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Declaraciones Consejo de Derechos Humanos

Las mujeres afganas sufren discriminación, restricciones y violencia extremas, según Alta Comisionada Adjunta

19 junio 2023

Pronunciado por

Nada Al-Nashif, Alta Comisionada Adjunta para los Derechos Humanos

En

53º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos

Desde

Reforzamiento del Diálogo Interactivo sobre los derechos humanos de las mujeres y las niñas en Afganistán

Lugar

Ginebra

Distinguido Presidente,
Excelencias,
Colegas, amigos y amigas,

Permítanme comenzar dando la cordial bienvenida a las mujeres y niñas afganas que participan en el diálogo de hoy y a quienes se unen a nosotros en línea desde Afganistán y desde otras partes del mundo. Contar con sus voces en nuestro debate es fundamental.

Este diálogo va a centrarse en las mujeres y niñas dentro de Afganistán, sobre todo en el impacto que tienen las políticas talibanes en su disfrute de las libertades y los derechos fundamentales. Entre estos derechos se encuentran el derecho a la educación, al empleo, a la libertad de circulación, a la libertad de opinión y expresión y a la asistencia sanitaria. Las mujeres también se enfrentan a desafíos a la hora de recurrir a recursos, como el acceso a los servicios para las supervivientes de violencia de género, y el acceso a la justicia, que se ve especialmente obstaculizado por la ausencia de personal femenino en el sistema de justicia.

Nuestra Oficina ha procurado congregar a una diversidad de voces de mujeres afganas, de dentro y fuera de Afganistán, en este Consejo para garantizar que ustedes escuchen directamente sus propias opiniones, esperanzas y aspiraciones, además de las preocupaciones sobre las cuestiones que afectan a sus vidas.

Excelencias,

Los derechos de las mujeres y las niñas han retrocedido a nivel mundial durante los últimos años. Sin embargo, en ningún lugar esta situación ha sido tan profunda y generalizada como en Afganistán desde la toma del poder de los talibanes en agosto de 2021. Aunque se ha afirmado en repetidas ocasiones que los derechos de las mujeres se protegerán en el marco de la sharia, en los últimos 22 meses se han restringido todos los aspectos de la vida de mujeres y niñas. Están discriminadas a todos los niveles. Decreto tras decreto, se ha acabado por borrar a las mujeres y las niñas de la vida pública, impidiéndoles acceder y gozar de sus derechos y libertades fundamentales.

Afganistán es el único país del mundo donde las niñas no pueden recibir educación más allá de la escuela primaria. La educación en las aulas y en las comunidades escolares no solo es vital para las niñas, sino para la sociedad en su conjunto. Hemos resaltado a menudo que la educación es un derecho que posibilita todos los demás derechos. Sin niñas con formación, no habrá médicas, ni maestras, ni abogadas. Los talibanes han eliminado las oportunidades de desarrollo de las niñas. Y, por tanto, su capacidad para vivir de forma independiente ahora y en el futuro se ha visto debilitada y afectará a las generaciones venideras.

Afganistán es también el único país del mundo que prohíbe a las mujeres trabajar para organizaciones internacionales, incluidas las Naciones Unidas, al igual que tener empleo fuera del hogar en muchos sectores. Esto afecta significativamente la capacidad de las Naciones Unidas y otras organizaciones de prestar servicios esenciales a la población, la cual sufre una pobreza crónica. La prohibición para que las mujeres ocupen cargos públicos tiene un impacto adicional en la capacidad de las mujeres y las niñas de ser vistas y escuchadas, y de participar en la toma de decisiones que afectan sus vidas.

Las restricciones excesivas e injustificables a los desplazamientos —incluido el requisito de un maharam o acompañante masculino—, junto con las prohibiciones de educación y empleo, dejan a las mujeres y las niñas con una capacidad limitada, y a veces nula para salir de sus hogares ya sea para recibir atención médica o para tener un papel en la economía local como elementos productivos esenciales para la cohesión social, económica y cultural.

Nuestra Oficina acoge con satisfacción el informe conjunto de la Relatora Especial sobre la situación de las mujeres y las niñas y el Grupo de Trabajo sobre la cuestión de la discriminación contra las mujeres y las niñas. En él se describe la naturaleza sistémica de la discriminación que afrontan en la actualidad mujeres y niñas en Afganistán.

Nos preocupa profundamente el entorno discriminatorio y restrictivo generalizado, esto es, el clima de miedo en el que viven las mujeres y las niñas en Afganistán. A esto se suma la falta de rendición de cuentas por las violaciones de sus derechos, y la ausencia de un sistema de justicia sensible al género y accesible para ellas.

No podemos permitir que se acepte, y mucho menos se normalice, una discriminación y una violencia tan extremas contra las mujeres y las niñas en ningún lugar.

A medida que redoblamos nuestros esfuerzos por adoptar medidas concretas, espero que el diálogo de hoy demuestre a las valientes activistas asistentes aquí hoy que la comunidad internacional está con ellas y se compromete a encontrar formas de influir en las autoridades de facto para que hagan retroceder estas políticas profundamente regresivas además de defender el disfrute pleno e igualitario de todos los derechos humanos por parte de las mujeres, hombres, niñas y niños de Afganistán.

Gracias.