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El derecho a la salud es indivisible de todos los demás derechos

05 julio 2022

La violencia vulnera el derecho a la salud porque permite que se produzcan muchos otros abusos de derechos

La violencia en todas sus formas es un obstáculo importante para el derecho a la salud y afecta especialmente a grupos vulnerables como las mujeres, los niños y las personas no binarias. En una entrevista sobre su informe al Consejo de Derechos Humanos, la Dra. Tlaleng Mofokeng, Relatora Especial sobre el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental, explica el derecho a la salud y por qué está intrínsecamente ligado a todos los demás derechos humanos.

¿Cómo vulnera la violencia el derecho a la salud?

La violencia vulnera el derecho a la salud ya que permite que se produzcan otros tantos abusos de derechos. El derecho a la salud es indivisible de todos los demás derechos. Nuestra comprensión de la violencia suele girar en torno a la respuesta inmediata. No solemos pensar en el impacto que tiene la violencia a largo o medio plazo en los supervivientes y las víctimas. Igualmente, lo importante es pasar de una respuesta conservadora a pensar en cómo fomentar la intención de prevenir la violencia, pero también en cómo atender a medio y largo plazo a las personas que sufren violencia. La salud mental sigue siendo una cuestión muy importante que no siempre se tiene en cuenta a medio y largo plazo.

Su informe afirma que es fundamental adoptar un enfoque inclusivo y no binario para lograr una respuesta integral a la violencia desde el punto de vista de la salud. ¿Qué quiere decir con eso?

Todas las personas tienen derechos, con independencia del género, identidad sexual, raza, edad o situación geográfica, y algunos de ellos incluyen el derecho a tomar decisiones sobre la propia salud sin coacción ni violencia. Para lograr esa respuesta integral a la violencia desde el punto de vista de la salud es necesario adoptar un enfoque inclusivo y no binario del género y de la violencia de género, y se debe garantizar que todas las leyes, políticas, programas y servicios relacionados con la violencia de género incluyan a todas las personas, con o sin discapacidad, menores o adultas, y cisgénero, transgénero, no binarias, queer o intersexuales. Al hacerlo, hacemos visibles otros tipos de violencia que no se tienen en cuenta con un enfoque binario del género.

Usted dice que en su informe se pretende analizar la violencia estructural y su impacto en el derecho de todos al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental. ¿A qué se refiere con violencia estructural?

La violencia estructural es una forma sutil y a menudo invisible de violencia normalizada mediante las leyes, las políticas y la institucionalización de ciertas prácticas que tienen sus raíces en la herencia del colonialismo, el racismo, el apartheid y las desigualdades socioeconómicas estructurales. Crea barreras injustas que están diseñadas social y sistémicamente para marginar a individuos y grupos por motivos de raza, clase y género, limitando así la efectividad del derecho a la salud para muchos grupos de personas. Para muchas mujeres, niñas y personas LGBTIQ+, las normas sociales y culturales basadas en el género actúan como otro determinante social de la salud que incide enormemente en su disfrute del derecho a la salud y de otros derechos humanos.

¿Cómo pueden los Estados garantizar la plena realización del derecho a la salud?

Es importante que los Estados tengan siempre presente su obligación de respetar y proteger el derecho a la salud. Es importante que se inspiren en las leyes y normas internacionales de derechos humanos para influir en su propia política nacional, en las instituciones y en su propia programación. Las obligaciones inmediatas de los Estados partes incluyen las garantías de no discriminación e igualdad de trato y la obligación de adoptar medidas deliberadas y concretas en aras de la plena realización del derecho a la salud, como la preparación de una estrategia y un plan de acción nacional de salud pública. Por último, los Objetivos de Desarrollo Sostenible pueden ser decisivos para la realización holística del derecho a la salud si los derechos humanos se incorporan efectivamente en su implementación.