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Renovada atención a desaparecidos en Kosovo*

14 agosto 2017

Han transcurrido casi 18 años desde que Natasa Scepanovic vio a sus padres por última vez.

El matrimonio vivía en Istok, un pueblo de Kosovo*. Tras la guerra que devastó a la región, los Scepanovic, que eran de etnia serbia, se quedaron en el pueblo donde residían, convencidos de que el conflicto había terminado y que se hallaban en seguridad. Conocían a sus vecinos y aunque había tensiones entre los grupos de etnia serbia y albanesa, estas todavía no habían llegado al pueblo. Además, dijo la Sra. Scepanovic, si surgía algún problema, las Naciones Unidas y otras fuerzas internacionales estaban a mano para proteger a la población.

“Mis padres mantenían una buena relación con sus vecinos, que eran albaneses, y confiaban en la comunidad internacional… de modo que estaban convencidos de que hallarían protección en caso de que algo ocurriese”, añadió la Sra. Scepanovic. 

Pero sus padres no recibieron protección. En 1999, tras los bombardeos realizados por las fuerzas aéreas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la Sra. Scepanovic, que se había mudado de la región varios años antes, se enteró de que sus padres habían desaparecido, junto con otros 50 vecinos del pueblo. Cinco años después se hallaron los restos de su padre. Su madre sigue en paradero desconocido y figura entre los 1.658 habitantes de Kosovo* que desaparecieron a consecuencia del conflicto.

La Sra. Scepanovic y representantes de otras familias de desaparecidos se congregaron recientemente en Ginebra para participar en una reunión auspiciada por la Oficina de Derechos Humanos de la Misión de las Naciones Unidas en Kosovo* (UNMIK, por sus siglas en inglés), a fin de examinar la manera de mejorar la búsqueda de personas desaparecidas en Kosovo*. Durante la reunión de dos días de duración los representantes de las familias de los desaparecidos se entrevistaron con miembros del Grupo de Trabajo sobre personas desaparecidas en relación con los sucesos de Kosovo* y el Comité Internacional de la Cruz Roja hizo hincapié en la necesidad de volver a dinamizar los esfuerzos del Grupo de Trabajo a fin de esclarecer el destino de los desaparecidos.

“A las familias que están presentes aquí en el día de hoy les digo: Ustedes tienen derecho a saber, tienen derecho a la verdad y tienen derecho a la justicia”, declaró el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos,  Zeid Ra’ad Al Hussein. “Tenemos el deber de hacer cuanto esté a nuestro alcance para facilitar la revelación de la verdad y la rendición de cuentas. Es preciso que se sepa la verdad y que se imparta justicia”.

Desaparecidos durante decenios

Entre 1998 y 1999, estalló un conflicto abierto entre la policía de Serbia y los separatistas del Ejército de Liberación de Kosovo*. Como consecuencia de la represión, numerosos civiles fueron expulsados de sus hogares y la OTAN lanzó ataques aéreos durante 78 días hasta que el conflicto terminó. En ese periodo, desaparecieron más de 6.000 personas. En marzo de 2004, el Grupo de Trabajo proporcionó apoyo para tratar de esclarecer la suerte y la ubicación de las personas desaparecidas y mantener a sus familias informadas a todo lo largo de la investigación.

Bajram Qerkini espera conocer algún día la verdad sobre lo que le ocurrió a su hijo. Reshat Qerkini tenía 30 años de edad cuando en 1999 dejó su casa de Mitrovica, en Kosovo*, y se dirigió al centro del pueblo con unos amigos. El grupo fue arrestado por la policía serbia y nunca volvió a saberse nada de ellos. El anciano de 80 años de edad afirma que le preocupa la lentitud de las gestiones para encontrar a los desaparecidos, porque a ese paso quizá nunca llegue a saber antes de morir lo que realmente pasó con su hijo.

“Trece de mis amigos estaban en la misma situación”, afirmó el Sr. Qerkini. “Todos fallecieron antes de que lograran averiguar qué ocurrió con sus seres queridos. Lo mismo podría pasarme a mí. Pero todavía tengo esperanzas de encontrar a mi hijo. Y quienquiera que haya sido responsable de su muerte, tendrá que rendir cuentas de sus actos”.

Un ámbito de debate multiétnico

La reunión coincidió con la inauguración oficial del Centro Multiétnico de Documentación sobre Personas Desaparecidas en Kosovo*. Este centro se propone brindar oportunidades a los representantes de las asociaciones familiares de todos los grupos étnicos para que puedan comunicarse, colaborar y afrontar juntos el pasado.

“Esta es la primera asociación multiétnica en la que todas las comunidades afectadas por la pérdida de algún familiar como consecuencia del conflicto de Kosovo* podrán colaborar a fin de aclarar el destino de los desaparecidos”, dijo la Sra. Miriam Ghalmi, jefa de la Oficina de Derechos Humanos de la UNMIK.

“Debido a su dimensión multiétnica, el centro de documentación fomenta también los esfuerzos de reconciliación entre comunidades que se llevan a cabo en Kosovo*”.

Milorad Trifunovic, cuyo hermano y nueve de sus colegas están desaparecidos desde que fueron capturados en el aparcamiento de una mina hace 18 años, dijo que el espíritu de colaboración ha sido decisivo para mantener la búsqueda de las personas desaparecidas durante casi dos decenios. En su condición de copresidente del centro (junto con el Sr. Qerkini), el Sr. Trifunovic espera que la nueva institución no sólo permita esclarecer el problema de los desaparecidos, sino que contribuya también a abordar muchas de las cuestiones sociales vinculadas con la desaparición de miles de personas en Kosovo*.

El Sr. Trifunovic añadió que le preocupa que con el paso del tiempo, cuando él y otros como él ya no estén, no haya nadie para seguir buscando.

“La situación actual opera como una droga sobre nosotros, estamos enganchados”, afirmó el Sr. Trifunovic. “No sé si las nuevas generaciones podrán hacerlo o si sabrán cómo manejar esto. Preferiría que nos sustituyeran otras personas de más edad. Preferiría que los jóvenes se ocuparan de sus propias familias… y que llevaran una vida normal”.

Kumrije Karaqica, que representa a una ONG que se ocupa tanto de las personas desaparecidas como de las que fueron víctimas de agresiones sexuales durante el conflicto, declaró que los familiares de los desaparecidos quisieran que los responsables de esos crímenes fueran llevados ante los tribunales, pero también desean conocer la causa de la muerte de sus seres queridos. 

“Sabemos que nuestros seres queridos ya no están vivos y quisiéramos dar sepultura a sus restos”, dijo la Sra. Karaqica. “Pero hay otro asunto que nos preocupa. Cuando se encuentran restos humanos se realiza un examen forense y se redacta un certificado, pero en este documento no se consigna la causa de la defunción. Se escribe simplemente: “causa desconocida”. Pero nosotros queremos saber qué pasó con nuestros familiares”.

Durante la reunión celebrada en Ginebra, las asociaciones estuvieron de acuerdo en dinamizar nuevamente la labor del Grupo de Trabajo mediante una participación más estrecha de las familias de los desaparecidos y en redoblar los esfuerzos orientados a lograr acceso a los archivos de las entidades locales, nacionales e internacionales involucradas en estos casos.

14 de agosto de 2017

* La referencia a Kosovo deberá entenderse en plena conformidad con lo dispuesto en la resolución 1244 (1999) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, y sin prejuzgar la condición jurídica de Kosovo*.