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Indicadores

Una mejor recogida de datos fortalece los derechos humanos de las personas marginadas

16 febrero 2022

Un hombre se coloca sobre el teclado de un portátil mirando la pantalla © Getty Images

Los datos pueden ayudar a cambiar vidas. 

La recogida, división y análisis adecuados de datos recogidos por gobiernos, ONGs y otros puede mejorar las condiciones de vida y las oportunidades de desarrollo para aquellas personas en sociedades que a menudo son ignoradas a la hora de recopilar datos.  Para este fin, Derechos Humanos de las Naciones Unidas apela a una revolución en la recogida de datos. 

«Nos encontramos en el medio de una revolución en la recogida de datos que podría mejorar de forma radical la forma en la que usamos los datos para comprender mejor las cuestiones y riesgos en materia de derechos humanos, evaluar los avances, supervisar los derechos humanos, pedir responsabilidades a gobiernos, empresas y personas así como para potenciar el desarrollo sostenible,» afirmó la Subsecretaria General de Derechos Humanos de las Naciones Unidas Ilze Brands Kehris.  

Kehris realizó estos comentarios durante Count us in: Rompiendo el ciclo de la invisibilidad en los datos, un evento paralelo celebrado durante el período anual de sesiones de la Comisión de Estadística de las Naciones Unidas.  El evento, organizado por Derechos Humanos de las Naciones Unidas, supuso una oportunidad para representantes de grupos que son «invisibles en los datos» para resaltar la necesidad de un enfoque centrado en las personas a la hora de la recogida y el análisis de datos. 

Los ponentes comentaron la importancia de implementar enfoques voluntarios, consensuados y participativos con salvaguardias firmes que incluyan construir una participación de confianza y activa de grupos marginados.  La necesidad de buena voluntad política fue destacada como un componente clave en un enfoque basado en los derechos humanos a la hora de la recopilación de datos. 

James Karanja conoce de primera mano cómo un enfoque centrado en las personas en la recopilación de datos puede dar visibilidad a los invisibles. 

En su papel líder de activista por las personas intersexuales que viven en Kenia, celebró la decisión del gobierno de reconocer a las personas intersexuales por primera vez en el censo de 2019.  Karanja, de 27 años, nació con anatomía masculina y femenina y fue criado como si fuera una niña, de nombre Mary Waithera. 

«Existen leyes a la hora de registrar certificados de nacimiento y probablemente otros certificados y documentación legal los cuales pueden ser necesarios para que una persona pueda ser identificada,» explicó.  «Una persona acaba siendo excluida a la hora de acceder a servicios que la población general suele conseguir sin tener que formarse para ello.  Los derechos intersexuales son derechos humanos, y por ello deben ser racionalizados como cuestiones globales de derechos humanos.»

Karanja declaró que la recogida de datos es clave a la hora de conseguir derechos humanos básicos. 

«La falta de datos o el hecho de que no existan personas intersexuales que defiendan su derecho a ser contados significa que, por ejemplo, cuando el gobierno o el estado elabore sus presupuestos, estas personas acaben formando una categoría que es ignorada en el acceso a estos presupuestos,» explicó Karanja.  «Ser excluido supone que estas personas no puedan acceder a algunos de los servicios básicos que pueden necesitar, por ejemplo, cuestiones sobre atención sanitaria, aunque los hombres intersexuales pueden necesitar de algún tipo de atención sanitaria especial.»

Kehris destacó que muchos Estados se habían mostrado reacios a recopilar datos desglosados sobre cuestiones de derechos humanos y grupos marginados. 

«La ausencia de datos, desglosados por raza u origen étnico, así como por género, edad, y otros factores, oculta el impacto desproporcionado que determinadas leyes, políticas y prácticas tienen para grupos raciales o étnicos en todos los aspectos de la vida, desde la vivienda y la educación al empleo, salud y el sistema de justicia penal. Este hecho también dificulta el desarrollo de respuestas legales y políticas como respuesta a las experiencias vividas por grupos raciales o étnicos así como las diversas formas de discriminación racial y otras a las que se enfrentan.»

«Conforme al derecho humanitario internacional, es vital que los Estados recopilen datos desglosados como parte de sus “pasos” y “medidas” necesarios para hacer realidad sus compromisos,» continuó. 

Los datos pueden contribuir a poner de relieve ciclos o patrones de abusos de derechos humanos, afirmó Tarak Shah, un científico de datos perteneciente al Grupo de Análisis de Datos sobre Derechos Humanos.  La exclusión de datos sobre algunos grupos se ha atribuido a dificultades en el acceso a encuestas como por ejemplo las personas sin hogar, las minorías lingüísticas, o el miedo y el estigma que suponen identificar a una persona como un miembro de una minoría concreta. 

«El análisis de datos puede ayudar a revelar patrones que demuestran que de hecho, estas personas comparten esta experiencia con otras personas y que no están solas," afirmó.  «Estos patrones pueden asimismo arrojar luz sobre cuestiones de responsabilidad cuando las violaciones se convierten en sistémicas.»

Vea más abajo cómo James Karanja usó su voz para conseguir que las personas intersexuales sean contadas en Kenia.