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Trabajo en materia de derechos humanos

Bachelet detalla las necesidades de financiación necesarias para apoyar su «programa de derechos»

19 enero 2022

A mother wearing a mask with her daughter

La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha lanzado un llamamiento a Estados Miembros de las Naciones Unidas y a donantes privados para que apoyen su «programa de derechos» de 2022 a través del trabajo de los 1.600 empleados de su Oficina en las oficinas generales y las 103 presencias sobre el terreno, así como los socios globales de su Oficina. 

«En mitad de un período de enorme conmoción y crisis en todo el mundo, esta financiación resultará fundamental para proteger, promocionar y defender los derechos humanos en todos los rincones del mundo,» afirmó Bachelet a la hora de detallar a los Estados Miembros las necesidades de financiación de su Oficina durante el lanzamiento de su Llamamiento Anual de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

«Estamos entrando en el tercer año de la pandemia de COVID-19, una prolongada emergencia global que ha dejado al descubierto y agravado las arraigadas desigualdades existentes en todo el mundo,» añadió.   «Mi Oficina está comprometida a combatir estas desigualdades, y a apoyar a grupos desfavorecidos quienen han resultado afectados de forma desproporcionada por la pandemia, incluyendo a personas mayores y personas con discapacidades.»

Bachelet solicitó ayuda económica para sufragar los recursos extrapresupuestarios de 400,5 millones de dólares americanos necesarios este año para combatir las desigualdades que la pandemia de COVID-19 ha dejado al descubierto avanzando hacia el desarrollo sostenible a través de los derechos humanos; para seguir promocionando su Agenda hacia un Cambio Transformador para la Justicia e Igualdad Racial; para mejorar la participación de la sociedad civil en línea y fuera de línea y para proteger el espacio cívico; para fortalecer la rendición de cuentas por violaciones de derechos humanos; para aprovechar la información obtenida para mejorar los análisis y la toma de decisiones para la protección y promoción de los derechos humanos; así como para crear directrices concretas para una respuesta con perspectiva de género a la pandemia, las crisis medioambientales y los conflictos. 

Estas áreas prioritarias de trabajo se recogieron en el Plan de Gestión de la Oficina  de Derechos Humanos de las Naciones Unidas 2018-2021 que se amplió hasta 2023 con el fin de atender a las dificultades resultantes de la pandemia de COVID-19. 

El Llamamiento de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en 2021 ascendió a 385,5 millones de dólares americanos.  Ese año, 89 donantes, que incluían a 59 Estados, habían demostrado su compromiso con los derechos humanos donando 227,4 millones de dólares americanos. 

Estas donaciones permitieron, entre otros, la financiación de una serie de iniciativas transformadoras, incluyendo la rehabilitación de 47.469 víctimas de tortura en 79 países y la oferta de asistencia a 15.862 víctimas de formas contemporáneas de esclavitud en 31 países; el apoyo a la labor de los órganos de derechos humanos los cuales supervisan el cumplimiento por los Estados Partes de sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos; el fomento de la colaboración de actores de la sociedad civil con estos órganos y con el Consejo de Derechos Humanos; además de garantizar que las presencias de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en todo el planeta puedan ayudar a los Gobiernos y otras entidades con su responsabilidad de proteger los derechos humanos para cumplir con sus obligaciones y para que las personas puedan ver realizados sus derechos. 

«Aunque la financiación para mi Oficina se incrementó en su conjunto durante el año pasado, la cruda realidad es que esto no responde a las necesidades adicionales que las crisis como la COVID-19 y los conflictos prolongados han dejado al descubierto,» explicó Bachelet.  «Mi Oficina depende en gran parte de las contribuciones voluntarias, las cuales representaron el año pasado cerca del 62 por ciento de nuestro presupuesto total.  Estas resultaron insuficientes para responder a todas las solicitudes de asistencia, o a las necesidades ya identificadas.»

Bachelet reiteró el compromiso de su Oficina con la visión del Secretario General de las Naciones Unidas de un «contrato social renovado con base en los derechos humanos,» tal como se detallaba en su informe Nuestra Agenda Común, que presentaba ejemplos de actividades planeadas en sus presencias sobre el terreno y con los socios de su Oficina, y se comprometía a reforzar el apoyo al sistema de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

«No podremos conseguir todo esto sin su ayuda,» apeló Bachelet a los Estados Miembros.  «Para poder trabajar hacia sociedades resilientes donde la igualdad de oportunidades sea universal, donde se respeten los derechos y libertades de todos los seres humanos, el compromiso de los Estados no es solamente importante, sino urgente.» 

«Mi Oficina está comprometida a ofrecer su apoyo continuado a los Estados para que de ese modo puedan situar los derechos humanos en el centro de sus políticas y enfoques.  Los derechos humanos nos benefician a todos, y exigen de una acción colectiva.»