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Declaraciones Múltiples mecanismos

Sudán: Alto Comisionado pide que se ponga fin al "mar de sufrimiento"

19 junio 2023

Pronunciado por

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

En

53º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos

Desde

Reforzamiento del diálogo interactivo sobre Sudán

Lugar

Ginebra

Señor Vicepresidente,
Excelencias,
Distinguidos Colegas,

El Consejo ha recibido el informe de conformidad con la resolución 50/1 del Consejo de Derechos Humanos, que cubre la situación de los derechos humanos en Sudán desde el 11 de abril de 2022 hasta el 14 de abril de 2023.

Desde que estalló el conflicto el 15 de abril, el país se ha sumido en el caos.

Como dice el proverbio africano, cuando los elefantes luchan, es la hierba la que sufre.

En esta situación, el pueblo de Sudán está padeciendo enormemente.

Durante mi última actualización ante la Sesión Extraordinaria de este Consejo en mayo, pedí a las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) y a las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS) que cesaran las hostilidades.

Manifiesto —de nuevo— mi deseo de hablar con ambas partes.

También he instado a todos los Estados a que ayuden en la resolución de esta catástrofe. Sin embargo, los esfuerzos por conseguir y mantener un alto el fuego han tenido poco o ningún éxito.

Seguimos presenciando un conflicto temerario y sin sentido que se produce en un contexto de total impunidad.

Las calles de Jartum y sus ciudades circundantes, El Geneina y El Obeid, están manchadas de sangre de civiles.

Y millones de personas siguen necesitando ayuda humanitaria vital, la cual ha sido prácticamente imposible prestar en muchos lugares.

En noviembre pasado visité Sudán. Aunque vi un país sumido en el dolor, también oí voces de esperanza y expectativas de un futuro mejor.

Es terrible ver esa esperanza hecha añicos. 

Las tácticas agresivas han causado la muerte de al menos 958 civiles desde el comienzo de los combates y herido a 4.746 a fecha de 12 de junio. Las cifras reales son sin duda mucho más elevadas.

Más de un millón de personas siguen atrapadas en Jartum, Omdurmán y Bahri.

Se están bombardeando zonas residenciales densamente pobladas. Las FAR obligan a la población a abandonar sus hogares y saquean sus bienes. También han atacado, saqueado y ocupado hospitales, además de agredir al personal sanitario y dejar los servicios médicos al borde del colapso. Asimismo, el sufrimiento se ha agravado por la escasez impresionante de alimentos, agua, dinero en efectivo y electricidad, al mismo tiempo que muchas personas se encuentran al límite de la supervivencia.

En otro de los numerosos atentados contra la dignidad humana, a muchos civiles asesinados en Jartum y Omdurmán se les ha negado el derecho a un entierro adecuado, y sus cadáveres yacen aún en las calles o en casas abandonadas. La Media Luna Roja Sudanesa informó de que recientemente había enterrado 180 cadáveres sin identificar en todo el país. Decenas de familias deben vivir ahora con la incertidumbre sobre el destino de sus seres queridos.

Se trata de una crisis que repercute en toda una región.

Es un polvorín.

Más de 2,1 millones de personas han huido de sus hogares, incluyendo las 528.147 que han cruzado la frontera a países vecinos. Las personas refugiadas y desplazadas internas se enfrentan a condiciones pésimas, caminando durante días bajo un calor abrasador y con acceso muy limitado a alimentos, agua y cobijo.

Señor Vicepresidente,

El desprecio manifiesto por el derecho internacional humanitario y por la normativa de derechos humanos, así como la indiferencia absoluta por la vida y la dignidad humanas constituyen el núcleo de este conflicto.

Condeno con toda contundencia las continuas violaciones de los derechos humanos en la región de Darfur. En Darfur Occidental, la violencia ha estallado por motivos étnicos. La semana pasada, el gobernador de Darfur Occidental fue asesinado pocas horas después de que las FAR lo detuviera. Al parecer, al menos 430 personas, la mayoría en El-Geneina, han sido asesinadas entre el 24 de abril y el 13 de mayo. Sin embargo, es probable que el número real de personas que han perdido la vida a consecuencia de los ataques organizados y continuos a gran escala a manos de las FAR y de un gran número de sus partidarios contra barrios habitados por africanos en El-Geneina sea superior. No hemos podido comprobar las cifras por los cortes de comunicaciones del último mes.

Por si fuera poco, los habitantes de El-Geneina se han visto privados de servicios y suministros vitales. Más de 150.000 personas han huido de Darfur Occidental hacia Chad, pero quienes abandonan El-Geneina temen ser devueltos o sufrir otras violaciones por parte de las FAR, las cuales han estado controlando la ruta hacia la frontera.

Reitero mi llamamiento para que se cree un corredor humanitario entre Chad y El-Geneina, así como un paso seguro para la población civil fuera de todas las zonas de conflicto.

En Darfur Septentrional, los enfrentamientos recientes han provocado la muerte de más de 100 civiles. Solo en la primera semana de junio, 41 personas murieron en la ciudad de Kutum. Y en Nyala, Darfur Meridional, y Zalingei, Darfur Central, se han desencadenado combates intensos en diversas ocasiones desde el comienzo del conflicto. En ambas ciudades, la mayoría de las instalaciones pertenecientes a Naciones Unidas y a organizaciones no gubernamentales internacionales han sido saqueadas.

Señor Vicepresidente,

Nos encontramos ante una crisis humanitaria y de derechos humanos con una evolución alarmante, de una magnitud devastadora y de una complejidad nunca vista en Sudán.

Cada día los niños y niñas soportan sus consecuencias desgarradoras, y más de 13 millones necesitan urgentemente ayuda humanitaria vital en todo el país, incluyendo a los 5,6 millones que viven en Darfur. Al menos 620.000 estarían sufriendo malnutrición aguda.

En el orfanato de Mygoma (Jartum), según se informa, 71 niños murieron por la grave escasez de suministros humanitarios y médicos. Es una tragedia incomprensible. Muchos niños y niñas han sido evacuados desde entonces.

La escasez de suministros médicos también está afectando a las residencias de ancianos. En Jartum Septentrional, mi Oficina ha recibido informes inquietantes sobre la muerte de diez ancianos y ancianas al no haber recibido asistencia a tiempo.

Las partes implicadas en el conflicto deben proteger sin demora a las organizaciones que intentan evacuar a niños y ancianos a un lugar más seguro donde se pueden satisfacer sus necesidades.

Me consternan las denuncias de abusos sexuales, como las violaciones. Mi Oficina ha recibido informes creíbles de 18 incidentes de violencia sexual relacionados con el conflicto contra al menos 53 mujeres y niñas; entre las víctimas se encuentran al menos 10 niñas. En un caso, se informa de que entre 18 y 20 mujeres fueron violadas en el mismo ataque. En casi todos los casos, se ha determinado la culpabilidad de las FAR. El acceso a la asistencia médica y psicosocial es escaso y muchos casos no se denuncian.

Tal y como sucedió cuando me reuní con el general Dagalo en noviembre del año pasado, le pido —una vez más— que garantice el cese inmediato de estos actos viles.

Seguimos recibiendo denuncias de desapariciones forzadas y detenciones arbitrarias de civiles. Tan solo en la zona de Jartum se ha denunciado la desaparición de al menos 394 personas, entre ellas 16 mujeres y 12 niños y niñas. La cifra total podría ser muy superior: se han registrado desapariciones en Jartum, Darfur y Kordofán Septentrional. Fuentes fiables nos aseguran que muchas de estas personas pueden estar retenidas por las FAR. Acojo con satisfacción la liberación reciente de dos médicos sudaneses detenidos en régimen de incomunicación, uno por las FAR y otro por las FAS, y pido la liberación inmediata de todos los civiles detenidos.

Mis pensamientos están con los defensores y defensoras de los derechos humanos, abogados, periodistas y otras personas que se han quedado en el país, muchos de los cuales tuve la oportunidad de conocer en noviembre del año pasado. Admiro su valentía. Los defensores, especialmente las mujeres, se enfrentan a amenazas crecientes, incluso de muerte. Los y las periodistas y profesionales de los medios de comunicación también se enfrentan a amenazas y discursos de odio. Algunos han sido atacados directamente en las redes sociales, acusados de apoyar a las FAR y amenazados de muerte. Muchos otros han sido detenidos arbitrariamente o en régimen de incomunicación. Algunos han sido puestos en libertad, pero se desconoce el paradero de muchos otros.

Señor Vicepresidente,

Acojo con satisfacción el nuevo alto el fuego nacional de 72 horas acordado el 17 de junio e insto a las dos partes a que respeten sus compromisos de detener los combates y permitir la prestación libre de ayuda humanitaria en todo el país.

El nuevo alto el fuego constituye una nueva oportunidad para poner fin a este mar de sufrimiento.

Recuerdo a las dos partes su obligación de respetar el derecho internacional humanitario y de los derechos humanos, así como de tomar todas las medidas necesarias para proteger a los y las civiles —incluyendo a profesionales humanitarios y sanitarios— de cualquier daño.

Asimismo, solicito a las autoridades que realicen investigaciones rápidas, completas, imparciales e independientes de todas las presuntas violaciones de derechos humanos y del derecho internacional humanitario.

Les recuerdo que la falta de depuración de responsabilidades por las graves violaciones cometidas en el pasado ha contribuido a la crisis actual.

La impunidad debe acabar para romper el ciclo de violencia.

A los gobiernos y personas que han mostrado una gran humanidad acogiendo a refugiados y refugiadas en busca de seguridad ante este conflicto cruel, gracias por su solidaridad. Insto a todos los países que reciben refugiados a que mantengan sus fronteras abiertas. Y con el espíritu de la solidaridad internacional, pido a los Estados Miembros que aumenten con urgencia la financiación de las organizaciones humanitarias que tratan desesperadamente de ayudar a las personas desplazadas internas y refugiadas, dentro y fuera de Sudán.

Mientras hablamos, se está celebrando una conferencia sobre promesas de contribuciones. Espero que esta conferencia cumpla las expectativas del pueblo sudanés.

También me gustaría añadir que me agrada la decisión de este Consejo de reforzar el mandato de mi Experto sobre los derechos humanos en el Sudán para incluir la supervisión y documentación detalladas de la situación de los derechos humanos, como las violaciones derivadas directamente del conflicto actual.

Señor Vicepresidente,

Hace cuatro años, el pueblo de Sudán se alzó para exigir sus derechos, impulsado por el deseo de una transición de la dictadura a la paz, la libertad y la seguridad. Derrocaron a la tiranía que habían sufrido durante décadas y comenzaron a recorrer el camino hacia la justicia y la libertad.

Como bien sabemos, esta andadura duró poco por culpa del golpe militar de octubre de 2021 y el terrible conflicto actual que se ha apoderado del país en las últimas nueve semanas.

Millones de vidas han quedado destrozadas y desarraigadas, y ahora Sudán se encuentra —de nuevo— sumido en la desolación y el dolor insondable de las numerosas personas que han perdido hijos, padres y seres queridos.

El advenimiento de una paz duradera exige nuestra máxima atención.

La violencia debe cesar hoy.