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COVID-19

Personal de Derechos Humanos en África Occidental ayuda a niños de la calle a reunirse con sus familias durante la COVID-19

26 mayo 2020

Aminata Kebe, Oficial de derechos humanos de la Oficina Regional para África Occidental de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, ha dirigido las actividades de promoción de esa oficina para proteger los derechos de los niños que mendigan en la calle de muchos países en esa región.

Muchos de ellos están matriculados en escuelas coránicas, también denominadas daaras, en las cuales sus mentores les obligan a mendigar en la calle como señal de lealtad, y a contribuir a su mantenimiento.  Esta práctica milenaria ha suscitado preocupaciones por los derechos de estos niños, quienes, alejados de sus familias, a menudo son objeto de abuso físico y psicológico, y cuyo derecho a la educación se ve abocado a pasar horas en la calle.

Los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades han registrado 12.991 casos de contagiados por COVID-19 en África Occidental. El tiempo que pasan estos niños en la calle repercute directamente en su vulnerabilidad para contraer el coronavirus.

Aminata nos cuenta cómo ella y sus compañeros siguen luchando por los derechos de estos niños durante la pandemia.

¿De qué manera su trabajo se ha visto afectado por la COVID-19?

La COVID-19 ha afectado a mi trabajo en distintos niveles. En primer lugar, tuve que replantear mi plan de trabajo y reprogramar varias acciones prioritarias, cuya viabilidad ya no era posible a causa de las medidas de restricción de movimiento y de reunión. Además, el teletrabajo puede ser difícil en un contexto en el que los socios con los que colaboramos todavía no se han adaptado a este nuevo método de trabajo y siguen solicitándonos llevar a cabo actividades sobre el terreno. Por ejemplo, apoyamos al Gobierno para retirar a los niños de la calle y reunirlos con sus familias y, como representante de la oficina en la dependencia de vigilancia creada para ese fin, los socios que desean seguir con la organización de reuniones presenciales no siempre entienden mi ausencia debido a las medidas de distanciamiento físico. Asimismo, trabajar desde casa no siempre resulta fácil con la presencia de los hijos, teniendo que ocuparnos de ellos y ayudarles en sus estudios.

¿Qué está haciendo su oficina para proteger los derechos de la población durante esta pandemia?

La Oficina Regional para el África Occidental de Derechos Humanos de las Naciones Unidas está realizando una supervisión exhaustiva de la situación de los derechos humanos en la región en el contexto de la COVID-19. Desde el inicio de la pandemia, nuestro Representante regional recurrió al Ministro encargado de los derechos humanos y al Ministro encargado del ámbito de género y protección de la infancia para llamar su atención sobre el respeto de los derechos humanos, al mismo tiempo que se ponían en marcha medidas de emergencia, en particular para los grupos vulnerables, tales como los reclusos, las mujeres, las personas con discapacidades y los niños. Les alentó a adoptar medidas específicas que garanticen el acceso a los derechos fundamentales en este contexto, sobre todo a los servicios de salud reproductiva para las mujeres, los cuales no deberían quedar paralizados. Asimismo, les instó a seguir supervisando y previniendo la violencia de género, que puede aumentar en el contexto del confinamiento, así como a garantizar que los datos recopilados se desglosen al menos por edad y sexo.

En cuanto a los derechos de los niños, la Oficina Regional para el África Occidental, en colaboración con la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental, respalda las estrategias nacionales para proteger a los niños vulnerables ante la COVID-19 en seis países de África Occidental: Gambia, Guinea, Guinea Bissau, Mali, Níger y Senegal. En dos meses, más de 1.500 niños han sido retirados de la calle y reintegrados en sus familias. También les hemos suministrado 1.200 kits de higiene que incluyen ropa, artículos de aseo, calzado, toallas y bolsos de viaje.

¿Cuáles son los principales problemas en materia de derechos humanos a los que se enfrenta tu región en la respuesta a la COVID-19?

Una de las principales dificultades es la protección de los derechos de los niños. En África Occidental, sobre todo en Senegal, la mendicidad infantil es una práctica generalizada, en especial para los niños que asisten a determinadas escuelas coránicas. En el contexto de la pandemia, los niños se encuentran ahora más expuestos que nunca a contagiarse, al mismo tiempo que la violación de sus derechos se ve más agravada. Nuestros socios de la sociedad civil que acudieron al lugar para supervisar la situación hallaron niños desnutridos viviendo en condiciones inhumanas sin agua ni saneamiento en Senegal. En Gambia, los morabitos, hombres que supuestamente enseñan el Corán a los niños, simplemente les abandonaron en la calle. Muchos niños han sido deportados desde países limítrofes con Níger y abandonados en la frontera de este país. En consecuencia, la Oficina Regional para el África Occidental ha reforzado su apoyo a través del Proyecto para la protección de los niños víctimas de las violaciones de derechos (PAPEV, por sus siglas en inglés), que está financiado por la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo para apoyar a los niños vulnerables. También seguimos abogando, junto con otras partes interesadas como UNICEF, porque los gobiernos conciban soluciones sostenibles para proteger los derechos de estos niños, lo cual requiere una voluntad política firme.

¿Cuáles han sido los mayores retos y las experiencias más importantes adquiridas hasta ahora durante la pandemia?

Los gobiernos carecen de estrategias de gestión de emergencias y esto supone un auténtico desafío que la comunidad internacional tiene que abordar para hacer a los Estados más resilientes. El fomento de los derechos económicos y socioculturales, principalmente el derecho a la salud, debe ser mejor atendido en nuestras intervenciones las cuales se centran más en los derechos civiles y políticos. La pandemia por fin nos ha demostrado la importancia que pueden tener los derechos económicos y socioculturales para otros derechos y la necesidad de ayudar mejor a los países en sus esfuerzos por ofrecer acceso a estos derechos.

¿Por qué es importante que aunemos fuerzas durante esta pandemia?

La importancia de aunar fuerzas en pro de los derechos humanos ha quedado más que patente y clara en el contexto de la pandemia. Hemos observado cómo las personas han contribuido a bloquear el avance de la COVID-19 con actos de solidaridad para ayudarse mutuamente. Esta pandemia nos ha enseñado de qué modo las desigualdades sociales pueden verse agravadas durante las crisis y de qué modo los derechos fundamentales, que a menudo se dan por hecho, pueden ponerse en cuestión. Sigue siendo importante que Derechos Humanos de las Naciones Unidas siga esforzándose por apoyar a los Estados en la aplicación de sus compromisos para la realización de los derechos humanos, sobre todo los derechos económicos, sociales y culturales, en el contexto de las crisis.

26 de mayo de 2020