“La defensa de los derechos humanos es una tarea sin fin”, afirma Michelle Bachelet
31 agosto 2022
“El mundo ha cambiado en varios aspectos esenciales durante mi mandato”, declaró Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. “Yo diría que la honda repercusión de la pandemia de COVID-19, los efectos cada vez más acusados del cambio climático y la onda de choque de las crisis de los alimentos, los combustibles y las finanzas vinculadas a la guerra en Ucrania han sido los mayores desafíos a los que nos hemos enfrentado”.
En Ginebra (Suiza), al término de su mandato de Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que se cumple esta semana, Bachelet examinó su legado de los últimos cuatro años y explicó qué desearía para los derechos humanos en el futuro.
Momentos decisivos
La pandemia de COVID-19: La pandemia impuso un cambio decisivo en las estrategias sociales y económicas de los Estados y en la manera en que estos protegieron de la enfermedad a las personas más vulnerables. En el ACNUDH, la pandemia nos hizo redoblar nuestra labor de protección social, nos obligó a ajustarnos a nuevas modalidades de trabajo virtual y a ampliar el monitoreo de los derechos humanos, dijo Bachelet.
Muchos problemas relativos a los derechos humanos en el mundo entero se hicieron patentes y exigieron medidas expeditas, entre ellos el aumento de la pobreza y las desigualdades, la falta de acceso a la atención sanitaria, las vacunas y el tratamiento, la discriminación y la violencia contra las mujeres. Ante este agravamiento, el ACNUDH tuvo que proporcionar respuestas rápidas a esos desafíos.
El ACNUDH logró, en un periodo de crisis y aislamiento, aportar a los Estados Miembros y la sociedad civil orientaciones prácticas y eficaces para definir las tendencias y los riesgos en materia de derechos humanos, evaluar la repercusión de las respuestas nacionales y manejar las crisis con arreglo a criterios humanitarios.
Aunque las conexiones virtuales no carecían de ventajas, la situación obligó a reducir los viajes de la Alta Comisionada, que no pudo acompañar tanto como hubiera deseado la labor de los agentes que operaban sobre el terreno en pro de los derechos humanos.
El derecho a un medio ambiente saludable: Bachelet afirmó que se siente muy orgullosa del sólido apoyo que su Oficina ha brindado al derecho humano a disfrutar de un medio ambiente limpio, saludable y sostenible.
“El reconocimiento que la Asamblea General de las Naciones Unidas otorgó el mes pasado al derecho humano a disfrutar de un medio ambiente limpio, saludable y sostenible fue la culminación de numerosos años de activismo de la sociedad civil. Este es un cometido por el que he trabajado durante mucho tiempo y en distintos cargos, incluso como Jefa de Estado”, añadió.
Bachelet exhortó a los Estados a trabajar con más ahínco para cumplir su obligación de aplicar plenamente el derecho a un medio ambiente saludable.
“Los fenómenos meteorológicos extremos de los últimos meses han sido poderosos recordatorios de la imperiosa necesidad de tomar medidas urgentes para proteger el planeta, en beneficio de las generaciones actuales y venideras”, señaló.
Reforzar los derechos económicos, sociales y culturales: Bachelet también hizo hincapié en su interés en velar por que se recozca mejor la interdependencia de los derechos económicos, sociales y culturales con los derechos civiles y políticos.
La Iniciativa Surge fue creada por Bachelet en respuesta al incremento de la desigualdad, los retrasos en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el aumento de los conflictos sociales. El propósito de la iniciativa es fomentar los compromisos en la esfera nacional con los derechos económicos, sociales y culturales, los ODS y la prevención, así como mejorar los vínculos entre los derechos humanos y la economía.
“Ninguno de ellos puede existir adecuadamente sin los demás”, explicó Bachelet. “Por ejemplo: la gente debe tener la posibilidad de expresar sus inquietudes, asociarse y protestar para influir y promover políticas que garanticen el acceso al empleo, la alimentación, la salud, la vivienda y la seguridad social. Los Estados deben asimilar las lecciones de la pandemia y de la actual crisis de alimentos, combustibles y finanzas, mediante la elaboración de medidas de largo plazo que permitan construir sistemas universales de atención sanitaria y protección social más sólidos y eficaces”.
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Yo soy una optimista estratégica y creo que si somos creadores, podemos elaborar estrategias y alianzas sólidas para promover el cambio, incluso en las circunstancias más adversas.
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Justicia e igualdad racial: Bachelet alberga la esperanza de que los Estados aprovechen la ocasión para realizar un cambio decisivo en materia de igualdad y justicia racial.
“La masiva movilización mundial en pro de la justicia racial, especialmente en 2020, ha obligado a tener en cuenta la discriminación racial, una decisión largamente postergada, y ha desplazado los debates hacia el racismo sistémico y las instituciones que lo practican. Este impulso no debería desaprovecharse”, declaró.
En 2021, la Alta Comisionada publicó un histórico informe sobre justicia e igualdad racial que contenía una agenda de cuatro puntos orientada a poner fin al racismo sistémico y las violaciones de derechos humanos contra los africanos los afrodescendientes. En septiembre próximo, el ACNUDH presentará un segundo informe al Consejo de Derechos Humanos. Bachelet también supervisó el 20º aniversario de la aprobación de la Declaración y Programa de Acción de Durban y la creación de un nuevo Grupo de Trabajo para investigar la brutalidad policial contra los afrodescendientes.
La voz de los silenciados
Bachelet rindió tributo a las defensoras de derechos humanos y reconoció su labor en lo tocante a dar voz a los silenciados más vulnerables.
“La defensa de los derechos humanos es una tarea sin fin y es indispensable mantener la vigilancia ante el peligro de retroceso. Esto es particularmente importante ahora, debido al auge de los populismos y la desinformación”, dijo la Alta Comisionada.
En el curso de sus misiones, Bachelet se entrevistó con defensoras de derechos humanos en Afganistán, madres de desaparecidos en México y trabajadores sanitarios que atienden a víctimas de la violencia sexual en la República Democrática del Congo.
En la visita oficial que realizó a Bangladesh, Bachelet se entrevistó con un docente que había soñado con llegar a ser médico, pero terminó en un campamento de refugiados tras huir de su país por su condición de rohingya. El maestro le contó a la Alta Comisionada que aún llora todas las noches al recordar su sueño y que muchos de sus amigos budistas ejercen ahora la medicina en Myanmar.
“Mi experiencia de refugiada no fue tan terrible”, respondió Bachelet. “Tuve los medios para proseguir mi educación y mantuve un buen nivel de vida. Pero el anhelo de la patria lejana, el deseo de muchos rohingyas de regresar a su país, me conmovió profundamente”.
El futuro de los derechos humanos
Bachelet instó a la comunidad internacional a que siga trabajando en pro de todos los derechos humanos y a que no olvide la situación de Yemen, Siria, Haití y los países del Sahel.
“La polarización dentro de los Estados y entre estos ha alcanzado niveles extraordinarios y el multilateralismo está sometido a presiones”, afirmó.
Algunas crisis, como la de Ucrania, han hecho aumentar la polarización en el Consejo de Derechos Humanos y otros foros multilaterales, donde a menudo los Estados Miembros se sienten presionados para que apoyen a una u otra parte.
Es fundamental establecer los canales apropiados para transmitir las preocupaciones e imaginar qué incentivos deben proporcionarse a quienes ejercen el poder, para inducirlos a tomar las medidas adecuadas. Este es uno de los mayores retos que entraña el mandato del Alto Comisionado, tanto para Bachelet como para sus sucesores.
Hay diversas maneras de afrontar esta tarea, pero Bachelet declaró que le aconsejaría al nuevo Alto Comisionado que mantuviera siempre abierto el diálogo con los Estados Miembros y las partes interesadas. Asimismo, manifestó su interés en entrevistarse con su sucesor, a fin de transmitirle sus opiniones y las experiencias acumuladas a lo largo de su mandato.
“El compromiso y el diálogo nunca han de ser impedimentos para decir las verdades a los poderosos, dar voz a los silenciados y promover la rendición de cuentas por las violaciones de derechos humanos”.