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Trabajo en materia de derechos humanos

“Su espíritu de lucha ha permanecido con nosotros”

18 agosto 2023

Volker Türk al frente de un grupo de colegas, amigos y familiares durante la ceremonia conmemorativa. ©ACNUDH/Pierre Albouy

El sábado, 19 de agosto de 2023, se conmemora 20 años desde que Naciones Unidas perdiera a 22 colegas en un ataque al Hotel Canal en Bagdad, Iraq. El atentado cambió profundamente la forma de actuar de las Naciones Unidas y de la comunidad humanitaria en general —pasaron de ser respetados a ser atacados—.

La organización reconoce ese día aterrador como el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria. Representa una oportunidad para que el personal de las Naciones Unidas y otras personas que trabajan en el ámbito humanitario recuerden las vidas de colegas, familiares y amigos perdidas en todo el mundo debido a conflictos, al aumento de tensiones geopolíticas, al desprecio manifiesto por las normas internacionales de derechos humanos y del derecho internacional humanitario, a los ataques deliberados, y a las campañas de desinformación.

En la ceremonia conmemorativa anual celebrada en la sede de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, los colegas, familiares y amigos que permanecen se congregaron para celebrar las vidas de los que fallecieron.

Mattia-Sélim Kanaan solo tenía tres semanas cuando su padre, Jean-Sélim Kanaan, perdió la vida con 33 años en Bagdad donde había sido enviado como Auxiliar Especial del Jefe de Gabinete de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para el Iraq junto con otros empleados. Su madre y viuda de Kanaan, Laura Dolci-Kanaan, siguió trabajando para Derechos Humanos de las Naciones Unidas y en la actualidad es Secretaria del Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos. Ahora Kanaan, estudiante de 20 años, tiene la mirada puesta en el futuro.

“Veinte años es mucho tiempo, casi el equivalente a una nueva generación, una generación de esperanzas nuevas que puede y debe hacer todo lo posible en estos tiempos de incertidumbre”, indicó Kanaan. “Mi generación tiene que mirar con orgullo a héroes como los de Bagdad, personas que decidieron poner su talento y ambiciones al servicio de la humanidad. Su espíritu de lucha ha permanecido con nosotros y es una luz brillante y poderosa que nos guía y nos dirige en nuestras vidas”.

Dhafer Al-Hussini, quien ahora se encuentra en Ginebra, trabajaba como parte del personal nacional en Bagdad en esa época. Reveló que el personal nacional fue el que sufrió la peor parte del ataque, y que la mayoría tuvo que abandonar la organización por temor a perder la vida o por no renovarles sus contratos.

“Fui uno de los pocos que se quedó, pero no dejaba de recordar el dicho de un sabio: “Nunca te sientas solo en el camino hacia la verdad por la falta de caminos”. Contra todo pronóstico, esto me convenció aún más a la hora de servir a la causa humanitaria con valentía y este es el camino que escogí”, explicó Al-Hussini. “El honor y los méritos de la vida de un hombre siempre dependerán de su capacidad para hacer sacrificios nobles y serios en aras de la labor humanitaria”.

Shawbo Taher-Al-Talabani, ahora jubilado después de años de servicio para las Naciones Unidas, retrocedió a lo que había sido una mañana habitual el 19 de agosto de 2003. La conversación de la oficina se vio interrumpida por la risa de Sergio Vierra de Mello, Representante Especial del Secretario General para el Iraq en ese momento y su Asesor Especial sobre Asuntos Políticos, Ghassan Salamé, que se oía desde una oficina contigua.

“Ni siquiera sabíamos que serían sus últimas carcajadas en este lugar”, declaró Taher-Al-Talabani.

Posteriormente, a las 16:30, se produjo la explosión y el ruido ensordecedor.

“Muchos cayeron; algunos nunca se volvieron a levantar, y otros se quedaron sorprendidos por seguir de una pieza; incrédulos de seguir respirando. Esas pocas horas de la tarde parecieron una eternidad”, corroboró. “Algunos regresamos a nuestros hoteles modestos, aturdidos por la tristeza y esperando con ansia ver quién se reincorporaría al grupo habitual… y esperando a quienes nunca lo harían, Sergio, Nadia, Jean-Selim, Rick, Saad y otros 17 colegas que perdimos aquel día”.

Annie Viera de Mello and her grandchildren laying flowers by the memorial bust in her late husband’s likeness, Geneva, Switzerland. ©OHCHR/Pierre Albouy

Annie Viera de Mello y sus nietas depositan flores en el busto a imagen de su difunto marido, Ginebra, Suiza. © ACNUDH/Pierre Albouy

El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria también sirve para que Derechos Humanos de las Naciones Unidas rinda homenaje a la memoria de los colegas perdidos en Afganistán, Haití y Rwanda.

"Es muy importante que honremos su memoria, que atesoremos sus recuerdos, que tomemos de sus vidas, de su servicio a los derechos humanos, al desarrollo, a la paz algo que permanezca dentro de nosotros y siga perdurando", señaló el Jefe de Derechos Humanos, Volker Türk, en la ceremonia conmemorativa.