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Desapariciones forzadas e involuntarias

Continúa la búsqueda de periodista 12 años después de su desaparición

21 octubre 2022

Fotografía de Sandya Ekneligoda © Sandya Ekneligoda

Sandya Ekneligoda lleva buscando a su marido los últimos 12 años.  Ella sigue recordando con nitidez los sucesos ocurridos el 24 de enero de 2010, el día en que Prageeth Ekneligoda, periodista, caricaturista y activista de derechos humanos de Sri Lanka, desapareció.

"Prageeth me dijo esa mañana, antes de salir para el trabajo, que a partir de ese mismo día iba a terminar con sus actividades políticas para dedicarse en su lugar a ayudarme con mi trabajo en los seguros.  Lo que me dijo en ese momento me dejó impactada ya que nunca antes me había mencionado algo así," declaró.

Como periodista y caricaturista, Prageeth Ekneligoda había criticado de forma continua la corrupción, el fraude, las irregularidades y la brutalidad de la guerra civil desatada entre las fuerzas armadas de Sri Lanka y los Tigres Tamiles bajo la administración del presidente de entonces Mahinda Rajapaksa. El día de su desaparición, tal como solía ser la rutina de la pareja, Ekneligoda esperó hasta las 9 p.m. para llamar a su marido ya que a él no le gustaba que le molestaran durante su horario de trabajo.  El teléfono de Prageeth estaba desconectado, lo que no era habitual en él.  Ella siguió intentando contactar con él toda la noche pero sin ningún éxito.

Era la segunda vez en menos de un año que Prageeth Ekneligoda era retenido, recordó Ekneligoda.  La primera vez, el 27 de agosto de 2009, fue esposado y empujado hacia el interior de una furgoneta blanca, en la cual fue trasladado a un lugar desconocido donde fue torturado.  Sus raptores le dejaron libre al día siguiente.  Pero esta vez, en 2010, no volvió a casa.

Doce años de lucha

Es entonces cuando Ekneligoda afirma que comenzó su lucha por la justicia.  Ella decidió dedicar su vida a la "verdad, justicia y a poner fin a todas las formas de impunidad" en Sri Lanka, y también a luchar, no solamente por su marido, sino por todas las personas que son desaparecidas por la fuerza así como por sus familias, explicó ella.

"Cuando una persona es víctima de una desaparición forzada, no solamente se llevan a esa persona por la fuerza, sino también los recuerdos que tenemos de ella o los que podríamos haber tenido con ella: el día de tu boda, todas las cosas que hicistéis juntos como pareja y la manera en que criásteis a vuestros hijos o las cosas que podrías haber planeado hacer por ellos," aseguró Ekneligoda. "Todo eso queda destruido."

Ella siguió describiendo los años de dificultades, acoso, amenazas y represalias que siguieron a manos de las instituciones del Estado y de los políticos.

Ekneligoda afirmó que grupos que apoyaban al presidente Rajapaksa la acusaron en primer lugar de mentir sobre la desaparición de su marido.  Posteriormente empezaron a asegurar que él vivía como refugiado en otro país.  Mientras tanto, indicó ella, un Secretario del Ministerio de Defensa, en un escrito dirigido a un parlamentario de la oposición en aquel tiempo, confirmó que existía cierta información de que Prageeth Ekneligoda había sido raptado por un grupo armado.   Cuando ella presentó una denuncia por la desaparición de su marido, Ekneligoda fue ridiculizada por la policía y por la Comisión de Derechos Humanos de Sri Lanka.

La información contradictoria, sumado a la falta de acceso a datos fiables, condujo a Ekneligoda a comenzar una lucha diaria en la búsqueda de su marido, a la vez que mantenía a su familia. 

En febrero de 2010, presentó un escrito ante el Tribunal de Apelación de Colombo y, en 2015, tras un cambio político en Sri Lanka, el caso de su marido así como de otros casos de desaparición emblemáticos fueron traspasados a la Unidad de Bandas y Robos del Departamento de Investigación Criminal. Fueron identificados entonces doce sospechosos pertenecientes a las fuerzas armadas, no obstante el ejército de Sri Lanka no apoyó la investigación.

"En su lugar, ejercieron una influencia indebida sobre los investigadores y proporcionaron información falsa a los tribunales," afirmó Ekneligoda.

Cuando Gotabaya Rajapaksa, el hermano menor del anterior presidente Mahinda Rajapaksa, fue elegido para la presidencia en noviembre de 2019, él designó una comisión para investigar casos de venganza política.

"Esta comisión convirtió a los investigadores y testigos del caso [de Prageeth] en los acusados," explicó Ekneligoda. "La comisión violó órdenes del Tribunal Supremo y obtuvo declaraciones de testigos solamente para, finalmente, recomendar que los militares sopechosos del caso fueran puestos en libertad y absueltos de todos los cargos."

Todavía esperando conseguir la verdad

En el aniversario de la desaparición forzada de su marido en enero de 2022, Ekneligoda se afeitó la cabeza, "para manifestar que me he separado de mi vida natural y que estoy entrando en otro mundo de desconocimiento," indicó ella, a la hora de explicar su aspecto que se ha vuelto ahora muy conocido.

"También visto de negro para expresar mi enfado y mi oposición a los que raptaron a mi marido, además de para manifestar mi luto por la pérdida de Prageeth.  "El color rojo representa a mi corazón, el cual sigue estando vivo," aseguró, explicando el significado del sarong negro y el pañuelo rojo que ahora forman parte de su vestimenta característica.

La lucha por la justicia de Ekneligoda continúa, a pesar de la recomendación de la Comisión de absolver a los militares sospechosos de la desaparición de su marido.  En septiembre de 2022, ella tomó la palabra en la sesión inaugural del 23º período de sesiones del Comité contra la Desaparición Forzada de las Naciones Unidas en Ginebra, en una de las innumerables ocasiones en que ella ha relatado su historia durante los últimos 12 años. Ekneligoda apuntó el dato de que más de 130 madres en Sri Lanka han muerto durante su búsqueda de justicia.

"Entre ellas, las madres Tamiles del norte quienes han estado siempre a la vanguardia de esta lucha continua por la justicia," relató al Comité.  "Ellas también se han tenido que enfrentar a numerosos obstáculos para conseguir ayuda de las instituciones del Estado.  "¿Se pueden imaginar el acoso que estas madres, que hablan Tamil, tienen que enfrentar dadas las intimidaciones que yo misma he tenido que soportar a pesar de ser una mujer que habla cingalés?"

"Lo que nos han arrebatado es nuestros seres queridos, una parte de nuestras vidas y de nuestra felicidad," añadió. "[Lo que] aspiro y deseo conseguir es justicia y hasta que llegue el día que reciba esa justicia, seguiré [luchando por mantener vivas] la desaparición y la memoria de Prageeth."

Sri Lanka es un Estado parte de la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, afirmaron miembros del comité. Como tal, el Estado tiene la obligación internacional de aplicar la Convención y de enviar su informe al Comité para su revisión y recomendaciones.  Los Estados están también obligados a garantizar que las mujeres, quienes son a menudo las que lideran la lucha por la verdad sobre la desaparición de sus familiares y, como consecuencia, se enfrentan a una amplia variedad de repercusiones y represalias, quedan protegidas contra cualquier maltrato o intimidaciones resultantes de su lucha diaria para encontrar a sus seres queridos desaparecidos, declaró la miembro del CED Suela Janina.

"Es necesario que se escuchen las voces de las personas afectadas por la desaparición forzada así como reconocer y abordar la amplia variedad de violaciones de derechos humanos," aseguró Janina al hablar en nombre del Comité.  "Haremos un seguimiento de tu caso y confío en que podamos establecer pronto un diálogo  constructivo con las autoridades de Sri Lanka."

Exención de responsabilidades: Las ideas, informaciones y opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad de la persona entrevistada y no reflejan necesariamente la política ni la postura oficial del ACNUDH.