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Sustancias y desechos peligrosos

Experto: La exposición a la COVID-19 es una exposición a sustancias peligrosas

13 octubre 2020

La pandemia de la COVID-19 sirve para poner de relieve los modelos existentes de vulnerabilidad, desigualdad y discriminación," afirmó Marcos Orellana, Relator Especial de las Naciones Unidas sobre derechos humanos y sustancias peligrosas y desechos. "La degradación medioambiental, el cambio climático y los cambios en el uso de la tierra son factores clave en la aparición de la COVID-19."

Orellana, que es nuevo en el mandato, realizó esta declaración en la presentación de un informe temático durante el Consejo de Derechos Humanos. El informe, elaborado por su predecesor Baskut Tuncak, analiza cómo las obligaciones de los Estados para proteger a sus ciudadanos de la exposición a toxinas se extienden a la exposición a un virus como la COVID-19.

"Todo el mundo tiene derecho a estar protegido de la exposición a sustancias peligrosas y de la contaminación medioambiental", afirmó. "La exposición a la COVID-19 no es una excepción. Todo ser humano es esencial."

El informe documenta cómo las obligaciones de los Estados para prevenir la exposición a virus, como la COVID-19, se sustenta en el reconocimiento nacional e internacional de los derechos a la vida, a la integridad corporal, a condiciones de seguridad e higiene en el trabajo, entre otros. El informe también destaca el fracaso colectivo a la hora de impedir que el virus se convirtiera en la pandemia de dimensiones catastróficas en que se ha convertido hoy.

"Una pandemia de esta magnitud era evitable," señala el informe. "El fracaso de los jefes de gobierno sitúa a los intereses económicos o políticos por delante de las cuestiones nacionales de salud."

Orellana declaró que a la vez que existen algunas buenas prácticas que incluyen medidas de prevención, además del acceso a sanidad para todo el mundo, numerosos Estados permitieron situaciones en las cuales las comunidades más marginadas y vulnerables sufrieron el mayor riesgo de muerte por COVID-19.

"Algunos países permitieron la exposición entre poblaciones ante un riesgo incuestionable," expuso al Consejo. "Algunos Estados llegaron incluso a silenciar a médicos, cientificos y otros activistas quienes venían avisando sobre la propagación y proporción de la pandemia."

La pandemia ha puesto claramente de relieve lo estrechamente conectados que estamos todos, añadió Orellana. Un punto débil en cualquier país es una amenaza para todos.

"La crisis de la COVID-19 debería reforzar el hecho de que nuestro mundo interconectado necesita de una gestión de las crisis a nivel global, un multilateralismo y una cooperación y solidaridad internacionales," afirmó Orellana.

13 de octubre de 2020