros derechos, como el derecho a la vida, a la salud, a la libertad y a la seguridad, así como el derecho a no ser sometido a tratos inhumanos o degradantes, también se ven afectados por la falta de hogar, afirmó el experto, al mismo tiempo que destacó la indivisibilidad e interdependencia de los derechos humanos.
En el informe, Obokata instó a los Estados a que aplicaran políticas para eliminar la falta de hogar, incluida la provisión de viviendas asequibles y seguras a las personas sin hogar, así como medidas de inclusión social y económica como el acceso a la educación, la formación, la atención sanitaria y la seguridad social para evitar su explotación en formas contemporáneas de esclavitud.